Un dato interesante es que, a comparación de otros países, el rango de mujeres que está entre 25 a 34 años es el más alto y que de 35 para adelante esta cifra decrece. En Perú, las cifras de 35 años en adelante aumentan en un 20%, pero siempre de 25 a 34 lidera la lista. Esto significa que las mujeres mayores, buscan siempre una forma de empoderarse.
La mayoría de las mujeres están enfocadas en el tema de comercialización, muchas de ellas se meten en redes de mercadeo, en todo lo que sea ventas de maquillaje, ropa, entre otros productos.
La idea es capacitarlas, no sólo en temas de su plan de negocios, financieros, tributarios, sino también en los planes de producción y de marketing, en el desarrollo de sus propias marcas, en innovación, con el uso y desarrollo tecnológico
La tercera parte de las nuevas MYPES están siendo creadas y dirigidas por mujeres. De ese total, el 57% de estos negocios femeninos estaban concentrados en Lima, seguidos por Arequipa y La Libertad, con un 6% y 7%, respectivamente.
Un 40% se financian a través de bancos y el resto por entidades financieras no bancarias como las cajas municipales, las financieras Según un estudio, las mujeres obtienen importantes beneficios económicos con el aumento del comercio, y lo contrario, cómo ahora, cuando se contrae.
Las mujeres ‘nini’, proporción de mujeres que no estudia ni trabaja, poco más del 60% es casi el doble que la de los hombres, siendo así cerca de un millón de ninis mujeres en Perú. El perfil de una mujer nini es una joven, entre 18 y 24 años, que no pudo continuar estudiando una vez culminada la secundaria y que tampoco está trabajando. Este elevado número de mujeres nini en nuestro país que no genera ingresos propios tiene su origen en la distribución social de los roles asignados a hombres y mujeres.
En el sector informal, INEI señala que el 75,9% de las mujeres peruanas que trabajan lo hacen en el sector informal. La calidad de estos trabajos en los que participan las mujeres es inferior comparada al de los hombres. Las mujeres se ocupan principalmente en microempresas, y de los sectores considerados ‘feminizados’ que son más precarios. Además, un alto porcentaje de ellas trabaja en pequeñas empresas con mayor tendencia a la informalidad.
Existe una urgencia de actuar. Sin la inclusión equitativa de la mitad del talento mundial, no seremos capaces de cumplir la promesa de la Cuarta Revolución Industrial para toda la sociedad, hacer crecer nuestras economías para una mayor prosperidad compartida o lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
Al ritmo actual de cambio, se necesitará casi un siglo para lograr la paridad, una línea de tiempo que simplemente no podemos aceptar en el mundo globalizado de hoy, especialmente entre las generaciones más jóvenes que tienen puntos de vista cada vez más progresistas sobre la igualdad de género.
La participación de las mujeres en el mercado laboral peruano, es menor que la de los hombres en unos 20 puntos, y con cuentas de depósito en el sistema financiero, 10 puntos menores que la de los hombres.
Las barreras que genera el machismo en el ecosistema startup peruano. Solo 10% de proyectos son liderados por mujeres. Este déficit de participación femenina no obedece a una carencia de talento, sino a una abundancia de prejuicios. Los CEO dicen que quieren promover a mujeres, pero no tienen planes de acción para promover a las mujeres a puestos de liderazgo.
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