Su populismo, les lleva a proponer leyes que generan gastos, y que a ellos no les corresponde, por mandato constitucional, y por eso, para coronar su irresponsable proceder han podido lograr que una fortaleza que le costó tantos años en obtener al Perú por las calificadoras de riesgo internacional, el de ser considerada cómo economía estable, -luego de ser considerado como no sujeto de crédito-, Fitch Rating revise ahora las perspectivas económicas del Perú de estable a negativa, por un marcado deterioro institucional y medidas anti técnicas que ha venido aprobando el Congreso.
Necesitamos líderes que convoquen a los actores de los gobiernos regionales, municipalidades, partidos políticos que conformen el Congreso, la sociedad civil, los gremios de empresarios, la Conferencia Episcopal, los colegios profesionales, la Coordinadora de Frentes Regionales, la Mesa de Concertación para Lucha Contra la Pobreza, la plataforma agraria, las universidades, los trabajadores organizados, las comunidades nativas, las diferentes asociaciones existentes, qué quieran hacer una sociedad que se inserte en este mundo global, que es, cambiante, científico, tecnológico, educado, solidario, tolerante, ético, filantrópico, que entiende que lo más importante es el ser humano.
Debemos elegir al candidato, que tenga como prioridad la inversión en educación, ya que la falta de la misma explica el gran atraso que sufrimos. La educación y el acceso a la información son vitales, para reducir las grandes diferencias que existen en el país, ya que con educación podrán integrarse en forma más competitiva a este mundo moderno, como ser capaces de generar riqueza individualmente o colectivamente.
Y si a ello le sumamos una capacitación permanente a los trabajadores, que incluya conocimientos y manejo de las innovaciones tecnológicas, podremos construir una sociedad más competitiva, con mayor calidad y productividad.
Una sociedad más educada, puede ejercer libre y democráticamente, su creación de mayor bienestar personal y colectivo. Puede defender sus libertades individuales, sus derechos humanos, como postular a un desarrollo sostenible, protegiendo el ambiente y el enorme patrimonio cultural que poseemos.
Así como proteger a las minorías, sin importancia, de su origen étnico, orientación sexual, edad, etc. Con educación se pueden resolver conflictos, en forma civilizada, pacíficamente, buscando cada vez más, una mayor equidad social y económica, reconociendo y respetando las diferencias.
Saber elegir este 11 de abril del 2021, Año del Bicentenario, para el período 2021-2026, es una oportunidad histórica, para que juntos podamos aprovechar este país rico, con gran biodiversidad natural y cultural, dentro de su singular geografía y una historia milenaria.
Juntos, trabajemos para lograr avances económicos, en un clima de estabilidad, que nos permita generar empleo y así poder frontalmente luchar contra la pobreza, reactivando el aparato productivo tan dañado por la pandemia que vivimos, con pleno ejercicio de los derechos humanos, eliminando y sancionando severamente todo acto de corrupción, para así poder aspirar a un desarrollo sostenible con equidad, basado en un desarrollo constante de la educación. Hay mucho por hacer. Sepamos elegir.
“Un pueblo que elige corruptos, impostores, ladrones y traidores, no es víctima, es cómplice”.
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