Brecha digital en fronteras y brecha digital de género en Perú
La pandemia ha mostrado claramente la urgencia de cerrar la brecha digital para mejorar el acceso a la información, a la educación, a la salud al mercado. El Banco Mundial en el marco del cumplimiento de los Objetivos de desarrollo sostenible ha planteado la necesidad de un “Acceso igualitario a las tecnologías digitales: un elemento clave para la recuperación resiliente” a través de un artículo de Mari Elka Pangestu y Mats Granryd del 20 de octubre de 2020.
Justamente lo que afirman es que “la brecha de género móvil y digital no se cerrará por sí sola”. El artículo señala que “Incluso antes de la pandemia, las mujeres de los países de ingreso mediano y bajo tenían un 8% menos de probabilidades que los hombres de poseer un teléfono celular.
Asimismo, hay 300 millones menos de mujeres que usan internet móvil, lo que representa una brecha de género del 20%; “Seguramente esta brecha digital de género empeorará debido a la COVID-19.
Coincidimos con ellas es que se necesitan políticas e inversión pública pero también mayor colaboración entre Estado, empresa, academia y sociedad, para superar esas brechas. Las carreteras virtuales necesitan acciones colaborativas y acciones coordinadas entre los distintos niveles de Gobierno: nacional, regional, distrital y hasta local y con un rol muy importante de la educación básica, técnica y superior que llegue a todos los lugares del Perú.
Otra brecha digital gravísima en Perú es la falta de conectividad en muy buena parte de la extensa frontera del Perú que abarca varias regiones comenzando con Tumbes, Piura, Cajamarca, Amazonas y Loreto en el Norte con límites con Ecuador y Colombia y nuevamente Loreto, Ucayali y Madre de Dios en el este que limita con Brasil; y finalmente Puno y Tacna en el sur con límites con Bolivia y Brasil. En la mayor parte de esta inmensa frontera, los peruanos y peruanas no tienen acceso a internet y una pésima señal telefónica.
No podemos llegar a julio del 2021 fecha emblemática del bicentenario con esta brecha sin resolver que afecta la soberanía y la equidad. La brecha digital es un gran obstáculo que no puede esperar para que las empresas puedan reinventarse y acceder a los mercados en tiempos de restricción de las ferias presenciales que pueden extenderse buena parte del 2021.
Este año, cuando la COVID-19 (coronavirus) impulsó a muchas empresas a volcarse a las tecnologías digitales, muchas de las mujeres peruanas y de las mypes peruanas no estaban listas por falta de conectividad. Si generamos una campaña nacional para superar estas brechas combinando los recursos de cooperación internacional, los fondos concursables de innovación y emprendimiento, los recursos de inversión pública y de los Procompite aunados a la responsabilidad social empresarial con un plan ambicioso de formación de recurso humanos podemos lograr llegar al bicentenario con avances significativos esenciales para reducir la brecha digital entre mujeres y hombres y entre territorios nacionales.
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