Dos informes recibidos esta semana, de dos organizaciones internacionales, con alcance mundial, sobre los derechos humanos y la situación de la pobreza en el Perú, respectivamente, nos obligan a recibir con humildad y propósito de enmienda, las conclusiones y recomendaciones que nos presentan. Si reflexionamos sobre lo que ahí nos dicen y actuamos en consecuencia estaremos haciendo viable nuestro progreso, desarrollo y buen convivir. De lo contrario, las posibilidades de una sociedad viable para nuestras queridas generaciones futuras, se ven muy inciertas. Con esta gravedad y urgencia, debemos los peruanos conscientes, recibir estos informes.
El primer informe recibido esta semana es el de Human Rights Watch (HRW) una organización no gubernamental (ONG) dedicada a la investigación, defensa y promoción de los derechos humanos, cuya sede se encuentra en Nueva York (USA), y cuenta con oficinas en Beirut, Berlín, Bruselas, Chicago, Ginebra, Johannesburgo, Los Ángeles, Moscú, París, San Francisco, Tokio, Toronto y Washington. Su labor es investigar y generar informes en los países que suceden hechos como los ocurridos en nuestro país, recientemente.
Por el tiempo que vienen trabajando desde 1978, y el posicionamiento global de Observatorio de los Derechos Humanos que han logrado, sus informes tienen repercusión internacional y son base para denunciar ante la comunidad internacional los abusos y presionar a los Gobiernos y a las organizaciones internacionales a efectuar reformas.
Y como el informe de HRW, se resume “Perú: Abusos brutales cometidos por las fuerzas de seguridad. Se debe investigar a mandos y altos funcionarios”, lo que se entiende que no habrá impunidad, ya que la presión internacional será incesante.
Ya los Diputados de Europa están pidiendo al Gobierno de Dina Boluarte «finalizar con la criminalización y estigmatización de los manifestantes» y se permita la investigación independiente sobre delitos de DD. HH. con el apoyo del Alto Comisionado de la ONU.
Pronto vendrán los informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA y luego la del Consejo de Derechos Humanos (CDH) de Naciones Unidas que es el principal organismo intergubernamental de la ONU para la promoción y protección de los derechos humanos en todo el mundo.
Esperemos, siguiendo las recomendaciones que nos están presentando, escuchar, oír, reflexionar y actuar. Las recomendaciones son: 1. Al gobierno de Boluarte Abordar las causas estructurales del descontento social. Investigar lo ocurrido. Ayudar a las víctimas. Reformar las fuerzas de seguridad que desempeñan tareas de orden público 2. Al Ministerio Público. Reforzar las investigaciones sobre hechos que atenten contra los derechos humanos. Mejorar la transparencia. Reforzar la supervisión sobre la policía 3. Al Congreso 4. A la Policía Nacional del Perú. Reforzar la transparencia y la formación. Garantizar la rendición de cuentas 5. A las Fuerzas Armadas 6. A la Comunidad Internacional.
No podemos seguir cometiendo los mismos errores pasados. Ya se cometieron en el enfrentamiento contra los terroristas, tal cómo se puede apreciar y aprender en el Lugar de la Memoria (LUM). No debemos tener ese pensamiento belicoso de “comer alfalfa, de meterles un tiro, de darles colectas, bonos y distinciones por haber matado a compatriotas, de que bien muertos están esos caviares, comunistas terrucos, etc.”. Se debe tener presente, que sea la ideología que sea, que tenga cada individuo, no deja de ser peruano, de ser compatriota, y que los problemas a solucionar son de todos por igual, para una feliz convivencia. Pensemos.
Ese comportamiento en el siglo XXI es muy mal visto por la comunidad internacional, resulta anacrónico, y no integra, genera polarización, y nadie gana, todos perdemos. Ya lo hicieron, ya las víctimas están muertas o heridas, y el dolor profundo, con el vivo resentimiento permanecerá.
Solo queda afrontar el problema y encontrar el camino del perdón, reparación y reconciliación, dejando de lado esas reacciones infantiles, “que esos son informes de los rojos y no sirven para nada, que es una ONG de caviares, comunistas y terrucos”.
No es así, somos parte de una comunidad de naciones que luego de haber pasado guerras, muertes, desolación, excesos, brutalidad, decidió la humanidad por sí misma, elaborar por representantes de todas las regiones del mundo con diferentes antecedentes jurídicos y culturales, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un documento que marca un hito en la historia de los derechos humanos. Fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948 en su (Resolución 217 A (III)) como un ideal común para todos los pueblos y naciones.
La Declaración establece, por primera vez, los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en el mundo entero y ha sido traducida a más de 500 idiomas. La DUDH es ampliamente reconocida por haber inspirado y allanado el camino para la adopción de más de setenta tratados de derechos humanos, que se aplican hoy en día de manera permanente a nivel mundial y regional (todos contienen referencias a ella en sus preámbulos).
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