“Entusiasmo sin conocimiento no es bueno, una persona que se mueve demasiado rápido puede ir por el camino equivocado.” Proverbio
Hay que tomar conciencia que la idea empresarial, es la base de toda actividad económica. Por lo tanto, hay que procurarla, para descubrirla e identificarla. Dar espacio a la creatividad, a la imaginación, a la innovación. “La imaginación es más importante que el conocimiento”, decía Albert Einstein. Entonces, qué pasaría si le hacemos caso y fomentamos desde niños, que a todos los peruanos, se les eduque, para desarrollar su inmensa capacidad creativa.
Una persona creativa entiende que las oportunidades de negocio están en el entorno. Y detectadas, se debe determinar qué objetivo se quiere lograr; y entonces, debe poner todo de su parte, para pensar y decidir cómo hacerlo y con qué hacerlo.
A la creatividad hay que sumarle capacidades, cómo voluntad de querer hacerlo. De querer ganar, de hacer su sueño realidad, y para lo cual debe saber que los ingresos del negocio, se suceden al exterior del mismo, y que los costos se producen a su interior. Todo emprendimiento conlleva costos, que siempre los debes considerar. Y ese mejor manejo de conseguir más ingresos, y tener menores costos; por lo tanto, mayor utilidad debes lograrla educándote, formándote, adquiriendo experiencia
El obtener utilidades, implica riesgos, por lo que se entra al mundo de los negocios, se debe ser consciente qué se va a poner el patrimonio en riesgo, que se va a trabajar sin horario, incluidos sábados, domingos y fiestas de guardar, sacrificando momentos de cariño, ocio, placer, con un nivel de responsabilidad, muy superior al que como empleado se había experimentado.
No olvide que usted va a gestionar variables, las que de acuerdo a sus capacidades, podrá en mayor o menor medida, controlar. Pero recuerde que también debe afrontar variables incontrolables, cómo por ejemplo, la pandemia que vivimos, o un terremoto, o un incendio, o cualquier otra adversidad, qué cómo sabemos, llegan en el momento menos esperado. Por eso a ser prudentes, controlando el riesgo en lo posible.
Cuando ya se esté convencido de que es capaz de asumir responsabilidades para el logro de un objetivo, y que se tiene la aptitud de hacerlo, se debe decidir qué forma legal de empresa es la que más te conviene. Así mismo, decidir dónde va a operar, qué en pandemia puede ser desde la propia casa o en el lugar donde uno se encuentre en tiempo real. Y si se va a hacer por momentos, porque todavía no se puede desligar de su trabajo -porque necesita de ese ingreso-, jamás entre en conflicto de intereses con su puesto de trabajo. Piense bien si tiene la capacidad física, mental, de poder hacerlo. La ética y la moral son vitales.
La decisión de dar inicio a la creación de una personería jurídica, es cómo dar vida a un recién nacido, y por lo tanto debe ser anunciado, celebrado con su entorno más cercano. Así el círculo íntimo, brindará las mejores vibras positivas, e incluso, puede generar el interés y suma de la familia a tales propósitos. Muchas empresas familiares, surgieron así con gran éxito. Muchas veces he pensado que el éxito de por ejemplo en el Perú, los hermanos Wong, los hermanos Añaños, ha sido por la capacidad de trabajar en equipo, descentralizando responsabilidades. Hay muchos casos, lo que pareciera confirmar que la familia unida, jamás será vencida.
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