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Foto del escritorJuan de Dios Guevara

Juan de Dios Guevara / Qué difícil, dar el salto (1 de 3) 



Veíamos en el artículo de la semana pasada, “¿Damos el salto?”, la desaprobación de la gestión de las autoridades, por lo que analizamos las posibles razones y sus posibles soluciones. Partimos de que la constitución que defienden y dicen ejercer, no cumple con lo que establece, de que “el Estado orienta el desarrollo del país, y actúa principalmente en las áreas de promoción de empleo, salud, educación, seguridad, servicios públicos e infraestructura”, generando un malestar casi unánime de la población, ante tantas carencias, deficiencias, que significa la falta de cumplimiento de lo que establece la Carta Magna, y que debe llamar la atención de la ciudadanía, para saber qué hacer ante resultados tan deficientes y evidentes, porque así no podemos ni debemos seguir, no es bueno para nosotros, ni para nuestras futuras generaciones.

 

Ante lo cual, propusimos ideas sobre cómo orientar el desarrollo del país, e ideas sobre cómo actuar en la educación y en el servidor público, que los consideramos vitales para que se pueda aspirar a cumplir, lo establecido con el modelo económico de Economía Social de Mercado.

 

En cuanto a la orientación para el desarrollo del país, propusimos ser el puente comercial del Brasil a los países de la Cuenca del Pacífico, para lo cual hay que desarrollar corredores económicos, por el norte, centro y sur del Perú, en nuestras cuatro coordenadas, que para un óptimo aprovechamiento de nuestro extenso territorio,  a lo largo de ellos logremos el desarrollo territorial del país, y para su mejor gestión, evaluar la conformación de cinco macro regiones: norte, centro, sur, oriente y Mar de Grau, para lograr ser un centro integrador del desarrollo americano, ejerciendo todos los acuerdos económicos, comerciales, firmados, en esta apertura comercial que se ha venido trabajando en estas últimas dos décadas.

 

Resaltamos la vital importancia que significa la educación en el Perú, y que miremos y pidamos cooperación internacional, de los países que son exitosos en su desarrollo educativo, tales como Finlandia, cuyo experto educador finlandés, Pasi Sahlberg, así resume el pensamiento finlandés sobre la educación pública de calidad: “Es una obligación moral, pues el bienestar y en última instancia la felicidad de un individuo  depende del conocimiento, de las aptitudes y de las visiones del mundo que son proporcionadas por una educación de calidad. Es también un imperativo económico, ya que la riqueza de las naciones depende cada vez más de las habilidades y el conocimiento”.

 

Destacamos la necesidad de mejorar las capacidades y la calidad con meritocracia, y honestidad, al millón y medio de servidores públicos. En tal sentido, creo que un ejemplo a tener en cuenta, ha sido la experiencia de Estonia, que hasta 1991 formaba parte de la URSS y rápidamente pasaron de un estancamiento generalizado a ser un modelo de país del futuro, por haber logrado convertirse en un Estado digital, con resultados a destacar.

 

No tenían casi nada, todo estaba por hacerse, incluso la infraestructura. Apostaron por el camino del conocimiento y de la tecnología como una solución al problema del desarrollo social y económico, y los resultados se reflejan en: 99,8% de la población está alfabetizada. País con mayor cantidad de Startups per cápita del Mundo. Tiene la banda ancha más rápida del mundo. Es la única con i-voting que permite sufragar desde un teléfono celular. Primera nación en declarar la conexión a internet como un “derecho humano básico”. Todas sus escuelas están online. Se enseña a programar desde el jardín de infantes. Cuenta con identificación digital obligatoria y universal. A la cabeza de Europa en penetración de Internet y telefonía móvil. Primera residencia virtual del mundo. 123 líneas de telefonía celular por cada 100 habilitantes. Es el primer e-gobierno. País europeo número uno en ciberseguridad. País con mayor libertad en Internet. Permite inscribir una empresa en 18 minutos. Casi la totalidad de los trámites se pueden hacer por internet.

 

La esperanza de vida es de 72 años y el 97% de las operaciones bancarias se hacen online. El portal gubernamental está abierto las 24 horas de todos los días del año, por lo que el 99% de los trámites oficiales —un total de 1.789— pueden realizarse en cualquier momento. Solo las operaciones inmobiliarias, casarse o divorciarse exigen su presencia física. Los estonios tan solo necesitan una conexión a Internet para votar, renovar su carnet de conducir, consultar las recetas médicas, presentar reclamaciones por importes menores a 2.000 euros, hacer la declaración de la renta, impugnar una multa de tráfico, cambiar la dirección de su domicilio, registrar una empresa, firmar documentos, ver las notas de sus hijos y comunicarse con los profesores, acceder a su historial médico.


 

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