Muchos tenían la esperanza, de que a último momento Dios se iba a presentar para votar, de acuerdo a lo que repiten muchos de los que mantienen la fe, afirmando que Dios es peruano. Pero no, se le buscó en el padrón, los periodistas corrían por todo lado, para ver si llegaba de improviso, de incógnito, pero la espera fue en vano, nunca llegó. Y así pudimos saber con certeza lo que ya hace buen tiempo muchos otros, ya sospechábamos, de que Dios no es peruano.
Qué manera de encontrarnos cara a cara con la realidad. Cuando uno cree que el Perú ya llegó al fondo, se reinventa y logra hundirse más. Qué amor al caos, en un país de tan desigual desarrollo, con tanta desigualdad económica, social, cultural. Logrando en consecuencia, una sociedad fragmentada y polarizada, generando un ambiente de continua inestabilidad.
Para darle humor, y levantar el ánimo, “de cualquier cosa te puedes morir en el Perú, menos de aburrimiento”
Y así ha sido una vez más, – pero creo que ésta ya es viaje al fondo de la Tierra-, que el domingo 11 de abril, le dieran un mal regalo de cumpleaños a mi hermana, cómo a la gran mayoría de los peruanos, ya que 4 de cada 5 peruanos, votaron por opciones distintas, a las que pasan a la segunda vuelta, y encima, no ganaron nada, sólo un problema, -nada menos-, el de futuro de vida. A esos cada 4 de 5 peruanos que no han votado por las opciones ganadoras de la primera vuelta, súmele los más de 7 millones de peruanos, de que a pesar de ser obligatorio el voto en el Perú, no fueron a votar, por diversas razones, resaltando de esta manera, que al 61% de la población (según IPSOS, qué dicho sea de paso, una vez más ha acertado en estas elecciones, demostrando que una encuesta seria, bien hecha, funciona acá y en el mundo entero) no le interesa la política, porque está harta de la clase política peruana, ante sus continuas decepciones, a lo largo de nuestra historia.
Para reiterarlo, y tenerlo presente: No hay un ex presidente vivo en el Perú, que no tenga problemas con la justicia. Vergüenza e indignación, debe generar a todo peruano de bien. Ni olvido, ni perdón. O cambiamos, o cambiamos, el Perú, no puede seguir perdiendo el tiempo, con una democracia mal entendida, con unos procesos electorales, que no tienen ni pies, ni cabeza. ¿Cómo va a ser posible, que, en una elección para manejar los destinos del Perú, se presenten y se autorice, la postulación de 142 personas con problemas con la justicia? Esto es un absurdo, por donde se le mire.
¿Quién hace esas leyes, reglamentos, quiénes son los que lo aplican? Estamos eligiendo autoridades para los próximos 5 años y solo se puede liderar con el ejemplo. ¿Con qué catadura moral, va a poder gobernar, generar consensos, una persona con delitos con pruebas, que no sólo son sospechas, ya que adicional existen testigos y colaboradores eficaces? Encima, si se ha contado con una publicidad durante años, con dinero mal habido, faltando a nuestras leyes nacionales, es injusto que se le permita competir, por una ventaja mal habida, con respecto a la de los demás competidores. Eso no es democracia. Esto es una democracia a la peruana, mal hecha. No tiene sentido. El Perú y todos los peruanos de bien, no nos merecemos esto. Nos estamos jugando el futuro de nuestras siguientes generaciones. Esto es un problema, hay que resolverlo con paz y armonía, pero debemos tomar decisiones.
Ninguno de los dos candidatos, representan el sentir de la sociedad peruana. Los más de 7 millones de peruanos que no fueron a votar casi duplican a la suma de los votos de los dos qué pasan a la segunda vuelta. Los cerca de 3 millones de peruanos que votaron en blanco o viciado este domingo pasado, le ganan por amplia ventaja al ganador y a la segunda de la primera vuelta electoral, y a la suma de varios candidatos, que representan el poco más de 80% que no votaron por ellos. Lo que quiere decir que la gran mayoría de los peruanos, no los queremos. Sea cualquiera el que gane, ¿Cómo va a poder gobernar, sin “la confianza” de la mayoría de la población, y con un congreso fraccionado y polarizado de tan baja representatividad? Vamos a seguir perdiendo el tiempo. Es sencillo avizorar, que la crisis política será en medio de la pandemia por solucionar en el Perú y en el mundo, para luego recién reactivar la economía mundial, que vendrá renovada, transformada con todos los desarrollos tecnológicos, que, por este virus, ha adelantado avances que se esperaban para el 2025-2030. Se nos vienen momentos más difíciles que los actuales, y debemos darnos por advertidos. Ya que, si esto no lo solucionamos, será crónica de una muerte anunciada.
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