Cuando apreciamos el nuevo gobierno de Trump, con sus diversas políticas en diferentes ámbitos, cómo la de que a partir de la fecha, Estados Unidos que tiene un Tratado de Libre Comercio con Canadá y México, en forma unilateral resuelve este acuerdo, y le impone a ambos países 25% de aranceles, y a su vez, a la misma fecha, le incrementa a China, un 10% de aranceles, a los que ya tenía, nos damos cuenta que se inicia “una guerra comercial”, con consecuencias que el tiempo nos lo dirá de acuerdo a las respuestas que se vayan dando en los diversos bloques económicos, y en dónde el Perú debe saber cómo reaccionar y prever estos acontecimientos
Esta situación, nos obliga a pensar cómo encaminar hacia un desarrollo sostenido al país, optimizando lo que ya tenemos y visualizando lo mucho que nos falta por hacer. Para ello, deberíamos mejorar todos, sector público, sector privado, la academia, con la sociedad civil, como grandes pilares de una revolución cultural empresarial, que sea capaz de generar empleo y renta por todo el país. La modernización en esta economía global, requiere de nuevos métodos de gerencia de producción y de gestión tecnológica en la empresa, así como de la capacidad de incorporación de nuevas tecnologías y de procesos en la actividad productiva, lo que significa grandes desafíos en la búsqueda de racionalización, modernidad y competitividad, para lo que son indispensables la calidad y la productividad
Debemos pensar, por tanto, en la necesaria racionalización del gasto público, para tener una administración moderna, eficiente y eficaz en todas sus instancias. Este proceso de racionalización, va a significar muchas personas fuera del aparato público, los cuales serán nuevos demandantes de trabajo, que se suman a los que no lo tienen, (ya informan que hay tres millones de NINIS, jóvenes que Ni estudian, Ni trabajan), a los miles de jóvenes que se suman anualmente a la edad laboral, y a los que hay que empezar a considerar, por la cantidad de mayores que ya jubilados por exiguas pensiones y porque al haber sido informales, no las tienen, y tienen que seguir procurando el pan diario, ante el incremento de esperanza de vida de la población
Si analizamos el presupuesto público, vemos que es de 251 MMM (mil millones de soles), los cuales los distribuye en 162 MMM para el gobierno nacional, 54 MMM para los gobiernos regionales y 35 MMM para los gobiernos locales. De los cuales, en gastos corrientes, (incluyen principalmente los gastos de personal, como salarios y prestaciones sociales, así como los gastos de bienes y servicios utilizados en el proceso productivo, como materiales, suministros y energía), el gobierno nacional, destina 101 MMM; los gobiernos regionales 38 MMM, y los gobiernos locales 18 MMM, haciendo un total en gastos corrientes de 157 MMM, un 63% del presupuesto total, quedando sólo el 37% para obras que son realmente necesarias hacer. Esto es una mala distribución de recursos que hay que mejorar, con transformación digital, y gestión estratégica de los recursos, liberando miles de puestos de trabajo, ocupados innecesariamente en el sector público
Cuando uno analiza el mercado empresarial peruano, con el fin de procurar soluciones a su progreso y desarrollo, encuentra que el INEI indica que, según el segmento empresarial, aproximadamente el 96,2% de las empresas son microempresas, el 3,2% pequeñas empresas, el 0,2% medianas empresas y el 0,4% grandes empresas, de un universo que supera los tres millones de empresas en el Perú. Y de unos 5 millones de unidades productivas si se considera las informales
Según su actividad, el 44,4% de las microempresas se dedican a la comercialización de bienes, mientras que el 16,2% prestan servicios administrativos, de apoyo y servicios personales. Las microempresas representan el 96,2% del total de empresas del país, pero solo tienen el 5,6% de las ventas totales. Por el contrario, las grandes empresas, que superan las 6 mil, concentran alrededor del 80% de las ventas internas y externas del país.
Si se considera la ubicación geográfica de la sede principal de la empresa, Lima concentra el 46,6 % del total. Le siguen en importancia, las regiones de Arequipa, La Libertad y Piura con 5,6%, 5,1% y 4,2%, respectivamente.
Es evidente que las empresas adolecen de una mejor planificación estratégica, porque su lógica de negocios está más enfocada en el día a día que en el crecimiento a largo plazo, en la conquista de mercados exteriores y/o en el desarrollo tecnológico
A decir del Consejo Nacional de la Competitividad, “el sector empresarial peruano está conformado en un 98% por las MYPE. Esta elevada tasa refleja no tanto la capacidad emprendedora del peruano, sino sobre todo la estrategia de supervivencia con la que responde a la falta de empleo dependiente de calidad. La mayoría de estas pequeñas unidades empresariales, muchas veces familiares, son bastante vulnerables y tienen claras desventajas en cuanto a acceso a información, producción a gran escala y acceso al crédito o capital humano calificado, limitaciones que no permiten su desarrollo competitivo ni la creación de mayor valor agregado”.
El rol de la informalidad y la precariedad detienen el crecimiento productivo de los pequeños negocios. Es por ello que formar desde muy jóvenes a los estudiantes impulsaría en la creación de emprendimientos sostenibles, más productivos y que sean parte del crecimiento económico, alejándose del camino de la pobreza y la informalidad.
En Estados Unidos menos del 10% de la PEA tiene un emprendimiento, mientras que en el Perú es de 40%, que se explica por el autoempleo, debido a la baja empleabilidad y lento crecimiento de las empresas. En Estados Unidos más de 30% de los empleadores contratan a diez o más trabajadores, en el Perú menos del 5% emplea a diez o más personas.
En los últimos cinco años la mortandad empresarial creció 6% en el Perú. Solo en Lima eso significó el cierre de más de 30 mil negocios al año de ser fundados. En ese sentido, la capacitación se torna un factor clave para respaldar el crecimiento corporativo y el sostenimiento de las microempresas locales. El 80% de las empresas se cae en el segundo año. Según la SUNAT, cada año se crean 300,000 nuevas empresas y se cierran unas 200,000.
Solo representan el 3% de las exportaciones, aun cuando de las 7 mil empresas exportadoras un 65% son MYPES. Del universo de empresas, sólo 10,000 empresas han exportado alguna vez, y de ellas, solo 100 empresas representan más del 80% de nuestras exportaciones.
El Estado para mejorar la competitividad de las MYPES, debe mejorar: La infraestructura (carreteras, puertos, etc.). El financiamiento. La presión tributaria. Las MYPES para mejorar su competitividad, deben mejorar: La capacitación. Principalmente en costeo, negociaciones, formulación de planes de negocios, investigación de mercados, finanzas, ventas, calidad, innovación, tecnología, competitividad global, alianzas estratégicas, asociatividad, el aprovechamiento total del soporte institucional, que le ofrece el sector público y privado. El desarrollo de marcas y patentes
The Global Entrepreneurship Monitor (GEM), considera al Perú como el país con el índice de mayor emprendimiento individual. 4 de cada 10 entre los 18 y 65 años son emprendedores. 31% de los peruanos que crean un negocio por oportunidad lo hacen para incrementar sus ingresos. Uno de cada dos nuevos emprendedores tiene entre 18 y 34 años. 53% de los negocios nacientes son de comercio minorista, turismo o venta de comida
Cada día se generan como 400 nuevos emprendimientos en el Perú. Hay una efervescencia emprendedora en el Perú. Pero aún hay tareas por desarrollar para que los emprendimientos por necesidad transiten hacia emprendimientos de alto impacto. Estudios revelan que el 80% de los peruanos señaló que colocaría un negocio si tuviera un dinero ahorrado; asimismo, sondeos diversos sobre empleo revelaron que el 89% de ciudadanos desean trabajar como independientes
Ante lo anterior es evidente que las micro, pequeñas y medianas empresas son la mejor respuesta a la necesidad de generar trabajo y renta que el Perú precisa, Para que estas empresas mejoren su desempeño y que nuevos emprendimientos surjan, es que el gobierno en sociedad con los sectores público y privado, la academia, y la sociedad civil en su conjunto, debería ante las cifras de la realidad de nuestro mercado empresarial peruano, lanzar un programa que pudiera llamarse Programa Perú Empresario. Programa nuevo a lanzar como factor dinámico al desarrollo de nuestra economía y con visión estratégica para nuestra inserción competitiva a cadenas de valor globales, con el objetivo de elevar la calidad de vida de nuestra población.
Tendría como objetivo fortalecer a las empresas de tamaño micro, pequeñas y medianas, a través de capacitación, de apoyo al crédito y de asistencia después del crédito. El Programa posibilitaría también la renegociación de deudas con la SUNAT y otras que le impidan su formalización integral, estimándose realizar el mayor número de operaciones de crédito en un año, propiciando la generación y/o el mantenimiento de millones de puestos de trabajo. Por lo que se debe poner a disposición un fondo de miles de millones de dólares a cuantificarse, para metas en renta y empleo a lograr, con los indicadores y sistemas de control
Pienso, que, si no lo hacemos, no va a pasar nada, seguiremos sin rumbo, como lo venimos haciendo, pero si lo hacemos, viviremos grandes cambios, que los necesitamos con urgencia, por lo que seguiré tratando sobre el Programa Perú Empresario, para el siguiente artículo. Hasta la próxima
“Vamos a invertir primero en educación, segundo en educación, tercero en educación. Un pueblo educado tiene las mejores opciones en la vida y es muy difícil que lo engañen los corruptos y mentirosos” José Mujica
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