Es tiempo de aprovechar esta globalización digital, e ir trabajando cercanamente con los activos que se tengan desarrollados, llámense, gremios empresariales, cámaras binacionales, oficinas comerciales, ministerios y oficinas correspondientes, para trabajar y aprovechar de la mejor manera los Tratados de Libre Comercio, acuerdos comerciales, Alianzas estratégicas.
Es momento que aparezcan líderes, numerosos líderes para que se trabaje esta posibilidad que el satélite nos acerca y nos lo da, en todos los sectores económicos. Crezcamos hacia afuera, consigamos capitales de inversionistas para incrementar nuestra oferta que es demandada en el país de destino, con los que hemos formalizados acuerdos, en principio, beneficiarios para ambas partes, utilizando métodos convencionales y no convencionales del comercio exterior.
Es importante que miremos con objetividad los hechos, y nos preguntemos y por qué nosotros no podemos. Creo es cambio de chip, que sí podemos. Y debemos poder hacerlo, porque de lo contrario, nos arrasarán. El mundo está abierto y sigue abierto. Esta semana recibí desde el extranjero, por ejemplo, una invitación a participar en una misión comercial al Perú por teleconferencia, ya que presencialmente este año, no va a ser posible sus visitas personales, esperando que el próximo si lo puedan hacer. O sea, el mundo sigue y resilientemente se volverá a una nueva normalidad, en que la especie humana seguirá conectada, intercambiando comercialmente, porque el intercambio históricamente ha contribuido al bienestar de la humanidad, y lo seguirá haciendo.
Tener una visión global es básica para optimizar el manejo de nuestros recursos. El trabajar interactuando en este mundo global, digitalizadamente, nos facilita ese espíritu de internacionalización requerido. El roce internacional, como se le dice, y que continuamente se le reclama al jugador, o al equipo, del que uno es hincha, es fundamental. Te ayuda a crecer como persona, como profesional. Te permite tener referentes de comparación, hecho que muchos peruanos, no lo tienen, y por esa visión localista, tenemos los políticos que tenemos con los resultados electorales, ya conocidos.
Tuve la suerte de globalizarme desde muy joven, gracias al haber tenido un padre, Amauta, científico connotado, que me inculcó esa visión global, con el ejemplo, cuando me decía, que su Cátedra de Química Orgánica en la Facultad de Farmacia y Bioquímica en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), era como en el Santos FC de Pelé, porque interactuaba y competía por todo el mundo. Por eso, a todos sus integrantes, los mandó a estudiar fuera, estaban suscritos a las mejores publicaciones científicas del mundo, participaban en concursos y congresos internacionales. En su mayoría, los de su cátedra, pertenecían a la Sociedad Química del Perú (SQP) la única institución científica del país, que en sus más de 70 años, no ha dejado de emitir mensualmente su boletín científico a todo el mundo, cómo también, recibiendo de él valiosa data científica, tal cómo me consta cuando trabajé allí de asistente y encargado de cobranzas durante mi secundaria y carrera universitaria, y en donde tenía que ir regularmente a la Casilla 891, en el centro de Lima, a dejar los boletines de la SQP para distribuirlos a todo el mundo, y a la vez recoger los boletines de las instituciones científicas de todo el mundo, para la SQP.
En Perú hay gente buena, competitiva globalmente, dispuesta y comprometida a ayudar. Lo que falta es convocar, a tanto peruano que ha podido estudiar, trabajar, competir fuera, para que en su sinergia pueda ayudar a dar un salto a este siglo XXI, y muchos se interesen en trabajar con el mundo. He tenido la oportunidad de dictar cursos de negocios internacionales, en varios países y en varios lugares del Perú, y cuando preguntaba a los presentes, ¿cuántos han viajado, cuantos países conocen?, me daba con la triste sorpresa del bajo número de viajes, tanto al interior como al exterior. Muy diferente a los jóvenes de los países desarrollados. Ahora con esta pandemia, que no se viaja, aprovechemos el mundo digital, para acortar esta brecha. Hagamos planes de acción para cada uno de los países referidos, y planes de negocios para construir oferta y demanda de los tantos productos en que tenemos ventajas, y que dado a ello, han sido incluidos en los acuerdos suscritos. Utilicemos nuestra infraestructura digital. Digitalicemos a nuestras empresas, para el mundo. Internacionalicémonos.
Reflexionemos y ejerzamos el pensamiento de Miguel de Cervantes, “El que viaja mucho y lee mucho; ve mucho y sabe mucho”
Comments