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Juan de Dios Guevara / ¿De dónde pecata mia? (1 de 3)


La CEPAL afirma que el crecimiento de América Latina y el Caribe en 2021 no alcanzará a revertir los efectos adversos de la pandemia, al haber caído la economía en la región el 2020 en un 6.8%, y estimándose para el 2021, un crecimiento de 5.2%. Mientras que en el Perú caímos 11%, lo que nos llevó a un PBI de 203 mil millones de dólares, en el 2020, y ahora con todo este ruido político, que ya lleva varios años, la economía peruana ha superado el efecto rebote, y se estima crezca según Moody´s un 13.5%, por lo que a pesar del ruido político, no le cambia su clasificación de riesgo, y pronostica un crecimiento del 3%, para el 2022, con nulo crecimiento de la inversión privada, y recomienda al empresariado acostumbrarse al ruido político y a los desastres naturales, debido a que considera difícil un cambio brusco del modelo económico.


Esto se debe a que se mantiene un manejo fiscal y monetario adecuado, desde un punto de vista técnico. Los del MEF saben lo que quieren hacer, por eso han logrado la aprobación en el Congreso el presupuesto 2022. Reciben actualmente asistencia técnica internacional del FMI para una reforma tributaria. Ojalá que cuando esté técnicamente bien elaborada se pueda sustentar, convencer a la población, y lograr su aprobación en el legislativo. Pienso que deben seguir avanzando y perfeccionando su propuesta, cómo a la vez ir coordinando con las instituciones correspondientes, para que con urgencia se pueda definir la situación de las empresas deudoras a la SUNAT, solamente las 10 principales deudoras, deben como 15 mil millones de soles.


Se comprende la premura de recaudar ingresos por el alza de los precios de nuestros productos, pero la realidad obliga a trabajar en varios frentes, consensuando con los actores económicos, para dar aliento a la inversión privada, que representa cómo el 80% de la inversión en el Perú, y que ahora, estratégicamente, debería estar aprovechando el alza de la demanda mundial, y darse cuenta que es poco probable el cambio de modelo económico, por los candados institucionales establecidos, y por no contar el Gobierno, con la mayoría en el Congreso para lograrlo, ni un gran apoyo popular que lo haga factible. E igualmente, darse cuenta, que no tienen los votos para lograr la vacancia, cómo tampoco ninguna propuesta coherente y convincente, para lo que sucedería si ésta la lograran.


Esta reforma tributaria debe ser bien hecha, y posible. En este siglo ya van 4 reformas tributarias, y el promedio de la presión tributaria es de alrededor del 15% del PBI, no ha variado en todos estos años, siendo inferior al promedio de países en Latinoamérica que es de 23.1%. Mientras que el promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es de 34.3%. La mayoría de la población no tributa el impuesto a la renta. Un contribuyente tiene deducciones equivalentes a US$11.000 por año y nuestro ingreso per cápita en el 2020, según el Banco Mundial, llegó a US$6.129. En conclusión, el 90% de las personas están excluidas de pagar impuestos. Demasiada informalidad, que debe formalizarse con incentivos creativos, cómo créditos a tasas del mercado que son muy inferiores a las del mercado informal.


Esto de no poder hacer lo que se quiera, debe hacer pensar, reflexionar por el bien del Perú, que se deben sentar las fuerzas políticas a lograr un acuerdo de gobernabilidad, por el bien de todos. La economía puede crecer más si siguen invirtiendo, cómo muchos ya lo vienen haciendo, para seguir atendiendo los pedidos de esta demanda exterior en alza, hecho que se refleja en un crecimiento exportador este 2021.


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