Para mejorar el diagnóstico en individuos y poblaciones
La Organización Mundial de la Salud ha publicado, aún en inglés, la “Guía sobre los límites de hemoglobina para definir la anemia en individuos y poblaciones”, que da directrices para el uso de la concentración de hemoglobina para diagnosticar la anemia. Remarca que la anemia es una preocupación de salud pública global que el 2019 afectó a 269 millones de niños entre los 6 meses y 5 años. Según la OMS, “la anemia es un trastorno en que el número de eritrocitos y, por consiguiente, la capacidad de transporte de oxígeno de la sangre, es insuficiente para satisfacer las necesidades del organismo”.
Los eritrocitos contienen hemoglobina, que es la proteína que transporta oxígeno desde los pulmones a todo el cuerpo y el dióxido de carbono hacia los pulmones. La hemoglobina contiene hierro y porfirina. La OMS señala que “se cree que, en conjunto, la carencia de hierro es la causa más común de anemia, pero pueden causarla otras carencias nutricionales, entre ellas las de folato, vitamina B12 y vitamina A; así como la inflamación aguda y crónica, las parasitosis y las enfermedades hereditarias o adquiridas que afectan a la síntesis de hemoglobina y a la producción o la supervivencia de los eritrocitos”. En ese sentido, la medición de la concentración de la hemoglobina, por sí sola, “no puede utilizarse para diagnosticar la carencia de hierro (anemia ferropénica)”, porque no todas las anemias están causadas por carencia de hierro.
La contribución de la OMS en el documento denominado “Guía sobre los límites de hemoglobina para definir la anemia en individuos y poblaciones,” es que suministra, por un lado, “datos acerca del uso de la concentración de la hemoglobina para diagnosticar anemia y por otro, “los valores de corte de dicha concentración para definir la anemia y su gravedad a escala poblacional, así como, la cronología de dichos valores”. La Guía señala que el “objetivo es proporcionar declaraciones normativas actualizadas, localmente adaptables, claras y basadas en evidencia sobre el uso de concentraciones de hemoglobina para evaluar la anemia y sobre los mejores enfoques en su medición en individuos y poblaciones”.
La Guía también intenta mejorar el diagnóstico de la anemia, “basado en enfoques de género, equidad y derechos humanos”. Si bien es cierto que utiliza el concepto de género, en el desarrollo de esta, solo se refiere a los sexos, hombre y mujer o niño y niña, así como, por edades y etapas de vida. La Guía, asimismo, remarca que es una actualización y complemento a las recomendaciones anteriores contenidas en cinco documentos de la OMS desde el año 1968.
En esta guía se han tomado en cuenta cinco aspectos. El primero, “es el uso de umbrales o cortes de anemia a nivel individual establecidos mediante un enfoque estadístico.” Es una decisión, ya que los cortes relacionados con síntomas clínicos o deterioro funcional, hubiera sido preferible, sin embargo, no se podría incluir a todos los grupos de edad y los trimestres de embarazo. Mediante el enfoque se seleccionó al percentil 5 para los cortes de concentración de hemoglobina.
Según la Guía, el percentil 5 implica que el 95% de los individuos sanos tendrían un valor de hemoglobina más alto y el 5% de los individuos sanos aún tendría un valor de hemoglobina más bajo que el corte y serían diagnosticados falsamente como anémicos”. Eso permitiría una mayor sensibilidad para detectar algunas condiciones como carencia nutricional, genéticas, infecciones, entre otros. En ese sentido, los cortes de concentración de hemoglobina para niños de 6 a 23 meses y las gestantes durante el segundo trimestre es de 10.5 g/dl. Ahora bien, en los niños de 24 a 59 meses y en las gestantes en su primer y tercer trimestre es de 11.0 g/dl. En adultos hombres de 15 a 65 es de 13.0 g/dl, mientras que los adultos 15-65 años, mujeres no embarazadas, es de 12.0 g/dl. Luego, se clasifica la anemia, como, sin anemia, anemia leve, moderada y severa.
El segundo aspecto, es el uso de ajustes a las concentraciones de hemoglobina para tener en cuenta la altura de residencia, el trabajo, el tabaquismo, las infecciones o la etnia. Para el caso de las poblaciones que residen en la altura, la Guía presenta una tabla con un conjunto de ajustes en función al nivel de altura. Remarca que 98% de la población mundial reside debajo de los 2,500 metros sobre el nivel del mar. La escala corresponde al ajuste de cada 500 metros de altura. Por ejemplo, 1 a 499 metros sobre el nivel del mar, no le corresponde ajuste; es decir, equivale a cero (0). De 500 a 999 metros sobre el nivel del mar le corresponde un ajuste de 4g/l o 0.4 g/dl y entre 2,000 y 2,499 metros, le corresponde 18 g/l (1.8g/dl). Por último, entre 4,500 y 4,999 el ajuste es de 33 g/l (3.3g/dl).
En nota aparte, la Guía señala que “los ajustes son la cantidad que se resta del nivel de hemoglobina observado de un individuo; o se suma al límite de hemoglobina que define la anemia.” Este aspecto, es relevante para el Perú, debido a que un gran porcentaje de la población reside en niveles de altura mayores a los 500 metros sobre el nivel del mar. En consecuencia, es necesario recalcular los promedios de anemia en el Perú. La estandarización de ese proceso involucra, no solo al Minsa, al Instituto Nacional de Salud (INS), sino, también, al Instituto Nacional de Estadística (INEI), para las sucesivas encuestas demográficas y de salud familiar (ENDES), con la actualización de la metodología para el área de anemia.
Los últimos tres aspectos, se refieren a la comparabilidad de las determinaciones de la hemoglobina (estándares internacionales), al abordaje de las causas directas de la anemia mediante los cambios en las concentraciones de hemoglobina y la comprensión de la prevalencia de la anemia como un problema de salud pública cuya magnitud puede ser leve, moderada o grave.
La estimación, según Endes 2024, de los resultados de anemia entre los menores de 6 a 35 meses de edad en Perú, es de 43.1%, con un leve incremento frente al 2022 (42.4%). Las cifras se mantienen en esos niveles, con leves fluctuaciones hacia arriba o hacia abajo. Es un grave problema de salud pública, que requiere, no solo conocer mejor las causas directas de la anemia, la actualización de su estudio, sino también gestionar los determinantes sociales de salud. En ese sentido, es urgente reglamentar la Ley 31348 para fortificar el arroz con hierro, ácido fólico, vitaminas A y B, además de otros nutrientes. ¡El futuro del Perú se construye hoy!
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