La sociedad peruana está cansada de los extremismos, de la intolerancia, de la violencia. Cuantos años de guerra interna, y encima ahora la pandemia, con toda la catástrofe que ha ocasionado. Los peruanos somos moderados, no nos gustan los extremos. Queremos empleo, queremos vivir en paz y prósperamente, en un país tan rico.
Pongamos al país en valor. Eliminemos el ruido político. Construyamos el Perú, mediante una agenda mínima de desarrollo y crecimiento económico social, en lo que nuestros recursos nos lo permitan, que pueden incrementarse, si damos confianza, y atraemos capitales, cómo cooperación técnica y financiera internacional.
Muy buena la decisión de retomar la postulación a ser país miembro de la OCDE, eso nos permitirá acoger las experiencias exitosas de los países más desarrollados, y nos obligará a ambicionar y cumplir con las altas metas que tendremos que superar para lograrlo.
Por eso es importante, la Organización, que implica la definición de los trabajos a realizar para alcanzar los objetivos a procurar, de manera que las actividades de control y evaluación sean fáciles de ejecutar. Este es el objetivo fundamental de toda organización consciente de la calidad. Los ejecutivos conscientes de la calidad necesitan un flujo de información estable y oportuna que reflejen la efectividad del trabajo de las personas y de los procesos básicos con que ellos trabajan.
“La forma de obtener éxito es primero tener un objetivo claro, definido y práctico. Segundo, obtener los medios necesarios para tales fines (conocimientos, dinero, materiales, métodos). Finalmente ajustar estos medios a nuestro fin”, Aristóteles.
Cuando se han definido los resultados a alcanzar, hay que organizar los recursos económicos, físicos y humanos para obtener dichos resultados. Y esto no es difícil de alcanzar, si se recurre a los activos que dispone una Nación. Y para ello, están las universidades, clasificadas en ránquines nacionales e internacionales. Por eso, resulta incomprensible cuando uno lee las hojas de vida de los funcionarios que están nombrando, provenientes de universidades clasificadas en puestos inferiores, e incluso de universidades no aprobadas por la SUNEDU. En esta época de la sociedad del conocimiento, esto no puede pasar desapercibido. Acá hay peruanos que no sólo hemos estudiado, sino competido en las mejores universidades del Perú y del Mundo, que podemos y queremos hacer Perú, los cuales no se deben desaprovechar por absurdos argumentos políticos partidarios. La gravedad de la situación de la pos pandemia, obliga al Perú a usar sus mejores cuadros. Este es un momento de emergencia nacional.
Es de suma urgencia que el Perú desarrolle un Think Tank, con los buenos cuadros que dispone el Perú, para que con liderazgo intelectual, pueda ser el faro de sabiduría que guíe los destinos de nuestra patria. No podemos seguir viviendo en estos conflictos políticos, en que nadie gana. Prueba de ello, es que las calificadoras de riesgo Standard & Poor’s Global Ratings y Ficht Ratings publicaron la actualización de sus reportes sobre la calificación crediticia del Perú para su deuda en moneda local y extranjera. La calificadora S&P Global Ratings mantuvo la calificación en moneda extranjera de largo plazo con BBB+ y para moneda nacional con A- con perspectiva negativa, mientras que Fitch Ratings, si bien bajó de BBB+ a BBB la calificación de la deuda peruana en moneda extranjera, revisó su perspectiva de negativa a estable.
¿Y esto a que se debe? A la incertidumbre, y al grado de volatilidad política. Al no haber calma se duda que el Perú vaya a tener capacidad de pago. Si bien el ministro Francke, afirma que el Perú se mantiene como el segundo país de mejor clasificación crediticia en la región a pesar de los ajustes en su calificación, que los indicadores económicos se encuentran en terreno positivo. “El dólar ha bajado tremendamente, ayer colocamos bonos en el mercado internacional, pagamos la tasa de interés más baja de Latinoamérica, la noticia más importante la pone el mercado y lo que el mercado ha señalado es que hay bastante confianza de los inversionistas y del sector privado de invertir en el Perú”.
Sin embargo, no hay que olvidar que la rebaja de la calificación, impacta negativamente en la tasa de descuento, haciendo menos atractiva la inversión a los capitales nacionales y extranjeros, por el mayor costo del endeudamiento, que se trasladan a un incremento de los costos y precios en la economía. Por el bien de todos, a conversar, lograr consensos, y a atraer capitales, para generar empleo y reducir la pobreza.
Finalmente, un reconocimiento al trabajo de David Card, Joshua Angrist y Guido Imbens, ganadores del Premio Nobel de Economía 2021, por haber proporcionado nuevos conocimientos sobre el mercado laboral y mostrar qué conclusiones sobre causa y efecto se pueden extraer de experimentos naturales. Su enfoque se ha extendido a otros campos y revolucionado la investigación empírica. Se le reconoce a Card por sus “contribuciones empíricas en el campo de la economía del trabajo”, entre ellas la que rebate la idea generalizada de que una subida del salario mínimo siempre acarrea pérdidas de empleo, y a Angrist y a Imbens por sus “contribuciones metodológicas en el análisis de las relaciones causales”.
En los tres casos, además, la Academia valora los avances cosechados en el campo de los llamados experimentos naturales, aquellos que extraen conclusiones de situaciones que surgen en la vida real y que se asemejan a experimentos controlados. Una gran reivindicación a los economistas que no podemos hacer experimentos controlados; todo lo que podemos hacer. es observar.
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