Horizonte Económico Global: Navegando hacia el Crecimiento en 2024-2026
El panorama económico global para los años 2024-2026 muestra signos de estabilización tras años de turbulencia provocada por shocks negativos. Se proyecta que la economía mundial crezca moderadamente, con un aumento del 2.6% en 2024,[1] impulsado principalmente por la robusta expansión de la economía estadounidense. A pesar de las tensiones geopolíticas y las altas tasas de interés, se espera un crecimiento global del 2.7% para 2025-26, respaldado por un incremento gradual en el comercio y la inversión.
La inflación global, aunque moderándose, sigue siendo un desafío significativo. Se estima que la inflación promedio se mantenga en torno al 3.5% en 2024, con los bancos centrales adoptando una postura cautelosa en la flexibilización de la política monetaria. Hacia 2026, se prevé que la inflación global se estabilice en un 2.8%, alineándose con los objetivos de los bancos centrales.
El modelo post-Caída del Muro de Berlín subrayó la importancia de políticas proactivas que fomenten la productividad, el espíritu empresarial y la innovación, respaldadas por una mayor cooperación internacional. Este enfoque no solo impulsó la prosperidad económica global, sino que también estableció las bases para abordar desafíos comunes y construir un futuro más equitativo y sostenible para todos los países y personas del mundo.
Sin embargo, persisten desafíos y riesgos para la economía global, con pronósticos de crecimiento moderado en muchas economías, especialmente en las economías emergentes y en desarrollo (EMDEs). Las tensiones geopolíticas y la incertidumbre comercial podrían afectar la estabilidad económica global, mientras que las políticas monetarias más laxas en economías avanzadas podrían mitigar algunos de estos riesgos.
I. Crecimiento Global y Perspectivas Futuras
La última edición de Perspectivas Económicas Globales del Banco Mundial analiza cómo el modelo de cooperación internacional ha experimentado un significativo deterioro y lo que se requerirá para adaptarlo a las exigencias de las próximas décadas. La incertidumbre en las políticas comerciales ha alcanzado niveles sin precedentes en este siglo, especialmente en años de elecciones cruciales donde países que representan conjuntamente al menos el 30% del PIB mundial han tomado decisiones electorales significativas. Paralelamente, las medidas diseñadas para restringir los flujos comerciales transfronterizos están proliferando a un ritmo histórico. Desde 2013 hasta 2023, el crecimiento de la inversión en economías en desarrollo se ha reducido drásticamente, marcando una disminución de más de la mitad respecto a las tasas observadas en la década de 2000.
Se espera que el crecimiento global aumente ligeramente al 2.7% para 2025-26, apoyado por un incremento moderado en el comercio y la inversión. Aunque esta mejora es alentadora, economías clave como las de Estados Unidos, la Eurozona y Japón enfrentan obstáculos para alcanzar tasas de crecimiento más robustas debido a la moderación en la inversión y las exportaciones.[2]
El progreso hacia la prosperidad se alcanza mediante políticas gubernamentales que estimulan la productividad, el emprendimiento y la innovación, fortalecidas por una mayor cooperación internacional. [3]Este modelo, que surgió tras la caída del Muro de Berlín, facilitó un flujo dinámico de bienes, capital e ideas entre fronteras, desencadenando una era de prosperidad global sin precedentes durante aproximadamente 25 años. Durante este período, los ingresos promedio de las naciones más pobres comenzaron a equipararse con los de las más ricas, y se vislumbró la posibilidad de erradicar la pobreza extrema a nivel mundial.
En el contexto actual, se prevé que casi la mitad de las economías en desarrollo vean cómo se amplía la brecha de ingresos per cápita con las economías avanzadas durante la primera mitad de la década de 2020, la proporción más alta desde los años 90. El crecimiento del ingreso per cápita en estas economías se espera que promedie apenas un 3% hasta 2026, considerablemente por debajo del 3.8% registrado en la década anterior a la pandemia de COVID-19. Además, se anticipa que muchas de estas economías no logren alcanzar un avance relativo frente a las economías avanzadas en el corto plazo.
A pesar de estos desafíos, existen puntos destacados en la economía global. La economía de EE. UU. ha mostrado una notable resistencia, manteniendo un crecimiento vigoroso a pesar de un ajuste monetario sin precedentes en cuatro décadas. India y Indonesia también han destacado por su rendimiento sólido, impulsados respectivamente por una fuerte demanda interna y políticas económicas prudentes que han estimulado el crecimiento.
Estos ejemplos subrayan que el alto crecimiento puede mantenerse incluso en condiciones adversas. Los países pueden fortalecer el crecimiento a largo plazo implementando políticas que fomenten el capital humano, impulsen la productividad, mejoren la eficiencia del gasto público y promuevan la inclusión laboral de las mujeres.[4]
1.1 Inflación y Política MonetariaHorizonte Económico Global: Navegando hacia el Crecimiento en 2024-2026
El panorama económico global para los años 2024-2026 muestra signos de estabilización tras años de turbulencia provocada por shocks negativos. Se proyecta que la economía mundial crezca moderadamente, con un aumento del 2.6% en 2024,[1] impulsado principalmente por la robusta expansión de la economía estadounidense. A pesar de las tensiones geopolíticas y las altas tasas de interés, se espera un crecimiento global del 2.7% para 2025-26, respaldado por un incremento gradual en el comercio y la inversión.
La inflación global, aunque moderándose, sigue siendo un desafío significativo. Se estima que la inflación promedio se mantenga en torno al 3.5% en 2024, con los bancos centrales adoptando una postura cautelosa en la flexibilización de la política monetaria. Hacia 2026, se prevé que la inflación global se estabilice en un 2.8%, alineándose con los objetivos de los bancos centrales.
El modelo post-Caída del Muro de Berlín subrayó la importancia de políticas proactivas que fomenten la productividad, el espíritu empresarial y la innovación, respaldadas por una mayor cooperación internacional. Este enfoque no solo impulsó la prosperidad económica global, sino que también estableció las bases para abordar desafíos comunes y construir un futuro más equitativo y sostenible para todos los países y personas del mundo.
Sin embargo, persisten desafíos y riesgos para la economía global, con pronósticos de crecimiento moderado en muchas economías, especialmente en las economías emergentes y en desarrollo (EMDEs). Las tensiones geopolíticas y la incertidumbre comercial podrían afectar la estabilidad económica global, mientras que las políticas monetarias más laxas en economías avanzadas podrían mitigar algunos de estos riesgos.
I. Crecimiento Global y Perspectivas Futuras
La última edición de Perspectivas Económicas Globales del Banco Mundial analiza cómo el modelo de cooperación internacional ha experimentado un significativo deterioro y lo que se requerirá para adaptarlo a las exigencias de las próximas décadas. La incertidumbre en las políticas comerciales ha alcanzado niveles sin precedentes en este siglo, especialmente en años de elecciones cruciales donde países que representan conjuntamente al menos el 30% del PIB mundial han tomado decisiones electorales significativas. Paralelamente, las medidas diseñadas para restringir los flujos comerciales transfronterizos están proliferando a un ritmo histórico. Desde 2013 hasta 2023, el crecimiento de la inversión en economías en desarrollo se ha reducido drásticamente, marcando una disminución de más de la mitad respecto a las tasas observadas en la década de 2000.
Se espera que el crecimiento global aumente ligeramente al 2.7% para 2025-26, apoyado por un incremento moderado en el comercio y la inversión. Aunque esta mejora es alentadora, economías clave como las de Estados Unidos, la Eurozona y Japón enfrentan obstáculos para alcanzar tasas de crecimiento más robustas debido a la moderación en la inversión y las exportaciones.[2]
El progreso hacia la prosperidad se alcanza mediante políticas gubernamentales que estimulan la productividad, el emprendimiento y la innovación, fortalecidas por una mayor cooperación internacional. [3]Este modelo, que surgió tras la caída del Muro de Berlín, facilitó un flujo dinámico de bienes, capital e ideas entre fronteras, desencadenando una era de prosperidad global sin precedentes durante aproximadamente 25 años. Durante este período, los ingresos promedio de las nacione
La inflación global, aunque en desaceleración, se mantiene en un promedio del 3.5% en 2024. Los bancos centrales de economías avanzadas y emergentes continúan siendo cautelosos al ajustar sus políticas monetarias, manteniendo tasas de interés elevadas para contrarrestar presiones inflacionarias persistentes. Se anticipa que, hacia finales de 2026, la inflación global se estabilice en un 2.8%, alineándose con los objetivos de los bancos centrales y proporcionando un entorno más estable para la inversión y el consumo.
1.2 Desafíos y Riesgos
A pesar de las mejoras esperadas, el panorama global sigue siendo moderado. Las economías emergentes y en desarrollo (EMDEs) enfrentan un crecimiento proyectado del 4% en 2024, reflejando una recuperación gradual pero desigual. Las tensiones geopolíticas y la incertidumbre comercial continúan siendo riesgos significativos, con el potencial de impactar negativamente los mercados globales y fragmentar aún más las redes comerciales.
1.3 Perspectivas Regionales:
· Asia Oriental y el Pacífico: Se anticipa una desaceleración en el crecimiento, con China y otros países de la región proyectando una expansión del 4.8% en 2024.
· Europa y Asia Central: La recuperación es moderada, con economías como Rusia y Turquía esperando crecimientos del 2.9% y 3% respectivamente.
· América Latina y el Caribe: La región continúa bajo presión con un crecimiento estimado del 1.8% en 2024.
· Oriente Medio y Norte de África: Se espera una recuperación moderada con un crecimiento del 2.8% en 2024.
· África Subsahariana: Mostrará una mejora moderada, con Nigeria y Sudáfrica proyectando crecimientos del 3.3% y 1.2% respectivamente.
1.4 Tendencias:
· La economía global está experimentando una recuperación lenta pero estable. A medida que avanzamos, tanto los esfuerzos internacionales como nacionales serán cruciales para superar desafíos persistentes y alcanzar un crecimiento inclusivo y sostenible.
· En el segundo trimestre, el fortalecimiento del dólar estadounidense, impulsado por tensiones geopolíticas y datos firmes de inflación en Estados Unidos, coincidió con una salida de capitales. Aunque la percepción del riesgo crediticio soberano ha mejorado este año, los costos de endeudamiento para las economías emergentes y en desarrollo (EMDEs) siguen siendo altos y persisten grandes divergencias. Aproximadamente el 40% de las EMDEs sigue siendo muy vulnerable al estrés relacionado con la deuda
· Después de dos años de consolidación fiscal global, la política fiscal se ha vuelto favorable al crecimiento en 2023, especialmente en las economías avanzadas. Sin embargo, se espera que la consolidación fiscal se reanude, lo cual podría afectar el crecimiento a corto plazo. Se proyecta un crecimiento global del 2.6% en 2024, reflejando un crecimiento moderado en la inversión y el consumo. Se anticipa que el crecimiento global aumentará a un promedio del 2.7% en 2025-26, impulsado por un fortalecimiento del comercio y una política monetaria más laxa.
· El crecimiento global sigue siendo débil en comparación con los estándares históricos recientes, aproximadamente 0.4 puntos porcentuales por debajo del promedio de 2010-19. Las economías emergentes y en desarrollo enfrentarán desafíos debido a los altos costos de endeudamiento y a las necesidades significativas de financiamiento, subrayando la importancia de mejorar la eficiencia de la inversión pública.
· Los riesgos para la economía global incluyen tensiones geopolíticas, incertidumbre en la política comercial y tasas de interés elevadas en economías avanzadas. Un crecimiento más débil de lo esperado en China, desastres naturales relacionados con el cambio climático y una mayor fragmentación comercial podrían afectar adversamente la economía global. Sin embargo, una desinflación global más rápida podría mejorar las perspectivas económicas
II. Desarrollos Recientes y Perspectivas de las Principales Economías en 2024[5]
2.1 Economías Avanzadas
· Estados Unidos: Se prevé un crecimiento promedio del 2.5% para este año, mostrando una ligera moderación. El fortalecimiento del consumo será impulsado por la disminución de la inflación y aumentos salariales, aunque se espera que la inversión y las exportaciones permanezcan en niveles moderados.
· Zona Euro: Se anticipa un crecimiento del 0.7%, impulsado por la recuperación en los ingresos reales y un leve aumento en el consumo. Sin embargo, se proyecta que la inversión y las exportaciones seguirán siendo débiles, limitando el crecimiento económico general.
· Japón: Se espera una desaceleración en el crecimiento al 0.7%, con un consumo interno débil y una disminución en las exportaciones. A pesar de esto, se prevé una ligera mejora en la inversión de capital, aunque el crecimiento general permanecerá modesto.
· China
- Crecimiento: Se anticipa que el crecimiento se desacelere al 4.8% en 2024, comparado con el 5.2% del año anterior, debido principalmente a una demanda interna más débil y continuas presiones en el sector inmobiliario.
- Medidas de Estímulo: China ha implementado medidas adicionales de gasto en infraestructura y reducciones en las tasas de interés para estimular la economía. A pesar de ello, se espera que la inflación se mantenga bajo control y por debajo de las metas del gobierno.
- Perspectivas Futuras: Se proyecta que el crecimiento continuará desacelerándose en los próximos años, alcanzando un 4.1% en 2025 y un 4% en 2026. Esto se debe a desafíos estructurales como la disminución de la productividad y el envejecimiento de la población, que podrían afectar la capacidad de crecimiento a largo plazo de China.
2.2 Inflación Global
Este año, el ritmo de descenso de la inflación subyacente se ha desacelerado. En las principales economías avanzadas, la desaceleración de los precios de los bienes de consumo parece haber tocado fondo, mientras que la inflación en los precios de los servicios sigue siendo elevada. La alta inflación subyacente en los mercados emergentes y economías en desarrollo (EMDEs) ha sido impulsada por los servicios, incluyendo la vivienda. Se espera que la inflación global desacelere gradualmente hacia los objetivos promedio de inflación para 2026, en medio de una moderación de la inflación subyacente.[6]
a) La inflación subyacente muestra cambios anualizados en tres meses para hasta 32 economías avanzadas y 46 EMDEs, hasta abril de 2024.
b) Inflación anual de bienes y servicios, con datos hasta abril de 2024.
c) Tasas de inflación anualizadas en tres meses por componente, hasta abril de 2024, para hasta 36 economías avanzadas y 100 EMDEs.
d) Proyecciones de inflación basada en el modelo económico global de Oxford Economics para 65 economías, excluyendo Argentina y Venezuela. Las bandas de confianza se derivan de errores de pronóstico de Consensus Economics usando muestras pre-pandemia. La línea verde muestra los objetivos promedio de inflación recientes por país.
III. Desafíos Globales Clave
31. Desafíos de Política
El moderado panorama de crecimiento y los múltiples riesgos a la baja destacan la importancia de respuestas políticas contundentes para abordar desafíos persistentes y sustanciales. Es crucial un esfuerzo global para apoyar las transiciones verde y digital, salvaguardar el comercio internacional y garantizar la seguridad alimentaria y energética. Resolver estos problemas probablemente requiera aumentar la inversión en la provisión de bienes públicos en un entorno de creciente deuda y costos elevados de servicio de deuda. La inflación aún elevada subraya la necesidad de que los responsables de la política monetaria se centren en la estabilidad de precios. Para alcanzar metas de desarrollo y fortalecer las perspectivas de crecimiento a largo plazo, se necesitan reformas a nivel nacional para mejorar la eficiencia de la inversión pública, impulsar el capital humano y fortalecer la resiliencia y la inclusión.
3.2 Deuda Elevada
Muchos países en desarrollo y mercados emergentes (EMDEs) enfrentan altos niveles de deuda en un entorno de bajo crecimiento, altos costos de endeudamiento y múltiples riesgos a la baja. Estos desafíos son particularmente agudos para los países de ingresos bajos, donde la capacidad de manejar la deuda es limitada. Es crucial que los esfuerzos globales sean complementados con reformas internas para construir el espacio fiscal necesario, fortalecer los marcos de gobernanza y mejorar la transparencia de la deuda para prevenir vulnerabilidades adicionales relacionadas con la deuda.
3.3 Cambio Climático
Lograr la descarbonización de la economía global requerirá inversiones considerables y financiamiento adecuado, pero las políticas actuales a nivel mundial son insuficientes para cumplir con los objetivos climáticos globales. Alcanzar la neutralidad de carbono para 2050 exigirá reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un cuarto y la mitad para 2030 en comparación con 2019. Sin embargo, los compromisos globales actuales solo están estimados para reducir las emisiones en aproximadamente un 10% para fines de esta década. Los países de ingresos bajos, en particular, enfrentan necesidades significativas de inversión para cumplir con los objetivos de desarrollo y reducir las emisiones, con requerimientos que varían entre el 1% y el 10% del PIB anual para el resto de esta década. El costo de alcanzar estas metas aumentará si no se avanza rápidamente. Es crucial movilizar recursos públicos, reformar los subsidios y establecer precios al carbono para financiar las inversiones públicas necesarias y asegurar un desarrollo bajo en emisiones y equitativo. Además, se necesitará una cooperación global sólida para aumentar el acceso al financiamiento y apoyar a los países vulnerables frente a limitaciones presupuestarias significativas.
3.4 Fragmentación del Comercio
El comercio ha sido crucial para la prosperidad global, pero la expansión se ha desacelerado, y las restricciones comerciales y las cadenas de valor globales fragmentadas representan riesgos importantes. Restaurar un sistema comercial multilateral basado en reglas, mitigar los efectos adversos de las tensiones geopolíticas en las redes comerciales y promover condiciones equitativas para el comercio internacional son elementos clave para revitalizar el crecimiento del comercio. A pesar de los desafíos, la firma de acuerdos comerciales ha disminuido considerablemente en la década actual, lo que subraya la necesidad de reanudar esfuerzos para expandir estos acuerdos y fortalecer el sistema de solución de controversias.
3.5 Tasas de Interés
Los diferenciales de tasas de interés con respecto a las economías avanzadas clave muestran una tendencia a la disminución debido a una expectativa reducida de flexibilización monetaria este año en estas economías. Esta situación podría resultar en depreciaciones de las monedas y poner en riesgo los avances en la desinflación, dependiendo de cómo los movimientos cambiarios afecten los precios domésticos. Además, podría incrementar la volatilidad en los mercados financieros, especialmente en economías con grandes necesidades de financiamiento externo y una alta carga de deuda. Sin embargo, es menos probable que se produzcan salidas de capital desestabilizadoras si los marcos de política monetaria de los mercados emergentes y en desarrollo (EMDE) y los compromisos con la estabilidad de precios se consideran creíbles (Kalemli-Özcan y Unsal, 2024).
Para mitigar posibles shocks imprevistos, es crucial mantener un escrutinio cercano sobre la calidad crediticia de los bancos en los EMDE y sus niveles de capital. Esto ayudaría a asegurar que los sectores bancarios puedan resistir pérdidas potenciales sin restringir el crédito de manera procíclica. Asimismo, reformas en la vigilancia y supervisión del sector bancario, junto con marcos fiscales más sólidos, podrían reducir las vulnerabilidades y los riesgos asociados al nexo soberano-bancario (Feyen y Igor, 2019).
3.6 Política Fiscal
En términos de política fiscal, se espera que los EMDE ajusten modestamente su política fiscal durante 2024-2026 para manejar las altas cargas de deuda. Este ajuste fiscal busca contener las cargas de servicio de deuda y recuperar la confianza del mercado, reduciendo así los costos de financiamiento. Sin embargo, mientras que el ajuste fiscal puede mejorar las perspectivas de crecimiento a largo plazo al fomentar la confianza y expandir el espacio fiscal, es crucial minimizar los impactos adversos en el crecimiento a corto plazo y la desigualdad a través de un diseño cuidadoso e implementación prioritaria del gasto crítico en salud, educación y protección social (Balasundharam et al., 2023).
Dadas las altas tasas de endeudamiento, los EMDE enfrentan el desafío de movilizar recursos para abordar los desafíos de desarrollo sin comprometer la sostenibilidad de sus posiciones fiscales. Esto incluye fortalecer la gestión de la inversión pública para optimizar el uso de recursos y mejorar la eficiencia del gasto. Mejorar la eficiencia del gasto público y reducir el desperdicio podrían lograrse mediante la lucha contra la corrupción, la mejora de la gobernanza y la gestión de proyectos de inversión más robusta.
En resumen, los EMDE enfrentan desafíos significativos en múltiples frentes, exacerbados por los impactos simultáneos de los últimos años. Se requieren reformas integrales para fortalecer las inversiones y alcanzar un crecimiento y desarrollo sostenidos. La recuperación de los efectos negativos de la pandemia en las perspectivas de crecimiento exigirá inversiones en educación y capital humano, mientras que la seguridad alimentaria debe mejorar ante el aumento de la inseguridad alimentaria y las políticas restrictivas al comercio. La inclusión laboral, especialmente cerrando brechas de género y abordando el desempleo juvenil, también requerirá reformas significativas para desbloquear nuevas fuentes de crecimiento económico y social en los EMDE.
IV. Conclusiones:
1. Necesidad de Respuestas Políticas Contundentes:
Los desafíos económicos globales, como el moderado crecimiento y los riesgos a la baja, subrayan la importancia de respuestas políticas robustas y coordinadas. Esto es crucial para abordar mportancia de respuestas políticas robustas y coordinadas. Esto es crucial para abordar problemas persistentes y sustanciales que afectan tanto a economías avanzadas como a mercados emergentes y en desarrollo (EMDEs).
2. Importancia de las Transiciones Verde y Digital:
Para asegurar un crecimiento sostenible y resiliente, es imperativo apoyar las transiciones hacia economías más verdes y digitales. Esto no solo ayudará a mitigar los impactos del cambio climático, sino que también promoverá la innovación y la competitividad global.
3. Gestión de la Deuda y Riesgos Asociados:
Los altos niveles de deuda en los EMDEs, exacerbados por el bajo crecimiento y altos costos de endeudamiento, representan un desafío significativo. Es esencial fortalecer los marcos de gobernanza y transparencia para gestionar la deuda de manera sostenible y evitar vulnerabilidades adicionales.
4. Resiliencia y Adaptación en un Contexto Volátil:
Las economías deben mejorar su resiliencia ante shocks económicos y financieros mediante reformas estructurales que mejoren la eficiencia del gasto público, combatan la corrupción y fortalezcan la gestión de inversiones. Esto permitirá a los países responder de manera efectiva a crisis futuras y promover un desarrollo inclusivo y equitativo.
V. Recomendaciones:
1. Inversión en Bienes Públicos: Aumentar la inversión en la provisión de bienes públicos es crucial para estimular el crecimiento económico y mejorar la calidad de vida. Esto incluye infraestructura física y digital, así como servicios básicos como educación, salud y seguridad alimentaria.
2. Fortalecimiento de Políticas Climáticas: Los gobiernos deben acelerar las inversiones en tecnologías limpias y sostenibles para cumplir con los objetivos climáticos globales. Establecer precios al carbono y reformar los subsidios para impulsar una transición energética equitativa y eficiente es fundamental.
3. Promoción del Comercio Internacional: Restaurar un sistema comercial multilateral basado en reglas es esencial para revitalizar el crecimiento del comercio global. Esto implica mitigar las tensiones comerciales, promover condiciones equitativas y expandir acuerdos comerciales para fortalecer las cadenas de valor globales.
4. Política Monetaria y Fiscal Responsable: Los responsables de la política monetaria deben mantener un enfoque firme en la estabilidad de precios para mitigar los riesgos de inflación y volatilidad financiera. Además, los ajustes fiscales deben ser cuidadosamente diseñados para no comprometer el crecimiento a corto plazo ni aumentar la desigualdad social.
5. Inversión en Capital Humano y Educación: Mejorar la educación y el capital humano es crucial para fomentar un crecimiento económico inclusivo y sostenible. Esto implica cerrar brechas de habilidades, promover la inclusión laboral y apoyar la innovación y la productividad a largo plazo.
En resumen, abordar los desafíos globales requiere un esfuerzo colaborativo y coordinado entre gobiernos, empresas y ciudadanos. La adopción de reformas audaces y políticas estratégicas no solo es crucial, sino vital para asegurar un crecimiento económico sostenible y equitativo en un mundo cada vez más complejo y dinámico.
[1] [1] Banco Mundial: Perspectivas Económicas Globales, junio 2024
[2] Banco Mundial: Perspectivas Económicas Globales, junio 2024
[3] Indermit Gill Vicepresidente Senior y Economista Jefe Grupo Banco Mundial
[4] Elaborado a partir de Perspectivas Económicas Globales del Banco Mundial.
[5] Banco Mundial: Perspectivas Económicas Globales, junio 2024
[6] Fuentes: Eurostat, Federal Reserve Bank of St. Louis, Haver Analytics, Oxford Economics, World Bankproblemas persistentes y sustanciales que afectan tanto a economías avanzadas como a mercados emergentes y en desarrollo (EMDEs).
2. Importancia de las Transiciones Verde y Digital:
Para asegurar un crecimiento sostenible y resiliente, es imperativo apoyar las transiciones hacia economías más verdes y digitales. Esto no solo ayudará a mitigar los impactos del cambio climático, sino que también promoverá la innovación y la competitividad global.
3. Gestión de la Deuda y Riesgos Asociados:
Los altos niveles de deuda en los EMDEs, exacerbados por el bajo crecimiento y altos costos de endeudamiento, representan un desafío significativo. Es esencial fortalecer los marcos de gobernanza y transparencia para gestionar la deuda de manera sostenible y evitar vulnerabilidades adicionales.
4. Resiliencia y Adaptación en un Contexto Volátil:
Las economías deben mejorar su resiliencia ante shocks económicos y financieros mediante reformas estructurales que mejoren la eficiencia del gasto público, combatan la corrupción y fortalezcan la gestión de inversiones. Esto permitirá a los países responder de manera efectiva a crisis futuras y promover un desarrollo inclusivo y equitativo.
V. Recomendaciones:
1. Inversión en Bienes Públicos: Aumentar la inversión en la provisión de bienes públicos es crucial para estimular el crecimiento económico y mejorar la calidad de vida. Esto incluye infraestructura física y digital, así como servicios básicos como educación, salud y seguridad alimentaria.
2. Fortalecimiento de Políticas Climáticas: Los gobiernos deben acelerar las inversiones en tecnologías limpias y sostenibles para cumplir con los objetivos climáticos globales. Establecer precios al carbono y reformar los subsidios para impulsar una transición energética equitativa y eficiente es fundamental.
3. Promoción del Comercio Internacional: Restaurar un sistema comercial multilateral basado en reglas es esencial para revitalizar el crecimiento del comercio global. Esto implica mitigar las tensiones comerciales, promover condiciones equitativas y expandir acuerdos comerciales para fortalecer las cadenas de valor globales.
4. Política Monetaria y Fiscal Responsable: Los responsables de la política monetaria deben mantener un enfoque firme en la estabilidad de precios para mitigar los riesgos de inflación y volatilidad financiera. Además, los ajustes fiscales deben ser cuidadosamente diseñados para no comprometer el crecimiento a corto plazo ni aumentar la desigualdad social.
5. Inversión en Capital Humano y Educación: Mejorar la educación y el capital humano es crucial para fomentar un crecimiento económico inclusivo y sostenible. Esto implica cerrar brechas de habilidades, promover la inclusión laboral y apoyar la innovación y la productividad a largo plazo.
En resumen, abordar los desafíos globales requiere un esfuerzo colaborativo y coordinado entre gobiernos, empresas y ciudadanos. La adopción de reformas audaces y políticas estratégicas no solo es crucial, sino vital para asegurar un crecimiento económico sostenible y equitativo en un mundo cada vez más complejo y dinámico.
[1] [1] Banco Mundial: Perspectivas Económicas Globales, junio 2024
[2] Banco Mundial: Perspectivas Económicas Globales, junio 2024
[3] Indermit Gill Vicepresidente Senior y Economista Jefe Grupo Banco Mundial
[4] Elaborado a partir de Perspectivas Económicas Globales del Banco Mundial.
[5] Banco Mundial: Perspectivas Económicas Globales, junio 2024
[6] Fuentes: Eurostat, Federal Reserve Bank of St. Louis, Haver Analytics, Oxford Economics, World Bank.
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