Triste ser testigos de que ese soñado mundo de paz, sea una vana ilusión. “Puedes decir que soy un soñador. Pero no soy el único. Espero que algún día te unas a nosotros Y el mundo vivirá como uno “Imagine all the people. Living life in peace” (Imagine, John Lennon). Y así es que, continuando con la historia de la humanidad, ahora nos toca ver desde nuestros celulares videos de la guerra misma. Lo que antes nos lo contaban y leíamos y nos imaginábamos había sucedido, ahora lo vemos desde el lugar de los hechos, en tiempo real, en un aparato de bolsillo. Hemos avanzado tecnológicamente, pero en esencia seguimos siendo los mismos, los que con sangre escribimos la historia.
NO A LA GUERRA
Esperemos que no escale, porque dada la potencia nuclear desarrollada, las consecuencias serían fatales a la humanidad, difíciles de imaginar, haciendo una pospandemia más complicada aún, de superar. Ahora mismo, el petróleo ha pasado los US$ 100 dólares, cifra que desde hace 8 años no alcanzaba, lo que generará inflación mundial y por ende nacional, causando molestias al nivel de vida, que ya de por sí está complicado. La reactivación económica mundial sería más lenta, la demanda externa no seguiría su expansión, atentando contra el crecimiento de nuestras exportaciones, que el 2021 ha superado su récord, al superar los US$ 56 mil millones de dólares. Crecimiento que debe ser sostenido por la generación de empleo y renta que significa el crecimiento hacia afuera.
Bien el apoyo que el Estado ha ido generando en servicios de apoyo al exportador. PROMPERÚ realizó el último año 31 ruedas de negocios virtuales con expectativas de negocio por US$ 329.3 millones de dólares, participando 1.182 empresas exportadoras que se conectaron con 1.452 compradores internacionales especializados de las regiones de Latinoamérica, Norteamérica, Europa y Asia, sosteniendo 5.414 citas. Así mismo, 133 empresas participaron por primera vez en estas ruedas de negocios virtuales. Es meritorio el trabajo, pero falta mucho por hacer. Son más de 3 millones de empresas en el Perú, y no llegan a 20 mil empresas las que han exportado siquiera una vez. Por lo tanto, las 1182 empresas que participaron de estas ruedas de negocios virtuales, en el universo de más de 3 millones de empresas, no es significativo. Pero algo, es algo. Peor, es nada.
¿A quién le corresponde hacer esta tarea de promoción de exportaciones? Al sector público y a los gremios empresariales, conjuntamente con las universidades. Hay que desarrollar oferta exportable, y para eso hay que formar empresas competitivas globalmente. Y eso parte de la esencia de todo el proceso de valor, el capital humano. Necesitamos avanzar en la transformación digital y capacitar por e-learning con todos los medios audiovisuales al alcance, al mayor número de empresarios y potenciales de serlo. Tenemos mucho que ofrecer al mundo, pero para ello el Perú debe adoptar una estrategia exportadora y participar competitiva y rentablemente en esta economía global. Los espectaculares incrementos en los niveles de vida, alcanzados por las sociedades que han seguido el modelo de desarrollo sustentado en la exportación, ameritan su consideración.
“Los países en los que los actores orientados a la exportación dirigieron coaliciones gobernantes Chile (1848-1883), Argentina (1825-1886), y Mauricio (1825-1895) que se comprometieron con proyectos importantes para proporcionar nuevos bienes públicos y ayudar a la producción de exportación, tuvieron éxito e impulsaron el crecimiento de las capacidades del Estado. Los gobiernos de los países en la que los exportadores estaban políticamente marginados, Colombia (1880-1905), Ghana (1945-1966), y Nigeria (1945-1966) no pudieron articular los intereses privados con los bienes públicos y las capacidades del Estado se estancaron”. (Saylor, Ryan, 2014, State Buiding in Boom Times, Oxford University Press, p.9).
Por eso, hay que desarrollar una cultura exportadora a nivel nacional, y seguir creciendo descentralizadamente, como en el 2021, dónde las exportaciones regionales crecieron en un 30%. Todas las regiones crecieron, menos en: Huánuco (-39%), Pasco (-20%), Cajamarca (-4%) y Junín (-2%). Ica fue el mayor exportador regional, con Hierro, estaño, cobre, concentrados, uvas, espárragos, paltas, arándanos, principalmente. Arequipa fue el segundo, con cobre y concentrados, oro, molibdeno, cátodos de cobre. La tercera región fue Áncash con el cobre, cinc, harina de pescado y grasas y aceites de pescado. Sigue La Libertad con los arándanos, paltas, harina de pescado, preparaciones utilizadas para la alimentación de los animales, entre otros. Y así podemos continuar con el análisis de cada región y comprobar la riqueza de nuestro país, con la diversidad de sectores y productos, en que tenemos ventajas comparativas y por lo tanto un potencial enorme, si las convirtiéramos en ventajas competitivas.
Pero seguramente, como somos un país rico, desperdiciamos oportunidades, como por ejemplo, en Arequipa, con un proyecto como Majes-Siguas II, paralizado por la falta de buenos gestores, durante años. Ahí tienen, buen clima, agua, mano de obra, 38 mil hectáreas de tierra agrícola para producir y generar empleo en el sur del país, divisas, servicios de comercio exterior, desarrollo de infraestructura, mejor nivel de calidad de vida, entre otros, pero ahí está paralizado, como tantos otros proyectos por una falta de ambición empresarial, que hay que cambiar. Al escribir este artículo, me entero que el Consejo Regional de Arequipa, acaba de aprobar la adenda 13 al contrato de Majes-Siguas II, que ojalá pueda por fin destrabar este proyecto, y Arequipa, pueda sumarse a este boom agroexportador que va desde Piura a Ica.
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