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Jorge Chávez : Coronavirus y perspectivas de la economía China[1]


El presente artículo se publica con el permiso del boletín Alerta Económica, producido por MAXIMIXE.


En 2019 la economía china creció 6,1%, el ritmo más bajo desde 1990 y debajo del 6,6% de 2018, aunque manteniéndose dentro de una senda que le permitiría lograr su objetivo de doblar su tamaño en 2020 respecto a una década atrás.

Standard & Poor’s estima que el coronavirus podría implicar una caída de 10% en el gasto de consumo en 2020, lo que eventualmente reduciría el PBI de China en alrededor de 1,2%. Quiere decir que, si para 2020 sin la presencia de coronavirus se proyectaba un crecimiento de 5,9%, ahora las perspectivas estarían rondando el 4,7%.


Sin embargo, en la medida que las autoridades chinas logren acotar la propagación del virus, la mayor parte del impacto económico negativo podría concentrarse en el primer trimestre, lo que permitiría aminorar el costo económico. Además, el banco central chino ya inyectó unos US$ 173 mil millones de liquidez al sistema financiero, su mayor operación de mercado abierto de un día desde 2004, según el Financial Times, lo que contribuirá a paliar el impacto negativo en el consumo.


En el peor escenario, se trataría de un bache que afectaría los precios de las materias primas, con un posible rebote en 2021. Chile y Perú serían las economías más afectadas de América Latina, dada su elevada exposición al mercado chino.


El crecimiento económico de China a mediano plazo está sustentado en una tasa de inversión elevadísima, cercana al 40% del PBI, una amplia apertura comercial, la inversión extranjera, y la asimilación de nuevas tecnologías y prácticas empresariales.


Dado que buena parte de la inversión china es ineficiente, el gobierno viene tratando de compensar su mellado impacto en el crecimiento con una expansión del consumo, que parte de un nivel muy bajo.


En 2017 el consumo llegó a contribuir con cerca del 60% del crecimiento del PBI, superando el impacto relativo de la inversión. Se estima que para 2030 el 70% de la población china será de clase media, lo que convertirá a China en el principal mercado mundial de consumo.


La ventaja de China es que su inversión se financia enteramente con ahorro interno, sobre el cual el gobierno ejerce un control férreo, por lo cual no hay posibilidad de que ocurra una fuga de capitales.


China pretende escapar a la amenaza del síndrome del estancamiento de aquellas economías que lograron alcanzar un nivel de renta media, apostando decididamente por una agresiva estrategia de innovación tecnológica, que se enmarca en la campaña ‘Made in China 2025’, lo que supone extender la aplicación de big data, internet de las cosas e internet plus, con avance hacia la manufactura inteligente.[2]


China también aspira a lograr la convertibilidad del yuan en 2020, aprovechando su ingreso a la canasta de monedas de reserva del FMI. Ello implica que tenga que abrir su cuenta de capitales, flexibilizar su sistema cambiario y liberalizar su mercado financiero y de tasas de interés.


En el plano social, el gobierno se ha propuesto sacar a 60 millones de personas de la pobreza entre 2017 y 2020, extendiendo la cobertura de los servicios básicos en las urbes, logrando la universalización de la jubilación y la atención de enfermedades críticas, y alcanzando una tasa de urbanización de 60% (55% en 2017).


El gobierno también ha ido elevando su compromiso con el ambiente, habiéndose planteado el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en 40 a 45% por unidad del PBI respecto de los niveles de 2005, para lo cual ha dispuesto la prohibición de las explotaciones de monocultivos forestales en bosques naturales.


Dado el creciente envejecimiento de su población, a largo plazo la economía china tenderá a converger al ritmo de expansión de las economías desarrolladas, pero eso sucederá recién después de 2030,[3] aguardándose que durante la mayor parte de la década del 20 China crezca en torno al 4% anual.


[1] El jueves 20 de febrero tendrá lugar el Encuentro Empresarial del Club de Análisis Estratégico de Riesgos (CASER) que organiza MAXIMIXE, que tratará el tema: “IMPACTO ECONÓMICO DEL CORONAVIRUS EN PERÚ”. Para mayor información llamar al teléfono 997518092 ó regístrese aquí.

[2] Osvaldo Rosales, “El sueño chino”. Siglo veintiuno editores. CEPAL, 2020.

[3] El Banco Mundial proyecta un crecimiento del PBI chino del 1,7% entre 2031 y 2040. Véase “Innovative China: New drivers of growth. World Bank.


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