El no escuchar a la mayoría, y querer silenciarla con una represión absurda, que ha traído tantas víctimas, tantos heridos, tantos daños materiales, tanto retroceso, y sobre todo tanto dolor, nos demuestra que estamos sometidos a gente necia, que no quiere entender, que la violencia, trae más violencia. Más de 70 días de desgobierno, por una clase política que no sirve.
Unas minorías muy limitadas, que en vez de pacificar de inmediato al país, formando equipos multidisciplinarios, con expertos en ciencias sociales, en salud, en desarrollo territorial sostenible, en educación, en creación de riqueza, interpretando cada realidad y cada aspiración de nuestra diversidad de culturas, para lograr propuestas concretas, que signifiquen una tregua en el proceso de transición democrática y que para lo cual, existen estudios, hasta manuales de “manejo de crisis”, prefirieron en vez de negociar, como se estila en una democracia, utilizar los métodos anacrónicos de la represión brutal, con la anuencia de una minoría, radicales de la derecha, convencidos de que “acá se necesita mano dura, porque hay que trabajar y no perder el tiempo, con estos terroristas, resentidos, comunistas, caviares…”. Qué pobre lectura de la realidad nacional.
Bueno pues, ahora a vivir las consecuencias de la mala decisión, por vivir anclados en el tiempo, y no entender que estamos viviendo en un mundo cada vez más global, en la era de la economía del conocimiento, en donde los derechos humanos están por encima de todo, porque la humanidad con tantos errores y cruentas experiencias vividas, ha aprendido la importancia y la trascendencia de lo que es la VIDA. Y para que ello se respete y se cumpla, ha tejido una vasta red internacional que vela por que se respeten los derechos humanos.
Una cosa es poner orden y hacer cumplir las leyes y otra muy diferente, quitar vidas con el abuso de poder, y ahora como cualquiera con su teléfono celular puede filmar lo que se sucede, existe una enorme cantidad de videos que revelan una serie de acciones fuera de la ley, por parte de las fuerzas del orden, por lo que ya reconociéndolo y adelantándose a las investigaciones en curso, esa minoría de la derecha, está intentando protegerlos con pedidos de amnistía, que no corresponden, de acuerdo a ley. Menudo problema que nos ha metido esta dictadura congresal.
Adicional a los informes de la Comisión de Derechos Humanos de la OEA, que fueron trasladados a su equivalente en la ONU, y que ameritaron unas recomendaciones, que no han sido escuchadas, se sumó Amnistía Internacional, un movimiento global que está presente en más de 150 países que trabaja para que sean reconocidos y respetados los derechos humanos, reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada en 1948 y en otros tratados internacionales como los Pactos Internacionales de Derechos Humanos.
Su informe preliminar, que tiene repercusión mundial, considera que no solo se han cometido violaciones a los derechos humanos, sino que es posible hablar de claros crímenes de derecho internacional. “La grave crisis de derechos humanos que enfrenta el Perú ha sido alimentada por la estigmatización, la criminalización y el racismo contra los pueblos indígenas y las comunidades campesinas que hoy salen a las calles ejerciendo su derecho a la libertad de expresión y a la reunión pacífica, y en respuesta han sido violentamente castigados», dijo Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, en un comunicado.
“Perú: La represión letal del Estado es una muestra más del desprecio hacia la población indígena y campesina” “Los ataques generalizados contra la población tienen implicaciones en cuanto a la responsabilidad penal individual de las autoridades, incluidas las del más alto nivel, por su acción y omisión para detener la represión” “Si bien las regiones con mayoría de población indígena representan solo el 13% de la población total de Perú, éstas sufrieron el 80% del total de muertes registradas desde que comenzó la crisis”, escribió la organización.
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