Seamos conscientes de que nuestros niveles de educación están bastante atrás con respecto a otros países del mundo, tal como lo refleja el portal Webometrics publicando el ranking de las 10 mejores universidades en el Perú y su posición actual en América y a nivel mundial. 1. PUCP puesto 32 en América y 980 a nivel mundial.2. UNMSM 52-1362. 3. UPCH 2204. 4. UNI 2916. 5. UPC 2938 6. UNALM 3117 7. ULima 3270. 8. UP 3334. 9. UNSA Arequipa 3589 10. UC del Sur 3848. Si esto es real, porqué insiste gobierno y oposición en evitar el control de calidad a las universidades. Curiosamente, la mayoría de las autoridades y nombramientos, no provienen de estas universidades. Provienen de universidades menores calificadas a nivel nacional, continental y mundial, y las consecuencias las estamos viviendo.
Entonces, ¿qué debe hacer un buen gobernante, que quiere hacer Perú?: convoca a los más capacitados de nuestras mejores universidades, que incluso con becas han ido a estudiar al exterior a universidades mejor ubicadas que las universidades peruanas, y han competido con éxito, al grado de que algunos han hecho carrera en organismos internacionales. A este tipo de cuadros calificados, los debe llamar, porque son competitivos globalmente y pueden aportar conocimientos, experiencias, nuevos avances, como traer la cooperación técnica y asistencia financiera que tanto necesitamos. Si hacemos un símil, si usted quiere ganar, ¿a quién llama a la selección peruana de fútbol?, a los mejores, obviamente. Entonces, ¿por qué no lo hace? No se da cuenta el daño que le hace a nuestra imagen internacional, a la falta de seguridad económica social que genera la falta de confianza, por la incertidumbre, producto de la mediocridad, de la ineptitud.
No hay cambio sin una buena educación. “No hay revolución, sin educación”, cómo decía el eslogan de un ex candidato a la presidencia (ex Rector de la UNI, Ing. Samamé Boggio), en el milenio pasado. La mala calidad de la educación que en gran mayoría se brinda en el Perú, nos ha llevado a esta situación, en donde coinciden los intereses mercantilistas de las grandes empresas, con la de los grupos mafiosos emergentes, tal como lo apreciamos en Transportes y Educación con acuerdos entre el gobierno y la oposición. No les interesa el Perú, sólo sus propios intereses. Y por eso el 74%, con seguridad va a seguir subiendo, porque no se ve líderes capaces de superar esta severa crisis de falta de capacidades de nuestras autoridades en plena economía del conocimiento. Cuantas generaciones con tan bajo nivel educativo, nos ha llevado a esta situación de ingobernabilidad. Se cosecha lo que se siembra. Es mirar todas estas universidades que han ido saliendo sin el mínimo control de calidad, que sólo les ha importado obtener nuevas matrículas, pero sin importarles el resultado final de su formación y aporte a la sociedad de sus egresados.
Con el debido respeto a la figura del presidente, me permito hacer la siguiente observación. ¿Cuál es el grado de responsabilidad de una universidad que entrega títulos, y los que lo reciben, en el ejercicio de sus actividades demuestran carencias que hacen dudar de la calidad de la enseñanza y de la seriedad de la que otorga el título? He visto repetidas veces videos de las intervenciones del presidente, sin discurso por leer, y realmente es difícil entenderlo. No es didáctico, no es pedagógico, pero es profesor de niños, compatriotas del futuro. Y eso, que el profesor Castillo ha estudiado en una universidad privada. Debe haber pagado sus pensiones y matrículas para lograr los títulos de Bachiller y Magister en la Universidad César Vallejo, según se lee en su Hoja de Vida. ¿Qué nos dice la defensa del consumidor? (Imagínense el nivel de los demás profesores que tenemos por nuestro extenso territorio, qué no han estudiado y no se han titulado cómo el profesor Castillo). Y ¿quién es el dueño de esa universidad privada, que no tiene control de calidad para otorgar títulos, y por supuesto, no quiere que nadie lo controle? Un político, César Acuña, que hasta bancada tiene, para que nadie le impida seguir dando títulos. Pero ni servicio postventa ofrecen. Apenas vieron las falencias de su titulado, deberían por responsabilidad social, brindarle los ajustes y refuerzos necesarios, que se les escapó brindar cuando el profesor Castillo, les pagaba por sus estudios, con la ilusión de ser un mejor hombre para el servicio de su sociedad. Y así cuantos jóvenes han sido engañados, y cuanto daño nos ha hecho, la educación cómo negocio. Y la salud también. Nos hemos ido degradando. Hemos perdido la perspectiva. Necesitamos recuperarla.
Este es nuestro grave problema, la educación. Con ignorancia no vamos a salir de la pobreza. La mala calidad de la educación en el Perú, es la gran culpable de nuestro atraso. Un país con ventajas comparativas en el agro, pesca, minería, forestal, textil, turismo, con bono demográfico, ubicado en el centro de Sudamérica frente al Pacífico, bioceánicamente unido al Atlántico, con una enorme biodiversidad, y bonos de carbono, además, no debería estar viviendo esta indignante situación.
Pensemos por el Perú, el camino viable a seguir, y actuemos consensuadamente, antes que ese 74% incremente y reviente todo.
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