El presidente de la Asamblea General de la ONU, en su 77 Asamblea, Csaba Körösi, aboga por soluciones solidarias, sostenibles y científicas, para las crisis que aquejan al mundo. “Necesitamos solidaridad porque las desigualdades han alcanzado alturas récord… sostenibilidad porque le debemos a nuestros hijos dejar atrás un mundo habitable… [y] ciencia porque nos ofrece evidencia neutral para nuestras acciones”. Pero las soluciones deben ser reales e implementarse, subrayó, “porque hemos redactado muchos tratados, establecido metas excelentes, pero hemos tomado muy pocas medidas”. Körösi listó una serie de problemas que requieren solución urgente, entre ellos el cambio climático, los conflictos violentos, las emergencias humanitarias, la inflación, el estancamiento del desarrollo y los abusos de los derechos humanos en muchas partes del mundo.
Por su parte, Antonio Guterres Secretario General de la ONU, afirmó: “Las divisiones se hacen más profundas y la desigualdad aumenta, la gente sufre y nos encaminamos hacia un desastre climático del que ninguna región está a salvo”, llamando a los Estados a buscar soluciones comunes a los problemas comunes, trabajando en unidad, “como naciones unidas”. Una colaboración basada en la buena voluntad y la confianza para enderezar el rumbo. “Necesitamos esperanza y más. Necesitamos acción”. “No nos hagamos ilusiones.
Navegamos aguas turbulentas. Se avecina un invierno de descontento a escala mundial. La crisis del costo de la vida está haciendo estragos. La confianza se desmorona. Las desigualdades se disparan. Nuestro planeta está ardiendo”, y lamentó, el mundo está paralizado. “Estamos estancados en una disfunción global colosal. La comunidad internacional no está preparada ni dispuesta a afrontar los desafíos enormes y dramáticos de nuestra era. Estas crisis amenazan el futuro mismo de la humanidad y el destino de nuestro planeta”.
En medio de ello, muchos economistas reconocen que el sistema económico mundial ha permitido sacar a muchos de la pobreza y que hemos llegado a acceder a mejor calidad de vida, que nuestros antepasados; pero contradictoriamente, ahora hay: más suicidios, más enfermedades mentales, más cáncer, más estrés, más crisis financieras, más inestabilidad económica, más endeudamiento de personas, hogares, empresas, corporaciones, gobiernos, más desigualdades, muy pocos tienen mucho, y muchos muy poco o nada, por lo tanto, más inseguridad. Y cuando hay inseguridad, se generan más conflictos sociales, y se genera una tendencia pronunciada a populismos y tensiones geopolíticas. ¿Qué sucederá? ¿Estamos frente al umbral de cambio del modelo económico neoliberal relanzado por Thatcher y Reagan?
Hoy en día, la economía capitalista que tenemos no es una economía de libre mercado. Muchos no acceden siquiera al mercado. Los grandes grupos financieros y los rentistas han creado un sistema que está muy alejado de lo que es una economía de mercado. El tipo de capitalismo que tenemos ahora le entrega todo el poder a una minoría. En este sistema, los ingresos fluyen cada vez más hacia los dueños de la propiedad, sea ésta propiedad financiera, física o intelectual. En los últimos 30 o 40 años los dueños de la propiedad y las finanzas se han hecho más poderosos. Se cuestiona que el sistema económico ha transitado desde premiar el trabajo a premiar la propiedad de la riqueza.
Este tipo de situaciones hacen que grandes corporaciones puedan comprar otras corporaciones y crear monopolios en el mercado. Vivimos en un sistema económico muy inhumano Lo mismo ocurre con las patentes y los derechos intelectuales. Y lo mismo con la concentración de entidades corporativas que generan oligopolios.
Curiosamente, esas ideas de disminuir la desigualdad, poner fin a los oligopolios, terminar con los privilegios de las minorías, se parecen bastante al discurso que la vieja izquierda ha propuesto por años. Se señala que 4,500 peruanos ricos son dueños del 40% del Patrimonio Privado Nacional (propiedades que hay en el país). La consultora internacional Knight Frank estima que hay más de 17 mil millonarios en nuestro país, de los 33 millones que somos. Unos 880 peruanos con más de 10 millones de dólares. Otros 300 con más de 30 millones de dólares. Alrededor de 37 peruanos con más de 100 millones de dólares. Y al menos 5 con más de mil millones.
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