Muy acertado el Plan Estratégico de Desarrollo Nacional (PEND) al 2050, elaborado por el Centro de Planeamiento Estratégico (CEPLAN), y puesto a consideración de la población hasta el 26-11-21, al considerar a la persona como propósito o fin supremo de los principales instrumentos normativos y orientadores del desarrollo sostenible del país. Apuesta estratégica que coloca en el centro a las personas, para articular alrededor de ellas los esfuerzos de la Sociedad Peruana y su Estado.
El PEND me ha reivindicado la esperanza de que si es posible hacer realidad esa expresión que nos enorgullece ¡Vale un Perú! Es un buen trabajo hecho por peruanos, que han mirado más allá, y que han planificado cómo llegar al 2050, con lineamientos de política, trazando objetivos (nacionales y específicos), con metas y acciones estratégicas a realizar, en el marco de lo dispuesto en el Decreto legislativo 1088 – Ley del Sistema Nacional de Planeamiento Estratégico.
Cómo toda obra humana, siempre es perfectible, pero el ejercicio de haber diseñado un camino al 2050, al cual debemos consensuar, es magnífico. Se han tomado en consideración los problemas estructurales del país planteando una oportunidad de cambio y/o mejora de la situación actual, mediante la identificación de los retos, como por ejemplo la persistente gestión inadecuada del territorio y escasa valoración de las potencialidades y de los intercambios sociales que se desarrollan en él, así como las escasas e inadecuadas políticas para el desarrollo de la innovación, la ciencia y la tecnología, entre otras.
“Mirar alto y lejos hacia el futuro no tiene nada de malo. Tener objetivos ambiciosos no tiene qué ser malo, si uno tiene la voluntad de trabajar para lograrlos. Si seguimos haciendo lo mismo que en el pasado, no lograremos nuestros sueños. Necesitamos modificar los paradigmas que guían nuestros pensamientos. Necesitamos tener acceso a los activos físicos e intelectuales que nos permitan lograr control sobre nuestro futuro. Necesitamos la energía colectiva que nos permita crecer y desarrollarnos. Hoy no es el idealismo el que nos empuja a cambiar y a soñar en nuevos caminos; es la necesidad la que lo hace. Las visiones no podrán venir de fuera, somos nosotros quienes tendremos que construirlas. Sin duda se requieren medios para lograr los objetivos, pero los medios también se construyen”. ANTONIO ALONSO CONCHEIRO, 2010-Ceplan.
Coincido con sus objetivos, son una constante en lo que regularmente intento compartir. Y con seguridad, muchos más. Le añadiría un objetivo adicional, que lo aprendí en mi paso por la vida: querencia espiritual. Si no se quiere, no se puede.Con seguridad, para que el cambio se dé: “hay que compartir una visión de futuro, adonde queremos ir, para que haya una motivación colectiva que rompa la inercia, el desánimo de la población, y que más bien esta se torne como una fuerza incontenible, de creación de riqueza, de querer ser, de querer hacer y de lograr poder serlo para el beneficio propio y de esta gran colectividad histórica llamada Perú” Juan de Dios Guevara.
Hay que convocar a los actores que lo harán posible: Gobierno Nacional, Regional y Local, Sector Privado, Sociedad Civil Organizada, Academia. No perdamos tiempo, tenemos muchas cosas buenas. Recuperemos nuestra autoestima, y hagamos posible esta “hoja de ruta” al desarrollo. Tendamos puentes.
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