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Foto del escritorJuan de Dios Guevara

Juan de Dios Guevara / Derecho a la vida (1 de 2)


Las proyecciones económicas de crecimiento del PBI de América Latina y el Caribe nos dice la CEPAL (Comisión Económica para América Latina), que se crecería en la región un 1.7% este año y un 1.5% en 2024, y el PBI peruano crecería 1.3% en 2023 y 2.5% en el 2024, luego de que, en abril, pronosticara un crecimiento de 2.0% para Perú este año.


Diversos analistas, estiman que aún será inferior al 1.3% que están proyectando. El Presidente del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), acaba de recortar su pronóstico a 0,9% este año debido a un mayor efecto de El Niño costero, sequías en el sur, y persistencia de una baja confianza del consumidor y empresarial. El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) informa que seguimos sin recuperarnos, el PBI cayó 1,29% en julio, tercer mes consecutivo en negativo. Los sectores que más retrocedieron: Agropecuario, Pesca, Manufactura, Construcción, Telecomunicaciones y Financiero.


Por otra parte, el informe de la CEPAL dice que el “bajo crecimiento de la actividad este año y el próximo tendrá como consecuencia una desaceleración del crecimiento del empleo, que se estima en un 1.9% en 2023 y en el 1.1% en 2024, con un deterioro de la calidad de los empleos y el consiguiente efecto en el salario y los niveles de pobreza”. Advertencia bastante fuerte, que se debe tener en cuenta.


Si no hay empleo, hay delincuencia y pobreza. El ex viceministro del Interior Rubén Vargas, afirma que la inseguridad ha crecido cerca de 4 puntos.


Si no crecemos lo suficiente para absorber a la población joven que se incorpora a la población económicamente activa, a la que está sin trabajo, a los de la tercera edad, que ahora es más larga, a los que resulten afectados del Fenómeno del Niño, las probabilidades de que esos 4 puntos se sigan incrementando son muy altas, lo que obliga a llamar la atención, para tomar las medidas urgentes y evitar un mundo más inseguro que el que ya estamos viviendo.


Sin embargo, en este panorama tan desolador, el Congreso vive su mundo paralelo, queriendo salirse cómo las dictaduras de Venezuela y Nicaragua, de la ONU, de la OEA, de la CIDH y de cuánto organismo mundial que les haga ver que están promoviendo una crisis institucional, que está destruyendo la democracia.


En el Día Internacional de la Democracia, varios países acá acreditados: Argentina, Australia, Canadá USA, Finlandia, Francia, México e Inglaterra, a través de sus embajadas, han enviado un comunicado conjunto, bastante claro y directo: “En el marco del Día Internacional de la Democracia, apoyamos los principios fundamentales de la democracia, incluyendo una sociedad civil dinámica, la separación de poderes y la independencia de las instituciones, reafirmamos nuestro compromiso de apoyar la democracia en el Perú y valoramos nuestra amistad duradera con el pueblo peruano”.


No sólo este comunicado de estos países cercanos, también mediante un comunicado, la Conferencia Episcopal, les ha advertido de la separación de poderes. El aislamiento de la comunidad internacional, lo único que logrará es menor confianza, mayor inseguridad y menor inversión extranjera, por lo que menores posibilidades de generar empleo y de poder luchar contra la pobreza.


El Ejecutivo por su parte propone modificar el Código Penal de Perú, para responsabilizar y penalizar a los medios de comunicación por informar sobre protestas sociales contra el Gobierno, que terminen en disturbios. Sin embargo, el Premier Otárola, niega que el gobierno pretenda atentar contra la prensa. Esta medida también tendrá eco en la comunidad internacional, generando por ser este un tema tan sensible, mayor aislamiento del país, y, por lo tanto, menos confianza, menos inversión, más pobreza y más inseguridad.


Se está haciendo todo lo contrario, a lo que debe hacerse. Encima se viene el Niño Global y la Contraloría dice que están ejecutando muy poco de lo presupuestado en las necesarias medidas preventivas, y el Premier por su parte, sostiene lo contrario, afirmando que todo su gobierno, lo está haciendo bien, bajo su supervisión constante y que van a cumplir con sus plazos de ejecución. Ojalá sea así, y no sean graves las consecuencias de este fenómeno climático, porque significaría reducir las expectativas de crecimiento del próximo año, agravando más los problemas económicos, que, con la pandemia, ya estamos afectados, al haber retrocedido en una década los niveles de pobreza.


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