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Juan de Dios Guevara / Inteligencia emocional (1 de 2)

Foto del escritor: Análisis EfectivoAnálisis Efectivo

“Todo ser humano si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro” Santiago Ramón y Cajal.


Vivir en Lima se vuelve cada vez más complicado, y si no desarrollamos inteligentemente nuestras emociones, esto va a ir explotando cómo cuando se hace palomitas de maíz. El malestar es nacional, y cada región según sus características, lo vive en mayor o menor grado de intensidad.


Lo complicado de vivir en Lima se acentúa con obras en las calles, nada planificadas, pero muy motivadas porque en enero 2023 dejan sus cargos a las autoridades elegidas, en estas últimas elecciones. El tráfico es insoportable. El parque automotor se ha ido incrementando año tras año, y nuestras calles son las mismas, La molestia, el fastidio, la frustración, generan un ambiente de enrarecida violencia. Si a ello, le sumamos la crisis política, que viene de tiempo atrás y con gran protagonismo desde hace 6 a 7 años, nos encontramos con un ambiente crispado en extremo, con una gran polarización.


El panorama es desolador, el entorno tiene cargas muy negativas. Veamos: Si tienes problemas de salud y te atiendes en centros de salud pública, el martirio es un calvario que obligatoriamente debes someterte, para aspirar a que te atiendan. Si quieres que tus hijos estudien y reciban una educación pública de calidad, molestias enormes, tendrás que pasar para lograrla, sin ninguna seguridad que así sea. Si quieres justicia y no tienes recursos económicos, difícil que la obtengas. Caminar con tranquilidad por las calles de la ciudad, no es un placer, es un estar vigilante a que no te roben, te ataquen, te atropellen, te caiga una bala perdida. El dejar tu casa sola por un momento, es señal de preocupación de que regreses y te des con la sorpresa de que te la han vaciado. Y si estás en tu casa, también el temor persiste. El movilizarte es una pesadilla, el sistema de transporte es pésimo.


Lees las noticias, por los periódicos, redes sociales y acabas devastado de tanto encono, tanta rivalidad en la mayoría de las manifestaciones humanas, sean éstas políticas, sociales, deportivas. Es como un terremoto de negatividad. Encima, prendes la televisión peruana, para enterarte de las noticias y todo es dolor, asesinatos, robos, accidentes, atropellos, y farándula, con ofertas en lo deportivo de un “canal del mundial”, que luego te pasa partes del mundial, para avivar más la frustración de que perdimos el estar ahí, con un rival aparentemente inferior cuando ya habíamos logrado lo más difícil, lograr un cupo por Sudamérica. O será, como he leído a un reconocido periodista deportivo argentino, que “el fútbol sudamericano se ha quedado y en los otros continentes ya juegan otra cosa”. Realmente, por lo que se está viendo, las diferencias se han acortado y el nivel físico se ha incrementado. La verdad es, que la velocidad con la que juegan es muy superior a la que acá en el Perú vemos.


Aparte nuestra televisión peruana, adicional a sus programas de paupérrima calidad te brinda una clara opción política, a pesar de usar el espectro electromagnético que pertenece a todos los peruanos. No dan derecho al debate, a la presentación de diferentes opciones que existen, y así cumplir un rol educador, pero no, todo lo contrario. Esa alienación constante se ha hecho parte de nuestro diario vivir, sufrir y resistir. Mirando hacia el futuro, con responsabilidad: ¿Qué personas se va a lograr formar viendo la televisión peruana? Deben tomarse medidas urgentes, para que la televisión peruana mejore significativamente.


Si emprendes por autoempleo, ante la imperiosa necesidad de generar ingresos ante la falta de empleo, vienen unas autoridades sin preparación, pero con palo y uniforme, y te arrasan, te requisan en su mayoría, en forma abusiva. Si tu negocio está en el “damero de Pizarro”, más tiempo lo tendrás cerrado, por paros, marchas y bombas lacrimógenas. Si has logrado poner en marcha tu empresa, viene la SUNAT por un lado y los extorsionadores por el otro. Si eres empresa más grande te bloquean las rutas de acceso. Si acuerdas un negocio, con tales y cuáles características, es probable que por una cultura chicha de Pepe el Vivo que se ha multiplicado exponencialmente en nuestra sociedad emergente, no te cumpla con lo acordado, sin medir las consecuencias negativas en cadena que se generan, causando malestar en el consumidor y pérdidas al que invirtió e hizo su gestión adecuadamente. La palabra se ha devaluado. Los valores se han perdido.


En Lima misma, en sus alrededores y fuera de ella, a lo largo de nuestro extenso territorio nacional, vemos atraso. Las brechas económicas sociales y territoriales, son evidentes. Las cifras lo confirman. No tenemos planificación, ni desarrollo territorial, ni visión al futuro. Lima de un tamaño de casi 2700 kms2, entre el millón 285 mil kms2 que es el Perú, representa tan sólo el 0.2% de nuestro extenso territorio, pero sin embargo la tercera parte de su población total, cómo 11 millones vive en Lima. ¿Por qué si los distritos de San Isidro y Miraflores generan tanta admiración -o resentimiento para algunos-, no lo convierten en modelos a replicar por los otros 1870 distritos que existen en el país? Cómo que más útil es pensar para mejor y no para peor. El optimismo es necesario. Aunque por los últimos acontecimientos, el alcalde del metro cuadrado más caro del Perú, San Isidro, acaba de ser detenido por corrupción, confirmando que este comportamiento es parte del ADN nacional.


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