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José Burga / El mundo post COVID19, lo peor está por venir (2 de 3)

Un tema que poco se está desarrollando o que casi nadie está discutiendo, es el relacionado al impacto económico mundial que deviene después de esta pandemia; y las pautas que se deben ir tomando, en cuanto al comportamiento social y las políticas públicas a implementar, de cara a enfrentar, a otro enemigo ya conocido que viene de la mano del COVID-19; la implacable Recesión Económica. ¿Cuál es el escenario socio económico que nos espera y cómo deberíamos prepararnos? A continuación, algunas capacidades que deberíamos desarrollar al respecto: prudencia, resiliencia y mentalidad disruptiva.

RESILIENCIA

La situación que estamos viviendo muchos de nosotros es realmente crítica. Necesitamos adaptarnos positivamente y cuanto antes a esta situación adversa. Según estudios de la Universidad de Toronto, señalan que nuestra repulsión actual a las multitudes se va a ir disipando con el tiempo. Por ejemplo, después de la pandemia de gripe de 1918-1919, tuvieron que pasar más de cinco años para que las personas se sientan seguras de usar el transporte público con naturalidad. ¿Qué dejará a nuestra generación esta Pandemia de COVID-19? Quizás una obsesión a partir de ahora de usar mascarillas, jabones desinfectantes y alcohol en gel para las manos, diferentes protocolos al momento de establecerse todo tipo de reuniones, el uso de la bicicleta para el transporte urbano, etc. Y es que los cambios de nuestro comportamiento como sociedad se verán muy trastocados por un periodo regular de tiempo.

Parte de nuestra resiliencia como sociedad, se encuentra arraigada a uno de los efectos positivos que viene generando esta pandemia, y se trata de la ruptura de mentalidad con respecto a la división de la gente y el reconocimiento ciudadano de que todos estamos unidos en esta lucha. El virus ha permitido que, autoridades de gobierno, empresarios, la academia y la sociedad civil, reconozcan que se necesitan mutuamente. Es alentador que por ejemplo siete países importadores y exportadores de alimentos, hayan formado un sindicato pandémico: Australia, Canadá, Chile, Nueva Zelanda, Myanmar, Brunei y Singapur, acordaron mantener abiertas sus propias líneas de suministro mutuo, independientemente de las condiciones mundiales. Ejemplos que deben convertirse en tendencia global.

Nuestra fortaleza no solamente tiene que verse plasmada en medio de este lockdown, sino también después. En algún momento muy cercano, se va a levantar la cuarentena. Lo que les toca ahora a los gobiernos de ALC es mejorar sus procedimientos de rastreo y detección de posibles infectados. Por ejemplo, Alemania, Nueva Zelanda, Noruega, Singapur y Corea del Sur, están tomando control del virus. Se están creando equipos de cientos de personas, que vestidos con sus trajes de protección, salen a las calles para testear el COVID-19, rastreando a cualquiera que potencialmente haya podido tener contacto con algún infectado recientemente descubierto, imponiéndose cuarentenas sectorizadas o focalizadas de ese círculo social potencialmente peligroso. En el caso de EE.UU., actual zona cero de la infección, necesitaría alrededor de 300,000 trazadores de COVID-19.

Los gobiernos de ALC deben tener bien claro y definido su plan posterior a la cuarentena. No se sabe cuántos contagiadores asintomáticos existen, por lo que es una temible amenaza. Se deben controlar esos posibles focos de infección, realizándose más pruebas y detectar a estos infectados que están en la sombra, esto con la finalidad de evitar una temida segunda oleada de la enfermedad. Si volvemos a la estrategia de la atención de salud primaria (Los centros de salud te atienden solo si presentas cuadros de fiebre, tos y cefalea), la cual de paso se encuentra totalmente colapsada, van a seguir pasando desapercibidos los asintomáticos. “Los focos de contagio se están iniciando debido a que la gente que contagia no tiene ningún síntoma; es por eso la necesidad de que los gobiernos inviertan dinero en formar y preparar “rastreadores” en cada localidad, sino el virus puede volver a ganar la partida con la mejor carta que tiene: Su capacidad de multiplicarse a escondidas hasta que sea demasiado tarde” (Antonio Ramírez Ron, Periodista, Revista Voz Pópuli).

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