Formar mejores empresarios, para mejores resultados, entendiendo que las habilidades que tradicionalmente han sido demandadas, hoy han pasado a ser obsoletas.
Hay que enseñar a aprender lo que se necesita para enfrentar con éxito el siglo XXI, que, según los expertos, las habilidades básicas a desarrollar son: el dominio de la aritmética, las ciencias, las tecnologías de información en comunicación (TIC´S), las finanzas y la cultura cívica. Las competencias a lograr son: el pensamiento crítico y la resolución de problemas, la creatividad, la comunicación y la colaboración. Y las cualidades del carácter a desarrollar son: la curiosidad, la iniciativa, la persistencia, la adaptabilidad, el liderazgo, la conciencia social y cultural.
Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), indica que la educación formal está “desconectada” del ámbito laboral y que no enseña las habilidades que los empleadores valoran. Hay un “desacople” entre lo que la escuela enseña y lo que el mercado necesita, una disociación entre la educación y el sistema productivo. Los contenidos educativos y los requerimientos del ámbito laboral no están conectados.
La escuela no enseña las habilidades blandas que las compañías necesitan. Se destaca la falta de habilidades socioemocionales, como la capacidad de tomar decisiones, el pensamiento crítico, la responsabilidad, la empatía, la planificación, saber formular.
Lamentablemente esas competencias “blandas” no las aprenden en la escuela. Esas virtudes especiales incluyen capacidad de expresarse, de desenvolverse en diferentes contextos sociales, incluso hasta cómo vestirse. Se necesitan las habilidades blandas o transversales. Las duras se concentran en el saber hacer. Las habilidades blandas juegan un papel muy importante en las organizaciones, pues son piezas clave para que un individuo se relacione adecuadamente con el resto de las personas, ya sea dentro o fuera del ámbito laboral.
Debemos aprovechar la internacionalización de nuestra gastronomía, en una visión con aprovechamiento territorial, de la única cadena de valor desarrollada con éxito en las últimas décadas, en el Perú, para que resulten como cabezas de playa, en nuestro ingreso a los mercados exteriores, y sobre todo desarrollando mejores personas, competitivas globalmente.
Enseñar que “el mundo está lleno de Oportunidades de Negocios”, por lo que deben aprender a sustentar sus ideas empresariales mediante el desarrollo de Planes de Negocios, que les ayude a evaluar metódicamente la rentabilidad de la empresa que buscan construir para sí mismos, apoyándoles a identificar sus mercados, evaluar las necesidades de capital que requieren para su realización, sea propio o prestado, establecer y proponer sus requerimientos de inversión a eventuales accionistas, o acceder al crédito en el sistema financiero.
La cercanía del Bicentenario, nos debe motivar a decidirnos, a dónde queremos ir. Y consensuada la decisión, a triunfar peruanos, que somos hermanos.
“Si tomamos a las personas tal como las encontramos, podemos hacer que sean peores; pero, si las tratamos como pensamos que deberían ser, entonces les ayudaremos a ser lo que son capaces de ser”, Johann Wolfgang von Goethe.
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