Presidente Castillo: el pueblo quiere chamba no dádivas
Lamentablemente en su último mensaje a la nación, el presidente Pedro Castillo anunció que pretendía reactivar la economía repartiendo S/ 5 mil millones a 13 millones de peruanos un bono de S/ 350, con la esperanza de generar 40.000 empleos. También anunció la transferencia de S/ 299 millones (74 millones de dólares), de un total de S/ 700 millones (175 millones de dólares) programados, para “iniciar la creación de 260.000 empleos. Así también, la reactivación de proyectos en proceso de ejecución por S/ 1.000 millones (250 millones de dólares), garantizando ejecutar S/ 400 millones (100 millones de dólares) hacia fines de año.
Para colmo de males, el cuestionado ministro de trabajo, Iber Maraví, ha planteado una batería de medidas de inspiración “nodoxa” extrema. Entre ellas destaca la prohibición de la tercerización de servicios por parte de empresas públicas y privadas. Ciertamente que la tercerización debe ser objeto de una mejor reglamentación que evite el abuso y la elusión de obligaciones laborales. Sin embargo, prohibirla para servicios conexos especializados significaría un aumento de costos injustificado y una pérdida de competitividad en muchos sectores, trasladable a los precios en un contexto de ampliación de la demanda vía ingresos y gasto fiscal.
Maraví también propone la reincorporación de los trabajadores estatales cesados y el aumento de las pensiones de la ONP, lo que implicaría elevar los costos del Estado en S/ 4.2 miles de millones, que habría que quitárselos al sector educación y salud entre otros. Así también plantea subir el sueldo mínimo, lo que terminaría por pulverizar la recuperación de las Pymes formales y aumentar la informalidad de las Mypes en el contexto de una economía empresarial azotada por la pandemia.
Como ya se ha visto, si las condiciones de la oferta no cambian; es decir, si no se dan las condiciones de estabilidad política y reglas de juego claras para impulsar la inversión privada y, si a la vez, las Mypes no elevan su productividad y se vuelven rentables a través de una estrategia integral de articulación a los demás eslabones de la economía, repartir plata con ventilador y transferir recursos a gobiernos regionales y locales colapsados por la corrupción y la ineficiencia, no generará más empleos sostenibles. Lo único que hará es impulsar más el alza de los precios.
Inyectar dinero en algunos segmentos de la población, sin un impulso competitivo de la oferta, provocará un aumento temporal de la demanda agregada que se detendrá cuando cese esa inyección. Canalizará los recursos productivos hacia empleos efímeros, que comienzan y acaban cuando termine la donación de dinero.
El modelo Keynesiano súper simplificado utilizado por la “nodoxia” supone que los precios son rígidos a subir, por lo que un aumento imprevisto de la demanda agregada se reflejaría casi completamente en la producción y muy poco en los precios. Este supuesto equivale a sostener que el aumento de los salarios nominales es igual al aumento de los salarios reales.
El simplismo de la nodoxia nos transporta a un mundo sin inflación a corto plazo y, si a largo plazo surgiera una presión inflacionaria imprevista, qué importa porque los trabajadores aceptarían reducir sus salarios reales.
Pero es incompatible elevar el empleo adoptando medidas inflacionarias, peor aún en un contexto de incertidumbre política y desconfianza empresarial extrema, que se refleja en la depreciación del sol frente al dólar, que a su vez viene retroalimentando la inflación importada.
En agosto la inflación anual llegó a 4.95%, impulsada por la depreciación del sol frente al dólar, el alza del precio de los combustibles y los insumos alimenticios importados y el aumento de las tarifas de transporte marítimo. La tasa de inflación mensual fue de 0,98%, tras el 1,01% observada en julio; la más alta en 52 meses. De los 532 productos que componen la canasta familiar, 380 subieron de precio, mientras que sólo 80 bajaron y 72 no mostraron variación. En tanto, el índice de precios al por mayor creció 11.98%, lo que apunta a una mayor inflación en el resto del año.
Es necesario que el presidente Castillo realice un alto para evaluar, con la ayuda de un Consejo Consultivo Económico, las medidas anunciadas por él y sus ministros, a fin de darles coherencia en el marco de un verdadero “Plan de Recuperación Económica Sostenible y Generación de Empleo.” Aún está a tiempo de evitar la dilapidación de recursos y frenar la espiral inflacionaria.
Komentáre