Una indicación de las tendencias futuras, es que el mundo experimenta una reducción del uso de materias primas y energía per cápita. Se vive una inestabilidad en los precios de las materias primas, como una gran presión en los precios de productos terminados. Como a su vez, un incremento en el uso de patentes, información y telecomunicaciones per cápita.
Ante lo anterior, sectores de las telecomunicaciones, inversiones financieras, comercio electrónico, educación a distancia, medios e información son los de mayor dinamismo. Esto revela que la “Nueva Economía”, será liderada por personas capaces de orquestar y movilizar recursos en respuesta de oportunidades cambiantes. Necesitamos, formar líderes que liberen toda la energía creativa del talento humano. Internalizando el concepto de que la imaginación es más importante que el conocimiento se puede y se debe asumir este gran desafío.
Los trabajadores en la educación peruana, deben considerar, que no pueden olvidar la falta de orientación al servicio, de tomar conciencia que el empleo ya no debe ser garantizado, y que no se puede comprometer altos costos fijos al largo plazo Que deberán acogerse a sistemas de incentivos que premien la generación de conocimientos, y no la lealtad y el tiempo de servicios. Así como dejar de lado el énfasis en los procesos y no en los resultados. Igualmente hay que acabar con la departamentalización por disciplinas, sino más bien procurar la formación holística (integral).
Adecuar la educación hacia la “Nueva Economía” es un reto para los que lideran este valioso sector y debe ser considerada como pieza fundamental en el Plan Estratégico de Desarrollo, que deberíamos regalarnos para el Bicentenario. Siendo conscientes de que la educación pasa por una globalización intensa, los educadores deben aprovechar la oportunidad que presenta la “Nueva Economía” para crear nuevas competencias que utilicen intensivamente los recursos humanos e informáticos. De desarrollar procesos que fomenten la colaboración y no la competencia y en donde el éxito se mide, en la contribución a la creación de conocimiento, a la creación de valor.
Este nuevo estilo de gestión debe ser capaz de estimular la creatividad humana para la creación de redes, que eleven la producción intelectual y que sean capaces de manejar ideas, información y recursos humanos, conscientes de que el conocimiento es de naturaleza intangible, difícil de medir y esta imbuido en personas y no en activos. Crear redes para el conocimiento y aprovechamiento de oportunidades, en cada una de las 25 regiones del Perú, debe ser un propósito a alcanzar.
Obviamente, esta “nueva economía” tiene un gran impacto en la estructura social laboral de países como el nuestro, al estratificarse la población, en función de sus habilidades, conocimientos y capacidades de creación. En esta segmentación, los profesionales y trabajadores que son capaces de crear conocimiento en los sectores económicos de las telecomunicaciones, informática, inversiones, medios, entretenimiento y salud son empleables globalmente, ya que en esta “nueva economía”, el talento humano es altamente móvil y no se le discrimina por la nación de origen.
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