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Juan de Dios Guevara / Consejos, hasta de un conejo (1 de 3)

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“Si quieres ver a tu hijo feliz un día, dale un regalo; pero si quieres verlo feliz toda la vida, enséñale a vivir” C.Grumberger


Si quisiéramos ver mejorar nuestro país, sería bueno tomar nota de algunas políticas que debemos cultivar, según lo que hemos ido leyendo de los expertos, el sentido común, y lo que vamos viendo en el tiempo. Recomendaciones que se deberían considerar, porque algunas han llevado a naciones a ser exitosas. Recuerdo que mi abuelita Julia, siempre repetía, “consejos, hasta de un conejo”.


Creo que todos coincidiremos, en que vivir en paz, es el deseo prioritario. Tenemos unas fronteras bien resguardadas, buena relación con nuestros vecinos y con el mundo, como se observa en la posición peruana, en los distintos foros internacionales, en que el Perú participa. Sólo nos queda eliminar rezagos de terroristas, en que uno se pregunta, cómo con satélites y desarrollos tecnológicos de nuestras FFAA, no pueden terminar de exterminar a estos desadaptados, y conquistar pacíficamente para el desarrollo, a todo nuestro extenso territorio. Por lo que pacifismo, a vivir y lograr.


Defender el Estado de Derecho, para satisfacer la necesidad de la paz. Iniciar nueva ola de reformas para generar empleo, reduciendo sobrecostos a la producción para ser más competitivos. Si no hay empleo, la delincuencia y la pobreza, son las consecuencias. Tener estabilidad política. Consensuar sobre qué bases debe organizarse la sociedad Visualizar el rol del Estado y su actuar eficiente y eficaz, con las empresas hacia el futuro, en un ejercicio democrático, como forma de gobierno, y de validación de la libertad.


Hoy en día, el reconocimiento ha pasado del ámbito militar al económico. El reconocimiento no es sólo un valor individual, sino base del orden social. La actividad económica representa una parte crucial de la vida social y está unida a una gran variedad de normas, pautas obligaciones morales y otros hábitos que en su conjunto dan forma a la sociedad. Y para tener capacidad de competir, de generar el bienestar de la nación, se necesita confianza. Confianza que todos debemos construir para qué sea parte de la vida de la sociedad, de nuestra cultura. Adam Smith, bien lo decía, que la vida económica está profundamente imbricada en la vida social y no puede ser comprendida, separada de las costumbres, la moral y los hábitos de la sociedad en que transcurre.


Tener presente, “La cumbre del milenio”, en dónde la libertad, equidad, solidaridad, tolerancia, no violencia, respeto a la naturaleza, la democracia, la responsabilidad compartida, han sido reconocidos como los valores que tendrán que aplicarse en este milenio.


Gozar de libertad política y económica. Ser conscientes de la interacción continua, en este mundo de redes. Que lo único permanente hoy día es que vivimos en un mundo de cambio. La especialización productiva de ciudades enteras. Por ejemplo, en Módena, Italia, viven alrededor de 81,000 personas, y existen unas 50,000 empresas, dedicadas a las partes y piezas de los vehículos Ferrari. El mundo futuro, te muestra una competencia con mayor acceso a la información y el conocimiento, lo que genera mayores posibilidades de dinero al futuro. Es necesario lograr un desarrollo sostenido de las alianzas estratégicas, por un sentido de cooperación, multidisciplinario.


Precisamos una política cultural de las mentalidades, para dialogar con el mundo, lo que nos debe llevar a aprender más intensivamente los idiomas de otras naciones. Aprender a realizar un discurso, lo que obliga a una mejor educación escolar, a descubrir y desarrollar la sensibilidad artística, para que como dijera Friedrich Schiller “el hombre no se pierda a sí mismo”. Debemos prepararnos ante culturas no centradas en el individuo. Y eso pasa, por amor a la lectura. A conocer más, a cada instante.


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