Después de la veloz instalación de un estado de alarma, un Leviatán sanitario por la vía de los estados nacionales que nos llevó a una cuarentena global de varios meses; el mundo ha iniciado un complejo y sinuoso camino de la coexistencia con el Covid-19. Los gobiernos han estado estudiando la forma de sacar a sus poblaciones del confinamiento, varios de ellos han empezado a suavizar sus estrictas medidas y es posible que la decisión de atenuar las medidas de confinamiento no haya sido dictada únicamente por la salud pública sino por presiones de carácter político y económico. Pasado el primer combate de la Pandemia y habiendo doblado la “famosa curva” o no queda revisar y asumir a dimensión de la crisis. La nueva convivencia con este virus invisible, letal y veloz, es reto social, sanitario, económico y político más importante para todos gobiernos, desafía y tensiona sus roles, capacidades de articulación y comunicación pública para dar respuestas sostenibles a esta nueva normalidad, aún sin fecha cierta de caducidad; sabemos que no terminará pronto y depende de la llegada de la esperada vacuna o un tratamiento efectivo contra el virus.
Como consecuencia, se muestran picos del virus, principalmente por el aumento de nuevas infecciones en los países que han sido exitosos en la contención como Alemania, Corea del Sur y Australia, que evidencia lo frágil que puede ser el entorno post confinamiento. España, donde el virus se cebó en los ancianos, según el Ministerio de Sanidad se iniciaron 51 rebrotes desde la desescalada, de los cuales 11 están activos. Los rebrotes también generan nuevos confinamientos de distritos totales o parciales, y; como todo en Covid-19, son para el mundo un laboratorio. Lo cual puede dar pistas importantes sobre qué medidas funcionan mejor en esta nueva normalidad que está emergiendo.
Sin embargo, continua el aumento de los casos mundiales de Covid- 19; ahora focalizados principalmente en Estados Unidos y América del Sur. El virus sigue matando inocentes y lo hace por miles, la Organización Mundial de la Salud- OMS, estima 10 millones de contagiados y casi medio millón de fallecidos a la fecha. En respuesta a la pandemia se ha creado una ecuación fatal entre la economía y la vida, hubo resistencia en ordenar los confinamientos minimizando la gravedad de la pandemia, ese retraso se ha traducido en miles de muertos con casos paradigmáticos como Estados Unidos, Inglaterra y Brasil.
El Covid-19 deja un impacto económico y social sin precedentes, tras la emergencia sanitaria se debe reactivar la economía e iniciar la senda de la recuperación del empleo y la cohesión social. Para España significa diseñar una respuesta positiva y trasformadora a la crisis mediante la transición digital y ecológica, robusteciendo el Estado de Bienestar en el marco del diálogo social. En la búsqueda de recursos es fundamental el Apoyo de la Unión Europea con acuerdos en el mes de julio sobre el Fondo de Recuperación europeo. Y para sumar esfuerzos se buscará una mayor” justicia fiscal”. Ante los temores de rebrote, el máximo órgano sanitario del planeta ha instado a que se cumplan seis importantes medidas, científicamente sólidas, demandantes de una ingente demanda de recursos públicos para su aplicación, políticamente correctas y técnicamente complejas de implementar a cabalidad y que cuestionan la misma estructura de los países afectados para gestionar la pandemia en esta etapa de la nueva normalidad: “Controlar la transmisión del virus; garantizar la disponibilidad de salud pública y cuidados; minimizar el riesgo en entornos expuestos, como establecimientos sanitarios permanentes; poner en marcha medidas de prevención en el trabajo, en las escuelas y otros lugares de alta frecuentación; controlar el riesgo de casos importados y responsabilizar a la población”.
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