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José Burga / El mundo post COVID19, lo peor está por venir (1 de 3)

La Prudencia, la Resiliencia y la Mentalidad Disruptiva, como nuestros mejores aliados. A estas alturas el gran debate mundial, del cual no es ajeno América Latina y el Caribe (ALC), es con respecto al levantamiento de la cuarentena. En qué momento termina la etapa del martillo y comienza la etapa de la danza. Considero que entrar en esa dicotomía de elegir entre la salud y la economía, no soporta ningún sustento. Sino veamos el caso más emblemático de los países que optaron por privilegiar esta segunda opción como es EE.UU., con 1,227.430 casos confirmados de COVID-19 y 73,095 muertes registradas a abril del 2020. (Fuente: Universidad Jhons Hopkins). Bajo ese contexto, secundo lo dicho por Joe Biden hace poco: “No se puede lidiar con la crisis económica hasta que se resuelva la crisis sanitaria”.


¿Pero qué hacemos entonces? ¿Salimos o nos quedamos? En países donde el comercio informal es el predominante en la economía, se cuentan las horas para el levantamiento de la cuarentena. Y es que los esfuerzos de los gobiernos implementando políticas de subsidio social y de reactivación económica, no parecen suficientes. La mayoría de la población necesita salir a ganarse el día a día, sin importar muchas veces, poner en riesgo su propia salud y la de los demás. Por otro lado, los que se encuentran dentro del sector de la economía formal, vienen preparando sus reaperturas comerciales a través de delivery, servicios on line, e-commerce, control de ingreso a centro de labores, regulación de los sistemas de transporte, etc.


Sin embargo, un tema que poco se está desarrollando o que casi nadie está discutiendo, es el relacionado al impacto económico mundial que deviene después de esta pandemia; y las pautas que se deben ir tomando, en cuanto al comportamiento social y las políticas públicas a implementar, de cara a enfrentar, a otro enemigo ya conocido que viene de la mano del COVID-19; la implacable Recesión Económica. ¿Cuál es el escenario socio económico que nos espera y cómo deberíamos prepararnos? A continuación, algunas capacidades que deberíamos desarrollar al respecto: prudencia, resiliencia y mentalidad disruptiva.


PRUDENCIA

Seguramente has visto que muchos restaurantes y negocios, más allá del levantamiento de la cuarentena, desde ya, se vienen preparando para reabrir su atención al público, aprovechando las plataformas digitales y brindando sus servicios a domicilio. Sin embargo, hay que ser muy cautelosos a la hora de lanzarnos hacia un consumismo excesivo y desesperado. La economía mundial se viene “deshidratando” vertiginosamente y en este marco globalizado en el que los países operan comercialmente, el consumo se va a ver frenado en una escala sin precedentes, priorizándose la alimentación y la salud en sus formas más básicas.


Si antes Asia y Norteamérica estornudaban y América Latina y El Caribe se enfermaban de gripe, imagínense ahora que estos mercados gigantes empiecen a desarrollar un proceso de neumonía severa, nosotros, sus proveedores, vamos a esas alturas, encontrarnos en UCI y con respirador mecánico. De igual manera en el comercio interno de cada país, mientras más se alargue el proceso de aislamiento social, peores van a ser las consecuencias económicas. Es que, si no tenemos una plataforma sanitaria que garantice la realización de pruebas masivas y constantes, y el rastreo de infectados como de su entorno sea eficiente, podemos estar al borde de propiciar una nueva ola de la pandemia en cualquier momento.


El escenario más próximo es que se acelere lo que se llama “curva de la muerte minorista” (cambio de los negocios al comercio electrónico). Muchas de nuestras tiendas y restaurantes favoritos van a tener que cerrar, porque cocinar en casa se convertirá en nuestra principal alternativa, antes de salir a cenar. La única forma en que las tiendas del barrio sobrevivan a esta crisis, será utilizando plataformas digitales que le permitan interactuar con los clientes sin necesidad de cajeros ni efectivo. Todo esto forma parte de un proceso de adaptación a la disrupción tecnológica, lo cual veremos más adelante.


Nuestras economías están tan arraigadas unas con otras, que esta desaceleración del consumo de nuestros principales mercados asiáticos, europeos y norteamericano, debido al desempleo generalizado y el cierre de empresas, afectará ALC con un efecto dominó bien potente. Nuestra economía primaria exportadora irá disminuyendo, porque el consumo internacional viene bajando. Si nos enfocamos en nuestro mercado interno, este todavía se va a encontrar paralizado. El cierre de empresas locales va a ser un hecho, con eso se genera desempleo y se agudiza la pobreza extrema. Finalmente, la recaudación del país baja y las instituciones del Estado también se ven afectadas por el desempleo. Un escenario realmente catastrófico.


Mientras tanto nos queda ser muy prudentes, tanto para el consumo ciudadano, como para la implementación de protocolos sanitarios por parte del gobierno y de las empresas. Por ejemplo, Taipéi (Taiwán), es un ejemplo de cómo una ciudad puede operar, habiendo salido de su proceso de cuarentena y a la espera de un tratamiento o vacuna. Las temperaturas se toman en cada entrada de edificios, tiendas, centros comerciales, departamentos, escuelas, lugares de trabajo y oficinas; todos los movimientos son rastreados a través de los celulares, las cuarentenas por 14 días continúan con las personas que llegan al país del extranjero, entre otras medidas.


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