Que nuestra red de oficinas comerciales, con nuestra red diplomática construidas en el tiempo, ejerzan de la mejor manera sus labores, y éstas sean sometidas a indicadores de control, para una eficiente gestión por resultados. Que se promuevan los mercados de tierras, para lo cual la titulación se vuelve indispensable. Que aprendamos de lecciones pasadas, que consideremos el cambio climático, previendo y precaviendo con una eficiente gestión de riesgos.
Para todo ello es necesario acelerar nuestra transformación digital. La tecnología ha cambiado a una velocidad sorprendente la forma en la que se crea y captura valor en el mercado. La fuerza disruptiva de la transformación digital impacta 360º en toda la organización y en todas las economías.
Hay que prepararse para ello, aprovechar las grandes oportunidades y repensar los modelos de negocio tradicionales. Tomar conciencia del cambio tecnológico, definir la estrategia a seguir, para lograr la máxima eficiencia operativa, adoptando nuevas estructuras organizativas, acompañado de un liderazgo en organizaciones ágiles, conscientes de que esta nueva realidad afecta al modo de relacionarse con los clientes, la forma de trabajar de los equipos, la comunicación y, en definitiva, a la propuesta de valor de los emprendimientos.
Tenemos que superar nuestro escaso acceso digital, para el apoyo de la educación a distancia, las transferencias de efectivo digitales, la telemedicina y los servicios públicos en línea. La digitalización impulsa la inclusión social y financiera, así como los resultados en materia de aprendizaje y salud. Al 2019, el 60% de la población adulta no estaba bancarizada. En el 2020, alrededor de 230 mil estudiantes dejaron de asistir al colegio.
Postular a proyectos de capacitación, mediante la cooperación internacional para abordar las brechas críticas de conocimiento que existen entre los pequeños propietarios de tierras agrícolas puede contribuir significativamente a mejorar la productividad, aumentar la prosperidad de los agricultores y promover la sostenibilidad ambiental, todo al mismo tiempo.
Proyectos como escuelas “a cielo abierto” en India, apoyados por el Banco Mundial, en dónde en pequeñas parcelas de tierra cultivada, aprenden sobre los últimos avances relacionados con la ciencia, la productividad de los cultivos, y, lo que es más importante, a adoptar prácticas agrícolas que permitan adaptarse mejor al cambio climático, mediante una plataforma de tecnología informática integrada y una red móvil.
Sin ciencia y tecnología, en el mundo actual y en el que se nos está viniendo, no clasificamos a nada. Pensemos, todos los días nos alimentamos, tenemos una biodiversidad que, si la sabemos aprovechar, nos proporcionará prosperidad, a todos, en especial a esa tercera parte de la población ligada al agro. ¿Qué esperamos?
Le aviso al Gobierno, que conozco de profesionales conocedores de la problemática del agro nacional, que han hecho equipo, se han organizado, tienen objetivos claros, plan de acción, ganas de dar soluciones, son honestos y quieren al Perú. Será bueno, que el conocimiento se sume, y que el Perú, lo aproveche. Suerte.
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