Otro dato importante a considerar, es que Brasil, la novena potencia económica mundial y la China, segunda potencia económica, pertenecen a los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) que, contra todo pronóstico, ha adelantado al G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, más la Unión Europea) en PIB (PPP-Paridad de Poder Adquisitivo) antes de lo previsto, redefiniendo el liderazgo económico global con una riqueza colectiva de 45 billones. La inclusión de nuevos miembros como Egipto, Arabia Saudita, los EAU (Emiratos Árabes Unidos), Etiopía e Irán en 2024 amplía el poder económico de los BRICS, impulsando proyectos a través de su Nuevo Banco de Desarrollo.
Esto es un cambio en el Orden Económico Mundial, y rompe las previsiones del economista británico Jim O’Neill presidente de Goldman Sachs (banca de inversión y de valores), que predijo el ascenso de BRICS como una fuerza económica global capaz de redefinir el orden económico mundial, para 2050. Los países BRICS, representan el 45% de la población mundial, contribuyen con el 36% al PIB global, y promueven un modelo alternativo de desarrollo económico basado en la cooperación y el desarrollo mutuo, buscando reducir la dependencia global del dólar estadounidense.
El rápido desarrollo económico de India y China, está haciendo posible la búsqueda de un sistema más representativo de una economía mundial diversa y multipolar, promoviendo un desarrollo económico más inclusivo y diversificado. Sus indicadores de crecimiento son notables, por ejemplo, el comercio de China con otros miembros del BRICS alcanzó 209.700 millones de dólares en el primer trimestre de 2024, un aumento interanual del 11,3%.
Con esa fortaleza económica y siguiendo su plan de la Nueva Ruta de la Seda, luego de haber invertido en el puerto de Chancay, China muestra interés en construir un tren bioceánico para conectar Chancay con Brasil, para lo cual cuenta con una gran experiencia en construcciones ferroviarias. Brasil por su parte, considera esta posibilidad, cómo fuente de un mayor comercio, más ágil, con menor tiempo comercial con Asia, lo que significa más empleos, más ingresos, más alimentos en las mesas de los brasileños, según palabras de Simone Tebet, Ministro de Planificación y Presupuesto del Brasil en reciente visita a Chancay con el objetivo de fortalecer la integración vial y multimodal entre ambos países.
En cuanto al Perú tiene que evaluar en su decisión, lo económico y social, frente a lo ambiental y cultural. Muchas preguntas que debemos saber respondernos: ¿Qué beneficios económicos le representará al Perú? ¿Qué le puede significar tomar una decisión en contra de los interesados Brasil y China? ¿Qué sostenibles ambientalmente en el tiempo resultan estas rutas planteadas? ¿Cuantos pobladores nativos se verán afectados? ¿En qué medida se afectan sus derechos? ¿Cuáles planes de desarrollo territorial están previstos?
Podemos seguir: ¿Qué planes de contingencia, de control, se tienen previstos? ¿Por qué territorios deben hacerlo para nuestra propia conveniencia? ¿Cómo dibujamos de la mejor manera nuestro mapa nacional de transporte por ferrocarril? ¿Cómo hacemos polos de desarrollo, a lo largo de su camino? ¿Cómo aprovechamos esta oportunidad, conscientes de que el beneficio económico a corto plazo lo podríamos obtener, pero las consecuencias a futuro, nos pudieran dar una enorme pérdida por deterioro del equilibrio ambiental? Muchas preguntas. Mucha reflexión y análisis para que sea la mejor ruta, la que se seleccione y se decida.
Bueno y muy importante, sería contar con un “Think tank” para que nos dé respuesta a estas inquietudes, que trabaje a tiempo completo, un laboratorio de ideas, de investigación, de estrategias, conformado por expertos para reflexionar sobre asuntos de política social, estrategia política, economía, militar, tecnología o cultura, y así poder definir políticas de desarrollo local, regional, y del Perú al mundo. Es cierto y necesario, porqué de acá, de dónde estamos ubicados, no nos movemos, ni nos moveremos.
El potencial de que parte del comercio de Brasil con Asia y con los países de la APEC, se realice por el Perú es enorme. Pero, hay que hacerlo bien. Hay que poner en valor el territorio, lo que significa interpretar su geografía económica, sus potencialidades, sus debilidades, las enormes oportunidades que se le presentan a los que ahí viven con sus costumbres, tradiciones, hábitat, y en fin todo lo que representa su identidad, conscientes de las amenazas, peligros, retos, desafíos, que se tendrán que superar, para que esa visión compartida de ese gran propósito llamado Perú, sea más justo, más solidario, más libre.
Para que este emprendimiento sea factible, significará aprovechar en su integridad el territorio con todo su capital humano, por lo que para ello suceda, hay que lograr una metodología que comunique e involucre a la población, que se le proporcione herramientas para hacer frente a las oportunidades que se generen, que se logren consensos con las poblaciones y el establecimiento de una agenda estratégica de desarrollo local, para que en base a su desarrollo, se establezca el modelo de gestión adecuado, que permita trabajar el territorio, en forma saludablemente productiva.
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