Hace unos días, revisando unos artículos, confirmé que se han comenzado a acuñar a nivel mundial, algunos conceptos que buscan conversar, entender y comenzar los cambios integrales, dándole mucho valor e importancia a la ruralidad. Y pude avizorar que, sí se puede comenzar a hablar en la academia y/o desde la gestión pública, sobre todo, de una revitalización de la agricultura, que puede entenderse como la búsqueda por mejorar la calidad y con los productos agrícolas entrar a un tema de competitividad muy serio.
Para ello tendríamos que ir considerando también de manera muy seria, varios elementos que han sido trabajados estos años en algunas de mis colaboraciones en este portal, como por ejemplo el fortalecer las habilidades y las capacidades empíricas de nuestro campesinado, fomentar la calidad de este personal localizado y que tiene un gran conocimiento de su diversidad productiva, clave, este momento, el de la asistencia técnica y capacitación constante.
La cultura del trabajo familiar, que genera una cultura rural inteligente y constante, comunal a veces, pero con un norte siempre, el desarrollo, enfrentando a la sola subsistencia, que podría promover el desarrollo, siempre y cuando por otro lado se fortalezca la gobernanza de los gobiernos locales.
Los distritos rurales, deben ser capacitados, acompañados y escuchados, dándoles el soporte necesario para poder hace rusos de las pautas que el estado nacional determina normativamente. Conocer las leyes, los presupuestos, los programas, las atenciones y hacer uso de ellas es muy esperanzador, están ahí muchas veces, y los mandos distritales dígase alcaldes a veces las desconocen.
Entonces podría entender que la clave de la estrategia para una revitalización rural reside en la coordinación constante con el mundo urbano, existe una bisagra campo ciudad que la han construido socialmente las migraciones internas, sin darse cuenta, las comunicaciones patronales, los péndulos socioculturales, el paisanaje aún existe y construye, moderniza, cambia percepciones, la línea de comunicación está y eso, pensándolo bien es una puerta para el cambio que lo rural necesita.
Una revitalización que enfatiza “el descubrimiento del valor rural y la promoción de la libre transacción de factores de producción entre los sectores rural y urbano. A nivel mundial, la revitalización rural es una consideración estratégica para mejorar la competitividad y el estatus internacional en el sistema de gobernanza global.” Y no se debe temer a los objetivos que este concepto presenta, pues se quiere lograr a través de esta revitalización rural el desarrollo industrial, el respeto con el medio ambiente, una gobernanza eficaz y nuevas buenas opciones para el sector rural.
Se debería comenzar a evaluar cómo cooperar y cómo coordinar para plasmar que ésta idea se haga realidad, pues además se debe considerar la fortaleza y estrategias que el mismo mercado maneja, que las instituciones públicas sean involucradas con conocimiento real del tema planteado, la política normativa debería revisar elementos que coadyuven al cambio rural, proponer lo nuevo y buscar que el campesino evalúe seriamente lo familiar, lo comunal y la asociatividad, como caballos de fuerza para su crecimiento y desarrollo
La coordinación entre lo rural y lo urbano es muy importante, el estado y el mercado deberían mirarse de frente, los efectos de la migración interna ser aprovechados en lo social, cultural, todo esto y otros pensares generarían la fuerza necesaria para revitalizar una agricultura que solo sobrevive.
Muchos temas, como siempre se filtran para posteriormente ser tratados, las políticas culturales rurales, las políticas industriales rurales, el sistema serio de la gobernanza rural, las políticas rurales de defensa del cambio climático y muchos más. Lo cierto e importante es reconocer que, si no lo ponemos en el tapete del debate, no se estaría haciendo nada. Muchos dirán o pensarán, nuevamente que iluso, pero no, debo decir que la solución es más sencilla de lo que parece, solo hay que echarle ganas.
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