Otro segmento de la población, como los profesionales, trabajadores e individuos que compiten en sectores de la economía tradicional estarán expuestos a una globalización intensa, con todos los peligros que se pueden generar al poder ser eliminados por su falta de competitividad, que es la suma de la calidad con la productividad.
El resto de la población, la gran mayoría, incluye un gran sector de desposeídos tecnológicamente y por tanto incompetentes, que se situarán al margen de los avances sociales, económicos que se generen. Y si esta realidad no se avizora, y no se plantean soluciones de inmediato, graves problemas de atraso, en nuestro crecimiento y desarrollo social y económico, viviremos.
Esto presenta un grave problema social, que nos lleva obligatoriamente a pensar en el necesario desarrollo económico, acompañado de una adecuada estrategia educacional, que permita reforzar la especialización en los aspectos más dinámicos de la “nueva economía”, fortaleciendo nuestros sectores con ventajas comparativas, para hacerlas cada vez más competitivas.
Los retos de competitividad que exige la “Nueva Economía” son muy difíciles para países como los nuestros, por la falta de visión al futuro, de los que nos gobiernan, por la falta de adaptación al cambio a la realidad global que vivimos, por parte de nuestra población, por la falta de optimización y racionalización de los gastos públicos, por parte de nuestra burocracia, como por sus formas y sistemas con organizaciones, que más responden a una economía tradicional y por tanto no son efectivas en esta “nueva economía”.
Debemos considerar seriamente el rol de la educación. Se deben hacer campañas de alfabetización siglo XXI. Nuestro capital humano se lo merece y lo necesita. Sin educación siglo XXI, no hay desarrollo posible. Sin educación y capacitación continua no podremos construir un futuro saludablemente productivo
El ser humano es bueno, cuando hace mejores a los otros. Proverbio ruso
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