Seguimos siendo testigos de esta tragedia mundial en lo sanitario, en lo económico y en lo social, viviendo esta nueva normalidad, con un futuro incierto, mientras la vacuna no exista y no sea distribuida en el mundo. A su vez, en este desarrollo de la pandemia, somos protagonistas, actores de un mundo interconectado con el internet, con un estilo de vida que nos va involucrando cada vez más, en este mundo digital en el que ya nos encontramos inmersos.
Bueno es ser conscientes de este mundo digital, para poder considerarlo en nuestro plan estratégico de desarrollo a largo plazo consensuado con visión de futuro, que nuestra sociedad peruana debe construir, y regalárselo por el Bicentenario. Cualquier humano que haya vivido y fallecido durante el siglo XX, que resucite en el mundo que nos toca vivir en el siglo XXI, quedaría desconcertado con tanto cambio, que para algunos beneficia al hombre común y para otros amplía la brecha social.
La humanidad por su propio desarrollo ha logrado avances importantes, que el pensador contemporáneo Peter Drucker, la califica como transformaciones que se van y se irán sucediendo, por lo cual dice:
“Cada cien años en la historia de la humanidad ocurren transformaciones radicales. En el lapso de décadas la sociedad reordena sus valores, estructuras políticas y sociales y sus instituciones. Cincuenta años después emerge un nuevo mundo” (Peter Drucker la sociedad Post-Capitalista, Harper Business 1993).
Sin embargo, estos tiempos están resultando muy amplios, porque se avizora con certeza, que en estos años la humanidad cada 2 horas, va duplicando su capacidad de conocimientos, según lo afirman los propulsores del Internet, determinando claramente que el camino es el del conocimiento.
Esto que estamos viviendo, se denomina Nueva Economía, que tiene como característica resaltar, el Populismo, debido a que el internet democratiza la información. Su carácter es monopólico: Microsoft, Apple, Amazon, Facebook, por citar algunas han acumulado mucho poder y riqueza. Y resulta una oportunidad para todos, por la biodiversidad.
Tiene como característica fundamental las relaciones de “varios a varios” y ya no de “uno a varios”, lo que significa al desarrollo de una red interactiva, unas redes de individuos reaccionando a información e ideas en forma sinérgica y continua.
Esta relación colectiva es una característica importante de esta “nueva economía” que algunos la califican como globalización espontanea, que se manifiesta en la producción de resultados armónicos de varios grupos o individuos que muchas veces ni se conocen personalmente, y se encuentran a enorme distancia, generando ideas y soluciones que no serían posibles si hubieran tenido que actuar individualmente o en pequeños grupos.
Desafortunadamente, no necesariamente será siempre positiva, esta relación de varios a varios, porque en algún caso, puede perjudicar a la colectividad en su conjunto, como ha sucedido con la estampida de muchos inversionistas (crisis financiera 2008, e incluso la crisis asiática 1997, como ejemplos), para evitar el colapso en los mercados, buscando su propio refugio.
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