Tan clamorosa es la mala gestión, que en el sector salud, el 45% de los centros de salud y postas del Perú no tienen médicos. El Perú tiene apenas 42 médicos especialistas por cada 100 mil habitantes. En postas y centros de salud hay 4 médicos por cada 10.000 personas. Pero las carencias para el acceso a servicios de salud no solo están en la poca oferta de personal. Según el diagnóstico de brechas del Minsa al 2023, de los 247 hospitales operativos a nivel nacional, 225 tienen capacidad instalada inadecuada; lo que quiere decir que no cumplen con las condiciones mínimas de infraestructura y equipamiento. Otro detalle es que la mayoría de los establecimientos de salud del primer nivel de atención, los cuales suman 8.783, también se encuentran en mal estado. De ese número, 8.315 –el 95%– no cuentan con los requisitos básicos para un buen servicio a los pacientes. (EcData-El Comercio)
Y así como hace unos años, recordamos a una mujer andina que fue destacada por un corresponsal extranjero, lo que rebotó en la prensa internacional, alarmada por nuestro precario sistema de salud. El hecho que se destacó, fue por haber llevado a su hija a espaldas, que se había quemado con agua hirviendo, a pie, en medio de la nieve, durante 14 horas, para llegar al puesto de salud más cercano, y desafortunadamente, todo quedó como una noticia anecdótica y no trajo como consecuencia los cambios que se debían hacer. A pasado el tiempo y hoy lamentablemente somos testigos de la muerte del congresista Hernando Guerra García en Islay, Arequipa, por la falta de servicios médicos, así como millones de peruanos mueren anónimamente. Paradójicamente, miembro de la fuerza política que propició el “negocio” de la salud, desactivando la salud pública. Ojalá que, con este desgraciado acontecimiento, esta vez sí se realicen los cambios que demanda la población
Precariedad del sector salud, que la vivimos y sufrimos durante la pandemia del COVID 19, que nos dejó el triste récord mundial de más víctimas por millón de habitantes. Y realidad bastante lejana al discurso de la presidente Boluarte, en su reciente viaje a la reunión de la Asamblea General de la ONU, en dónde sin ningún rubor mencionó que el Perú brindaba una cobertura del 99% en la salud
Podemos seguir, con otros sectores, como por ejemplo el del Interior, con el 47% de su parque automotor, que tanto nos ha costado, se encuentra inoperativo, el 69% de las comisarías están en mal estado, por citar algunas de sus tantas falencias. En su Estado de Emergencia en algunos distritos, combaten la inseguridad generando inseguridad económica, al cerrar negocios en horarios nocturnos, dejando sin empleo e ingresos a mucha gente. La inteligencia estratégica deberían utilizarla en forma integral
En medio de todo este terrorífico escenario, nos visitó la misión de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), organización a la que el Perú aspira pertenecer hace más de una década y que ahora ha sido aceptada su candidatura, por lo cual se está en evaluación.
Presentaron el documento ‘Estudios Económicos de la OCDE Perú 2023’ en donde se destaca que el crecimiento se ha ralentizado, que las reformas estructurales son claves para impulsar el crecimiento de largo plazo y que resulta prioritario reducir la informalidad.
Además, destaca las consecuencias de la corrupción y el Estado de derecho débil en nuestro país, que se perciben como impedimentos para ingresar al grupo de los países avanzados de esta entidad, según coinciden diversos especialistas, en artículo al respecto en el diario La República. La grave situación de deterioro en nuestro país, con prácticas corruptas extendidas y falta de condiciones democráticas sobre derechos, legalidad y protección judicial, complica pretensión de llegar a grupo de naciones avanzadas, lo que significará menores inversiones, menor empleo, menor renta, mayor pobreza, mayor delincuencia. Círculo vicioso que debemos romper
Leí este twitter de Gonzalo Banda, que sintetiza el momento que estamos pasando: “Un país minado por la decadencia política. Una economía que se frena; un país que parece ingobernable, donde la inestabilidad es más común que la continuidad y la clase política es indolente; una ciudadanía fracturada; en fin, un proyecto de nación herido”
¿Qué hacemos? No nos vamos a quedar viendo pasivamente como caminamos en “Modo Titanic”. Reaccionemos. El Acuerdo Nacional, debe convocar a un diálogo nacional de inmediato. Necesitamos ponernos de acuerdo adónde vamos. Así cómo estamos, no se ve un futuro alentador. Cuidado. Alerta Máxima
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