Dentro del pensamiento liberal, hay que liberar los factores que generan la riqueza, el capital y el trabajo, entendiendo que la urgencia es extrema, tenemos que promover un shock de inversiones, una campaña nacional, para que cada una de nuestras regiones, promueva inversiones de la larga lista de proyectos que tiene cada región, para atraer capitales nacionales y del exterior. Pedir el apoyo de la cooperación internacional en toda su magnitud y así poder generar empleo y renta.
Quizá para incentivar a los capitalistas, habría que recordar el encendido discurso de Reagan en la convención republicana de 1992 en Houston, a favor del libre mercado, con un decálogo de principios a tener en cuenta, y en donde por error se los atribuyó a Abraham Lincoln. Error repetido muchas veces desde entonces, potenciado por las redes sociales.
El decálogo famoso fue el Ten Cannot (“los 10 no pueden”) de William J. H. Boetcker, (1873 – 1962), un líder religioso estadounidense, influyente orador y abiertamente conservador, en dónde enfatiza la libertad y responsabilidad del individuo sobre sí mismo.
Decálogo de William J. H. Boetcker (1916): 1. Usted no puede crear prosperidad desalentando la Iniciativa Propia. 2. Usted no puede fortalecer al débil, debilitando al fuerte. 3. Usted no puede ayudar a los pequeños, aplastando a los grandes. 4. Usted no puede ayudar al pobre, destruyendo al rico. 5. Usted no puede elevar al asalariado, presionando a quien paga el salario. 6. Usted no puede resolver sus problemas mientras gaste más de lo que gana. 7. Usted no puede promover la fraternidad de la humanidad, admitiendo e incitando el odio de clases. 8. Usted no puede garantizar una adecuada seguridad con dinero prestado. 9. Usted no puede formar el carácter y el valor del hombre quitándole su independencia (libertad) e iniciativa. 10. Usted no puede ayudar a los hombres realizando por ellos permanentemente lo que ellos pueden y deben hacer por sí mismos.
El líder religioso, Boetcker, también es conocido por los «Siete crímenes nacionales»: 1. No pienso. 2. No sé. 3. No me importa. 4. Estoy demasiado ocupado. 5. Dejemos las cosas como están. 6. No tengo tiempo para leer ni descubrir. 7. No me interesa.
Necesitamos pragmatismo, y acción inmediata. La urgencia de generar empleo y de generar recursos para que el estado haga lo mucho que tiene que hacer, nos obliga a unirnos en un objetivo común a todos: “Guerra a la pobreza”.
¿Por qué con tantas potencialidades que tenemos, no promovemos la inversión nacional y extranjera, para la generación de empleo y renta, con un Estado que juegue su rol fundamental y tenga instituciones que lo promuevan por todo el país, y un sector privado, con principios, y valores, con empresas competitivas en el mundo y para el mundo?
Busquemos soluciones, en este momento tan difícil para el Perú, en dónde a todos los problemas que ya llevamos, se nos ha sumado los desastres por la naturaleza, los cuales pueden aún ser mayores, tal como lo advierten los especialistas.
Si así lo hiciéramos, y todos nos involucramos, tenemos que hacer comercio exterior. Somos un país multidiverso y bien ubicado. Tenemos que crecer hacia afuera. Insertarse en el mundo, debe ser una labor incesante por estar atravesando en estos tiempos, el paso de una sociedad industrial a una sociedad de la información, viviendo tecnologías más avanzadas en beneficio de la humanidad, y pasando de la teoría valor – trabajo a la teoría valor – conocimiento. Toda una Revolución cultural.
Estamos pasando de una economía nacional a una economía mundial, cambiando de una visión cortoplacista, a una de largo plazo, siendo llamados a ser el continente «emergente». Estamos transitando de unas finanzas nacionales a unas internacionales. Los desarrollos de las comunicaciones y la infraestructura son cada vez más acelerados por la mayor interdependencia entre los países, y la conciencia ambiental está en la agenda mundial.
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