¿Pero cómo hacer el cambio? Reflexiono día a día durante la cuarentena, cómo tranquilizar a la población, cómo analizar el problema de salud, económico y social, cómo encontrar e intentar buscar las mejores soluciones y decidir, para que luego se pueda realizar la mejor gestión.
Pienso que, mediante la comunicación, sabiéndonos comunicar, podremos establecer relaciones de confianza, para que la comunicación sea transparente y de calidad. Una buena comunicación es lo que convierte las grandes ideas en acción. Permite que los logros sean posibles. Aristóteles decía que la expresión de una idea era tan importante como la idea misma. Por eso, hay que convertir la comunicación en prioridad uno, abriéndose a los demás, provocando un ambiente receptivo a la comunicación. Pensando que la comunicación jamás se detiene.
La comunicación por sí sola no resolverá el problema, pero sin una buena comunicación los problemas jamás se resolverán.
A veces uno piensa, que ojalá que lo que uno escribe con la mejor intención pueda ayudar a que el Perú en toda su extensión llegue a brindar calidad de vida a todos los que acá habitamos. Que la comunicación llegue a los lectores con el propósito de sumar, para que así la intención se vuelva una decisión colectiva, y esa energía común pueda convertir el propósito en realidad. Pero en verdad, ¿eso sucede?
Repasaba mis archivos, y encontré un artículo mío, publicado en la revista Síntesis, diario económico de fines del milenio pasado, marzo 97 veo la fecha, cuando era Director de la Cámara de Comercio de Lima, y en donde afirmaba al regreso de un viaje por USA, donde realmente me preocupó sobremanera la reflexión concreta que brotó de mí: “Perú es una ilusión, Estados Unidos es una realidad”. Pero luego, siguiendo con la reflexión al regresar a tierra otra vez, esto no debe preocupar, sino debe desafiar al que por oportunidades de viajes al exterior haya podido constatar en la realidad, la diferencia sideral que tenemos con su nivel de calidad de vida y proyecciones futuras.
Creo que debemos salir como misioneros a desafiar y retar el progreso, movilizando y convocando a dinamizar enérgicamente nuestra inserción en el mundo. La globalización no sólo debe circunscribirse a ver el mundo por TV, sino a interactuar con él. De no hacerlo, estaremos descendiendo de categoría, con el riesgo de ser descalificados. Aprovechemos el salto tecnológico que estamos alcanzando, el progreso en telecomunicaciones, con la tecnología digital, hagamos una gran revolución cultural empresarial que implique una desenfrenada carrera informática y de idiomas. O interactuamos, o nos quedamos.
Al ver el balance de lo sucedido, luego de la invocación con sentencia que escribía hace 23 años “O interactuamos, o nos quedamos”. Se puede afirmar que se ha avanzado, pero falta muchísimo. Entonces, ¿qué se puede hacer para avanzar todo lo que sea posible para estar en la vanguardia del mundo digital, en esta economía del conocimiento y así poder implementar una hoja de ruta futura consensuada, hacia los años siguientes, sustentable y sostenidamente. ¿En esta nueva normalidad, y prospectiva futura?
Bueno, ha pasado el tiempo, y paralelamente a los recuerdos del ayer, vivía el presente, viendo “likes” en mi computadora, a los artículos que regularmente publico en mi blog, y que Efectividat Consultores, gentilmente me los viene reproduciendo. “Likes” procedentes desde todo lo extenso de nuestro territorio nacional. Desde la triple frontera peruano, brasileña, colombiana, Tabatinga, desde Pevas, Contumazá, Juanjuí, Jaén, Cajamarca, Chulucanas, Arequipa, Zarumilla, Puno, Callao, Lima, Tingo María, Pucallpa, Nazca, Chincha, Ica, Pisco, Cañete, Huancayo, Sullana, Piura, Chiclayo, Ayacucho, Apurímac, Aucayacu, Tarapoto, Iquitos, y la lista continua. Gran satisfacción. Gran responsabilidad. El mensaje llega y lo leen a lo largo y ancho del país. Hecho que me ratifica que sí podemos hacer el cambio. Y en gran escala, si nos lo proponemos. La comunicación en el 2020 llega, y hay receptividad.
La facilidad tecnológica de acercarnos y poder comunicarnos, nos debe llevar a sugerir al sector privado, con sus gremios empresariales, que desarrollen con los avances de la tecnología educativa, cursos formativos, para ser empresarios, emprendedores, creadores de valor, creadores de riqueza material, cultural, espiritual. Hacer una plataforma educativa, con cursos básicos mínimos, para poder elaborar sus planes de negocios basados en las riquezas de su territorio. Cursos que contengan adicional a las herramientas de gestión empresarial, el desarrollo de las habilidades blandas, para lograr mejores personas, y así poder obtener mejores resultados. Cursos para ofrecerse en cada una de las 196 provincias. Una capacitación masiva. Una campaña a nivel nacional. “La empresa es una posibilidad para todos”.
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