Como ha establecido el ejecutivo, la evaluación de las Comunidades Autónomas que pasan a cada fase está a cargo de un grupo de 12 expertos liderados por el Ministerio de Sanidad Pública, los cuales han firmado una cláusula de confidencialidad. Los mismos que también han sido cuestionados por sus decisiones por las Comunidades Autónomas y el Congreso. Como requisitos indispensables para pasar de la fase cero (0) a la uno (1), se han definido dos, el primero es contar con 1-2, 5 camas UCI por cada 10,000 habitantes y entre 37 y 40 camas para pacientes con enfermedades agudas por cada 10 000 habitantes. Así como fortalecer el sistema de atención primaria en las Comunidades Autónomas.
La clave en la desescalada para controlar el virus es, según los expertos tener capacidad para identificar los casos y seguir a los contactos estrechos del positivo en coronavirus. El objetivo es evitar la propagación por lo que hay que hacer una buena entrevista y un buen cuestionario para saber si esa persona debe hacer cuarentena.
Es necesario precisar que las Comunidades Autónomas en general tienen músculo y capacidad dentro del sistema sanitario pero la salud pública siempre ha sido la hermana menor del sistema sanitario. Cada comunidad asume el reto de diferente manera por ejemplo en Asturias se ha empezado este lunes con la vigilancia donde 30 profesionales estudiarán el entorno de los infectados, en Galicia, se realiza a través de una plataforma tecnológica y en Andalucía unas 400 personas se dedican solo a esta actividad.
La crónica del Coronavirus, nos traslada también a tres escenarios hacia la fase 1 con ritmos y rumbos distintos: Madrid, Catalunya y Castilla y León.
En Madrid, la tensión política empezó el día miércoles 06 de mayo, cuando la presidenta de la Comunidad, Marisol Díaz Ayuzo, declara que no tiene prisa, por la desescalada, sin embargo, envío la solicitud de cambio a la fase 1. De inmediato se produce la dimisión de su Directora General de Salud Pública Yolanda Fuentes que se oponía a la solicitud por no cumplir con los requisitos sanitarios. La presidenta Ayuzo reconoce que Madrid ha sido un foco de infección para España, pero también que es un motor para la economía y aporta el 20% del PBI. Desde su perspectiva parar Madrid y seguir en el estricto confinamiento destruye la economía del país.
Esta difícil tensión entre salud pública y economía, que Madrid enfrenta, tiene en vilo a todos los gobiernos afectados por el Covid -19. Madrid ha propuesto como alternativa adicional gestionar la atención primaria, asistencia a domicilio y geriatría. Así mismo entregar mascarillas a todos los madrileños. En este contexto el ministerio de sanidad denegó el pase a la comunidad de Madrid para evitar un rebrote no controlado junto por la necesidad del refuerzo de su sistema atención primaria y salud pública. Las consecuencias políticas por la decisión del ejecutivo son evidentes, pues Madrid es el territorio de poder de la oposición al gobierno más dura liderada por Pablo Casado, y el ejemplo que siempre pone de cómo sería su gestión si llegara a La Moncloa. El líder del Partido Popular -PP construyó su trayectoria política en Madrid y es allí donde tiene su principal apoyo ciudadano hasta la fecha.
En Catalunya, el gobierno pidió tomar más tiempo para acceder a la fase 1, y apuesta por la prudencia y la salud frente al número de fallecidos en Barcelona y la necesidad de fortalecer la atención primaria de la salud. Solamente pasarán las regiones del Pirineo-Arán, las Tierras del Ebro y Camp de Tarragona.
En Castilla y León, su presidente Alfonso Fernández Mañueco, plantea un ritmo más lento y diferenciado en la fase desescalada que prioriza la salud de las personas y por ello solicita que 26 de sus 247 áreas accedan a la fase 1.
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