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Jorge Chávez / Chamba no dádivas (1 de 2)


Presidente Castillo: el pueblo quiere chamba no dádivas


Sin duda alguna el problema número uno del Perú hoy en día es la falta de empleos dignos. Sin ellos es imposible superar la hambruna y la vulnerabilidad que azota a más de la mitad de nuestra población, menos aún se podrá vislumbrar un ‘pueblo peruano’ [1] viviendo con bienestar. Por ello el Objetivo Central del gobierno de Pedro Castillo debe ser uno solo: Generar Empleos Dignos.


Este pueblo está constituido por más de 33 millones de peruanos, de los cuales, si bien hay 25 millones que están en edad de trabajar, sólo 17.8 millones están trabajando o buscando activamente trabajo.


En buen romance, sólo 16.8 millones de peruanos tienen ‘chamba’. En contraposición, 1 millón viene buscando chamba y no la encuentra, mientras que 7.4 millones no buscan chambear ni tienen chamba, sea porque no desean o no necesitan trabajar o porque se cansaron de andar buscando trabajo o ya no pueden asumir el costo de realizar nuevas búsquedas.


Buscar chamba tiene un costo y éste ha venido creciendo en los últimos años al desacelerarse la economía. En 2020 ese costo se elevó drásticamente con la pandemia, y en 2021 ha vuelto a elevarse por la incertidumbre política y el retroceso récord de la confianza empresarial. La probabilidad de éxito tras una cita de trabajo hoy es mucho más baja que hace un par de años.


El gran drama del empleo en el Perú es que del total de peruanos con chamba (16.8 millones), apenas 5.1 millones son trabajadores formales; es decir, que gozan de beneficios y condiciones de estabilidad laboral. Los 11.7 millones restantes son informales y sus puestos de trabajo dependen de la sobrevivencia de micro y pequeñas empresas (Mypes); muy vulnerables a los vaivenes del ciclo económico, dada su baja productividad y rentabilidad, y su bajo nivel de integración al resto de la economía. [2]


La tasa de mortandad de las Mypes es muy alta y se refleja en que sólo la mitad de ellas supera los 3 años de supervivencia en épocas normales. En situaciones de crisis su nivel de supervivencia baja, como sucedió en 2020 cuando el número de Mypes se redujo en 49%. [3] Peor aún, del total de 5.1 millones de trabajadores formales, sólo 3.6 son aportados por el sector privado, mientras 1.5 millones trabajan en el sector público.


Es evidente que la problemática del empleo no se solucionará con políticas de corte populista, como la repartición de bonos, que es un tipo de medida excepcional adoptada por los países en circunstancias extremas, como la de una cuarentena absoluta. [4] Ahora que las actividades económicas están normalizadas no se debe insistir en lo mismo, porque el costo de oportunidad de los recursos donados es muy elevado. Esos recursos pueden tener mejor destino refaccionando colegios, ampliando la red de agua potable, manteniendo caminos rurales, o proveyendo alimentos a las ollas comunes.


Es fundamental evitar repetir el tipo de políticas del primer gobierno de Alan García, de un keynesianismo naif que por esa época el destacado economista Rudiger Dornbush calificó de “política nodoxa”, para diferenciarla de las políticas ortodoxas fomentadas por el FMI y de las políticas heterodoxas exitosas aplicadas transitoriamente en Israel y otros países, para superar la trampa de la deuda y la estanflación.


La “nodoxia” parte de creencias tan firmes como inocentes, como aquella de que el déficit fiscal no importa, o que la inflación puede ser deseable porque contribuye al crecimiento productivo, o que se puede asegurar el pleno empleo simplemente aumentando la demanda agregada vía la ampliación de los ingresos de la población y el gasto fiscal. [5]



Referencias:


[1] Es inapropiado aplicar el vocablo ‘pueblo peruano’ como si se tratara exclusivamente de la población andina (‘Perú profundo’). Ésta es ampliamente minoritaria y representa apenas el 27% de la población en 2021, según el INEI. El ‘pueblo peruano’ es pues el total de la población del Perú, en la cual reside la soberanía nacional.


[2] Alrededor del 70% de las Mypes tiene un solo trabajador; vale decir que son independientes o autoempleados, mientras que en el 20% trabajan 2 personas y en el 10% más de 4.


[3] El número de Mypes se redujo de 6.06 millones en 2019, a 3.11 millones al cierre del 2020; a niveles previos al año 2004.


[4] Cerca al inicio de la cuarentena, en el artículo de Jorge Chávez Álvarez, “Coronavirus: curación sin recesión”, Alerta Económica 23/03/2020. https://alertaeconomica.com/coronavirus-curacion-sin-recesion/, sustenté la necesidad de adoptar una batería de medidas atípicas o heterodoxas, justificadas por la súbita parálisis del aparato productivo a consecuencia de la cuarentena decretada por el gobierno.


[5] En “El Perú Heterodoxo”, de Daniel Carbonetto, César Ferrari, Oscar Dancourt y otros, se plantea el enfoque de política económica que desencadenó una de las mayores hiperinflaciones del mundo, acompañada de una híper recesión. Véase el artículo de Jorge Chávez Álvarez, “Control de precios y otros maleficios económicos”, Alerta Económica 16/08/2021



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