La buena comunicación es vital
Conocer nuestro entorno nacional e internacional. Con visión global ubicarnos en el mundo identificando nuestras oportunidades y desafíos. Con visión a futuro, tomar conciencia de nuestra necesidad de cambio. Desarrollar las habilidades necesarias, incluidas las blandas, entendiendo que el desarrollo del conocimiento y uso de la tecnología para elevar el nivel de calidad de vida de la gente es incesante, sorprendente, y hay que aprender a desaprender y volver a aprender, en medio de una competencia global, en donde las economías y finanzas pasan de nacionales a internacionales y en donde el mejoramiento continuo de la calidad y la satisfacción del cliente por sobre todas las cosas, resultan vitales.
Ayudar a encontrar al líder que lleva dentro, entendiendo que no hay una manera de liderar, todos podemos ser líderes, depende de nosotros mismos. Es una posibilidad que hay que aprender, entrenando nuestras habilidades, cultivando nuestra autoestima, siendo nosotros mismos, potenciando nuestra creatividad, dibujando nuevos escenarios, para lograr ideales superiores, creando riqueza, valor. Para afrontar los cambios necesarios, nuestra sociedad necesita líderes. Aprender que una buena comunicación, no sólo es oral, escrita, gráfica, sino también gestual, corporal y necesariamente de calidad. Una comunicación transparente, permite una mayor fluidez y posibilita una mayor productividad. El saber expresar bien las sus ideas y saber escuchar las de los demás, permite una dinámica continua de crecimiento, en todo ámbito de acción, sea el trabajo, la familia, los amigos.
Es tarea de un líder, convocar, seducir a los demás, en un ambiente positivo para lograr el objetivo propuesto. Por eso reconozca, aliente, convenza, seduzca a su gente, para lograr que el sueño sea realidad. Trate a los demás como personas ganadoras, aprendiendo a desarrollar un auténtico interés por los demás, porque genera buenos dividendos, porque la gente es receptiva y empieza de inmediato a interesarse en uno y eso es bueno. Tomar conciencia de que, al tener dos orejas y una boca, debemos aprender a escuchar y saber cuándo callar. Entender la enorme influencia, que se genera cuando uno escucha, para aprender y entender de los otros; y comprender, los problemas que se generan cuando uno oye, como sucede en la mayoría de los casos para responder y no para escuchar. Aprendamos a escuchar de verdad como nos gustaría nos escuchen atentamente.
La competitividad de hoy exige trabajos multidisciplinarios y productos transdisciplinarios. El llanero solitario ya murió, más aún en la nueva economía. Donde la tendencia es a desverticalizar las jerarquías, para ser más horizontales y actuar en red. Generando así, la sinergia del trabajo en equipo. Para optimizar esa sinergia, hay que aprender a delegar, facultar (empowerment) y a entrenar al equipo (coaching). A comprender que el mundo es de todos y que la libertad de uno acaba donde empieza la del otro y que cada uno tiene su propio mundo y que hay que saber respetarlo y valorarlo sinceramente.
Evitar las comparaciones y no sentirse superior ni inferior a nadie. Respete a todos por igual. Los seres humanos en la vida no sólo buscan poder, dinero, fama, sino simplemente ser tratados como personas y ello conlleva reconocimiento, elogio, premios. Un gran abrazo al ego es fundamental, es motivador, es grato. Da fuerzas, para seguir en la lucha. Renueva, por lo que hay que practicarlo. Es bueno tomar en cuenta que ni el éxito, ni el fracaso es el final. Más importante que no haber acertado, es no haber emprendido. Los errores suceden cuando se intentan, sino simplemente no se producen. Por eso cuando se generan, hay que aprender de ellos e intentar evitar que se repitan, poniendo los correctivos adecuados y no olvidando jamás que son humanos los que lo cometen y como humanos hay que tratarlos para corregirlos.
Tener un norte, una visión de un escenario nuevo y deseado, una meta a lograr, es el camino del éxito. Sabiendo adónde vamos y que queremos podremos lograr un sentido de vida de interés personal y de posible trascendencia, si logramos nuestro objetivo Cuando uno quiere ganar, lograr sus metas, debe estar mentalmente convencido de que contra viento y marea lo va a hacer factible y, para ello el esfuerzo constante, el sacrificio, la claridad de objetivos y las ganas de ganar, lo pueden hacer realidad. Saber matizar el trabajo, con el descanso útil, compartiendo con la familia, amigos, enriqueciéndose culturalmente, es bueno. Genera equilibrio asumir la vida con madurez y responsabilidad, trabajando, descansando, pensando, reflexionando, encontrando la paz interior, tan necesaria para el crecimiento personal y compartiendo con el equipo, los éxitos que se vayan generando. Hay que ser positivo y entender que la vida es como es y no como te gustaría que sea, y para que lo sea tienes que tener una actitud mental positiva. Uno es lo que piensa que es. El que quiere ganar, gana.
Se tienen que sembrar principios para los líderes. Todos podemos ser líderes, por lo que este entrenamiento hay que desarrollarlo a nivel nacional, para orientar a las personas a que hagan suyos los conceptos que le permitan mejorar su desempeño en el ejercicio de su misión, dirigiendo a un grupo de colaboradores a cumplir objetivos logrando metas individuales como colectivas con una visión de futuro común. Con una buena comunicación, se incrementa la productividad. Ojalá que este nuevo gobierno haga el esfuerzo de procurar el cambio, comunicando, capacitando, motivando, convocando. El cambio sólo será posible con el pequeño esfuerzo de todos, y no con el gran esfuerzo de pocos.
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