La información cuantitativa debe estar sustentada en propuestas estratégicas, comerciales, de operaciones y de recursos humanos. Ninguna empresa que pretenda competir en los complejos mercados actuales puede pasar por alto la tarea de imaginar escenarios futuros, sin ser traducidos en cifras.
Por eso las matemáticas, la comprensión numérica, es necesaria y hay que promover su educación, para mejores emprendimientos, ya que a pesar del fuerte avance del emprendedurismo en el Perú, persiste adicional de una alta informalidad, una mayoritaria gestión empírica empresarial, y por lo tanto una alta mortalidad, un 30% de nuevos emprendimientos se extinguen en su primer año, mientras que un 80% desaparece en cinco años. Además, la gran mayoría de esas unidades son de bajos ingresos y poco impacto: el 72% de MYPES son de tipo persona natural, el 73% vende menos de 6.5 UIT, y el 88% emplea a menos de cinco personas.
En los últimos cinco años la mortandad empresarial creció 6% en el Perú. Sólo en Lima eso significó el cierre de 28 mil negocios al año de ser fundados. En ese sentido, la capacitación, el consejo de los que saben, para elaborar su Plan de Negocios, se torna un factor clave para respaldar el crecimiento corporativo y el sostenimiento de las microempresas locales. Y la mortandad empresarial va a continuar, debido a que muchos emprendimientos surgen por necesidad, y compiten con otros necesitados, con mucho entusiasmo, pero sin mayor formación y visión a futuro de lo que quieren lograr, por lo que, las más pequeñas, no se consolidan y desaparecen en poco tiempo. Hoy en día, es cómo sobrevivo, en un mundo con un futuro incierto, mientras no exista un control y dominio del virus, para que no nos siga afectando.
La mayoría de nuestras pymes son unidades de baja productividad y competitividad, porque pocos innovan y/o usan nuevas tecnologías. La mayoría de las empresas son de subsistencia y por eso son fácilmente vulnerables. Por ejemplo, miles de MYPES van dejando de exportar, año tras año. No hay sostenibilidad, por eso no se mantienen en el mercado. Ante ello, hay que conseguir que las empresas que se orienten al comercio internacional, sean sostenibles a través del fortalecimiento de capacidades, con el necesario incremento de su competitividad, ya que, si como país queremos continuar con la apertura de mercados vía acuerdos comerciales, debemos preocuparnos por tener detrás un grupo de empresas exportadoras sólidas que estén en capacidad de acompañar este proceso. La mayoría de los países que más han crecido en las últimas décadas son los que han construido cadenas de valor. En el Perú hay mucho por hacer, para darle valor agregado, a la cantidad de recursos naturales, que en diferentes sectores económicos, posee por su biodiversidad.
Por ello, para hacer mejor la actividad empresarial, es necesario desarrollar la capacidad de innovar, la capacidad de hacer un análisis previo de cuáles son las necesidades del mercado y cuáles son aquellos productos que en realidad tienen cabida en mercados nacionales e internacionales. Lograr las competencias digitales y la creatividad es fundamental para insertarse en esta economía global. Se debe tener en cuenta qué se quiere lograr con el plan de negocios, para lo cual hay que considerar la información necesaria y la objetividad debida. Los objetivos que justifican la elaboración de un plan de negocios difieren según el momento de la vida de la empresa y el tipo de negocio que vaya a planificarse.
En general, las razones por las que se decide realizar un plan de negocios son el tener un documento de presentación de un proyecto a potenciales inversionistas, socios o compradores. Asegurarse de que un negocio tenga sentido financiera y operativamente, antes de su puesta en marcha. Buscar la forma más eficiente de llevar a cabo un proyecto. Crear un marco que permita identificar y evitar potenciales problemas antes de que ocurran, con el consiguiente ahorro de tiempo y recursos. Presupuestar necesidades de recursos y su asignación en el tiempo. Evaluar el desempeño de un negocio en marcha. Valorar una empresa para su fusión o venta. Guiar la puesta en marcha de un emprendimiento o negocio.
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