El pasado no nos debe condenar
Cuando Celestino (“The big Alejandro”, como lo llamó George Bush, cuando este “cholo sano y sagrado” encaminó el TLC de Perú con USA) Toledo, llegue este domingo al penal de “BARbadillo”, el Perú tendrá el triste récord mundial de tener 3 expresidentes en la cárcel, otro que se suicidó cuando lo iban a detener y 4 más expresidentes con problemas con la justicia, lo que nos confirmará a los peruanos, que nuestro pasado nos condena, cómo a la vez, contradictoriamente cómo es nuestro país, seremos ejemplo en el mundo, de que acá se condena a los expresidentes, hecho que no es muy usual, en este mundo de la corrupción.
Qué pena tener este pasado de gobernantes que no son ejemplos para nuestra juventud. Ojalá que la vergüenza que está viviendo Toledo, todo un expresidente extraditado de USA enmarrocado al Perú, a una cárcel, sirva de reflexión a la clase política y ejemplo de lo que les espera, “si meten la mano”, y a los electores el aprender a saber elegir y fijarse por quienes votar.
Este pasado que nos condena, sin embargo, en nuestra permanente contradicción, nos refleja que el Perú es uno de los países más inestables de América Latina, y que vive en un estado de caos absoluto, porque la política peruana es pésima, pero a la vez el Perú es uno de los países más estables de América Latina en lo económico, con tasas de inflación más bajas de América Latina y las mayores reservas de divisas de la región en relación con su economía.
Perú se destaca por su prudencia fiscal y manejo de niveles de deuda, según el BID. El Perú ha demostrado su compromiso con la estabilidad macroeconómica al ser uno de los países que más rápido ha logrado retornar a niveles pre pandemia, así como controlar su endeudamiento en un contexto externo difícil, remarcaron los investigadores.
Gran parte de este relativo éxito es la autonomía del BCR y el manejo del MEF. Hechos que lo ponderan los analistas y que el ex ministro de Economía Waldo Mendoza, sustentó en el evento organizado por el CIES (Consorcio de Investigación Económica y Social), para la presentación de su libro “Constitución y crecimiento: Perú 1993-2021”, que ofreció escribir para sustentar las bondades del capítulo económico de la constitución del 93.
Cómo en el fútbol: “goles son amores y no buenas razones”. Y Mendoza es claro, al precisar: “pasar de un per cápita en el 93 de unos 1400 dólares a más de 7 mil en la actualidad, y pasar de un presupuesto anual en el 93 de unos 5 mil millones de dólares a 50 mil millones a la fecha, son cifras más que contundentes”.
Como economista, el profesor Mendoza de la PUCP, se manifiesta a favor de la Economía Social de Mercado, porque considera que las cifras lo respaldan y somete a debate sus argumentos contra los que quieren el cambio del capítulo económico de la C93. Reconoce que se debe hacer algunos cambios, sobre todo en la educación, la cual se debe blindar como a la economía en la C93.
Hay que saludar esta invitación al debate con propuestas con sustento. Debates alturados nos deben llevar a un consenso, porque si bien los indicadores de crecimiento positivo que se han generado, en estos 30 años, también hay que considerar que se han dado resultados negativos, cómo el de tener la mayor informalidad laboral de la región, cerca del 80%; tener los peores resultados en educación en la región; estar entre los 5 países más desiguales del mundo; el 31,8% de la población peruana vive en hogares con ingresos por debajo de la línea de pobreza (unos 25 soles diarios por persona), y un 37,7% es vulnerable y está en riesgo de volverse pobre, según el Banco Mundial; el país más afectado por la pandemia, por un insuficiente servicio de salud; uno de los peores países en calidad de vivienda, de servicios de agua potable, desigualdad laboral entre mujeres y hombres, y podríamos seguir, sobre todo con la anemia infantil, que aumentó en el 2022, en casi todas las regiones del país.
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