Cuando uno lee la alta desaprobación a la presidente y al congreso, más de 9 de cada 10 peruanos no los aprueba, y observa la marcha de este gobierno, entiende el porqué de estas cifras, ya que ella y sus ministros con reiteradas intervenciones desacertadas, y el congreso aprobando leyes, que causan rechazo nacional e internacional, se lo han ganado a pulso.
Pareciera que estuvieran en competencia, sobre quien “mete más la pata”. La última de uno de sus ministros, ha llegado al extremo de declarar, que las cifras de un organismo internacional, la FAO, y un organismo nacional, el Ministerio de Inclusión Social (MIDIS), que revelan que más de 17 millones, o sea más de la mitad de la población sufren de inseguridad alimentaria, son relativas, ya que él haría parte de la inseguridad alimentaria, porque no come en las noches, debido a que evita seguir la mala costumbre que tenemos de comer tres veces al día, añadiendo que en cualquier lugar de nuestro país todos los peruanos comen contundente, y que acá no se pasa hambre. Declaraciones que seguramente fueron hechas por la euforia de que el avión estaba pronto a salir a la clausura de los juegos olímpicos con su familia, de otra manera, no se podrían explicar.
Por lo que, ante ello, lo único que queda, es decir: ¡Provecho!, y reconocer que todo sigue igual, y parece seguirá igual. Nadie del ejecutivo y legislativo, se ruboriza. Como si con ellos, no fuera la cosa. Pero sí muchos nos indignamos, porque vemos falta de Calidad Total, principio básico para pretender ser competitivos local y globalmente, incrementando nuestra escasa productividad, y por ende atraer capitales, inversiones que generen empleo y renta, la única manera de combatir firmemente a la pobreza.
Vemos constantemente que ya es una costumbre la mediocridad profesional, y la razón principal de que la hayamos alcanzado, es por la proliferación de universidades mercantilistas, de nivel para hacer negocios con el alumno, y no del nivel de conocimientos que exige la actual economía del conocimiento, para poder dar solución a los graves problemas de atraso, en que nos encontramos.
Las pruebas son claras y contundentes tal como se aprecia, en la clasificación de la reconocida firma británica, Quacquarelli Symonds (QS) una de las más prestigiosas del mundo, en su World University Rankings 2024. QS considera cómo principal factor que toman en cuenta es la reputación académica. También miden cuestiones como la cantidad de personal docente por estudiante. Los evaluadores analizaron más de 17 millones de artículos académicos y las opiniones de más de 240.000 de profesores y expertos para elaborar el listado, que se publica desde hace dos décadas.
Dentro de las 1500 universidades clasificadas, 732 son de China, casi la mitad de las mejores 1500. La universidad china mejor ubicada en el puesto 14 es la Universidad de Pekín. Dentro de las 10 primeras universidades del mundo, cuatro son de Estados Unidos, la primera en el mundo IMT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), cuatro del Reino Unido, segundo y tercer puesto, la Universidad de Cambridge y la Universidad de Oxford; una de Suiza (ETH) y una de Singapur (NUS).
Dentro de las 100 primeras universidades del mundo, sólo tres latinoamericanas, la Universidad de Sao Paulo (USP), puesto 85, La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), puesto 93, y la Universidad de Buenos Aires (UBA), puesto 95.
Mientras que las peruanas entre las 1.500 clasificadas, son sólo diez de las más de 100 universidades en funcionamiento en el Perú, y otras más que se están creando o van a crear. 1. PUCP Pontificia Universidad Católica del Perú 336 2. Universidad Nacional Mayor de San Marcos 901-950 3. Universidad Nacional de Ingeniería 951-1000 4. Universidad Peruana Cayetano Heredia 951-1000 5. Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas 1001-1200 6. Universidad de Lima 1001-1200 7. Universidad del Pacífico 1001-1200 8. Universidad Nacional Agraria La Molina 1201-1400 9. Universidad San Ignacio de Loyola 1201-1400 10. Universidad de Piura 1201-1400 Fuente: QS World University Rankings 2024.
Con estas realidades, ¿cómo vamos a competir con el mundo?, ¿cómo vamos a cumplir con nosotros mismos, con la cantidad de temas urgentes a resolver para construir nuestro progreso y desarrollo en paz, armonía y felicidad? La pregunta es: ¿Por qué no podemos ser felices? Simplemente, porque nos estamos llenando de mediocridad. Nos estamos engañando. El lucrar con la educación, está ganando por goleada.
Una universidad representativa de ellas, ya ha conseguido en sus cortas tres décadas, cuadriplicar en número de títulos registrados a la universidad más antigua de América (473 años); ya ha logrado tener un egresado, de Presidente de la República, graduado en su Casa de Estudios de Bachiller y Magister, que en su corto período presidencial demostró un nivel similar al del dueño y fundador de esa universidad. Ya tienen bancada y la presidencia del Congreso, igual tienen gobernadores y alcaldes, y siempre se acomodan en el poder, con alianzas con quienes sean, para cada vez llenarnos de más profesionales graduados en universidades, que ni aparecen en las clasificaciones internacionales.
Ahora una de las carteras obtenidas por su alianza con el gobierno de turno, la dirige un egresado de la misma, y que según estudio liderado por el Dr. Giuston Mendoza-Chuctaya entre el 2009 y 2019, el 42,8% de los alumnos del último ciclo de Medicina Humana que realizaban su SERUM no lograron aprobar el Examen Nacional de Medicina (ENAM), una prueba de 200 preguntas de opción múltiple y razonamiento clínico diseñada para medir los conocimientos fundamentales del futuro médico general, fue la universidad privada con el más alto porcentaje de desaprobación, el 70%. Y ahora estos jalados quieren liderar las pruebas, y clasificarlas, lo que le ha significado la negativa a participar de parte de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, que sólo tuvo el 7% de desaprobados, y le han seguido casi todas las demás facultades.
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