Esta capacidad interactiva global que el hombre ha desarrollado, tiene una dinámica que se retroalimenta permanentemente por la tecnología transformadora existente y la economía libre de mercado, que posibilitan una difusión global. Ello ha generado cambios que se han venido dando con fuerza, por la vigencia casi única de la economía libre de mercado en el planeta, después de la caída del muro de Berlín en los 90´s, lo que ha permitido sociedades más abiertas, accesibles y democráticas, que han ido pasando de una economía y finanzas nacionales a unas economías y finanzas internacionales.
Los desarrollos de grandes bloques económicos integrados, han liberalizado aún más el comercio y la inversión entre sus partes, afianzando sostenidamente este desarrollo de la “nueva economía”. Si a ello le adicionamos, la revolución tecnológica en comunicaciones e informática, nos permiten visualizar necesarios incrementos en la productividad, como transformaciones y creaciones de nuevas industrias, en este cambio de sociedad industrial a una nueva sociedad de la información.
Igualmente, el deseo humano de mejorar su calidad y esperanza de vida, ha impulsado a una alta tasa de innovación científica en sectores como la salud, genética, materiales, y otras disciplinas, que genera un factor multiplicador de conocimientos en forma constante. Esto nos permite ver diariamente esta competencia mundial para producir la vacuna efectiva, en un tiempo récord en la historia mundial. Véase los tiempos en las enfermedades y las plagas en la historia de la humanidad.
Y se puede vaticinar que con seguridad se hará, y se conseguirá la vacuna, en el menor tiempo posible, demostrando la evolución del conocimiento humano, y su interconexión por redes a nivel global, que acelerará, su descubrimiento.
Es que todas estas grandes razones, se alimentan entre si y generan otros ciclos que a su vez inician nuevos cambios y reafirman otros ya establecidos, generando ciclos transformadores permanentes de mutua interacción. Por eso es que la “Nueva Economía”, es interactiva y abierta, no lineal, impredecible, espontánea, compleja, paradójica y de aceleración geométrica. Y por un sentir general será cada vez más democrática, en una democracia, más participativa, que representativa.
Es predecible igualmente que el proceso de liberalización se acentúe y que por sobre todo se acreciente globalmente el concepto de la teoría del valor, en un espíritu creativo y de innovación constante, con relaciones de confianza mutua, que incluso superarán las relaciones contractuales porque el valor humano será cada vez más un activo importante. El recurso humano será cada vez más valorado, ya que la “nueva economía” se centrará en el ámbito de las ideas y no en las características físicas de lo transable. El comportamiento humano será fundamental ya que pasaremos de la teoría valor trabajo, a la teoría valor conocimiento.
En este escenario, el desarrollo económico se medirá más por la contribución a la creación de valor y menos en términos de la cuantificación de lo producido. Por ello, es obligatoria la necesidad de ser competitivos, cómo personas y cómo sociedad en su conjunto.
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