Muchos países en el mundo consideran trabajar el concepto de cultura como un eje determinante para la aplicación de políticas de asistencia social, tratamiento de actividades que conllevan a fortalecer el trabajo conjunto para toda una sociedad. El análisis está siempre presente a manera de involucramiento previo a cualquier aplicación de políticas públicas.
En el Perú se debería considerar dicha línea, pues como país multicultural y pluricultural, toda decisión depende, aunque no creamos, de un concienzudo análisis en ese sentido. De esta forma podríamos acercarnos a corregir falsas percepciones construidas por terceros, muchos de los cuales enfocan un débil conocimiento de la realidad cultural que actualmente vive nuestro país, generando irreales percepciones a nivel de nuestra muy diversa sociedad.
El ser humano es un ser cultural, que asimila su cultura y la construye, asimilándola, influenciado por el tiempo y las situaciones de las historias de vida de las familias generadoras previas (padres, abuelos). Es inherente a la especie humana y las sociedades comienzan a crear a sus individuos a su imagen y semejanza desde su cultura. Se comienza a pertenecer a una cultura, se comienza a modelar identidades y se pretende poder reforzar una cohesión social, donde se comienza a englobar modos de vida, religión, ley y ciencia, tradición e innovación, arte y música, idioma y literatura. Resumiendo, se puede apreciar que por definición la cultura es el conjunto de elementos y características propias de una determinada comunidad humana, donde existen particularidades que son costumbres, tradiciones, normas modos para poder pensarse a sí mismo, de comunicarse y de construir una sociedad. Y esta cultura no puede existir sin una sociedad, la sociedad, no las sociedades sino una gran sociedad, que se vuelve diversa y al pasar los años se vuelve más diversa aún.
Tratar este tema de manera seria, permitiría desde los acostumbrados constructos sociales tener una base enfocada en la pertinencia a futuro para cualquier mirada política, o económica de Estado ò de lo privado empresarial. No está lejos la experiencia que los constructos sociales son dejados llevar muchas veces por las ideas, los romanticismos y motivan los errores muchas veces en la percepción que tenemos de nosotros mismos. Es una gran verdad que la sociedad cumple un papel fundamental en la formación de las construcciones sociales. Desde el momento en que nacemos, la población es bombardeada con expectativas y normas sociales, que van cambiando con el pasar de los años y con las variaciones poblacionales o movilidades humanas, las identidades van cambiando, la población va cambiando y la historia va variando también. Es peligroso cuando no se tiene la base fortalecida y aparece una sociedad que privilegia y da importancia a ciertos rasgos, como el atractivo físico, la inteligencia, la riqueza o el éxito o en contraposición risible exalta los rasgos de poblador indígena para validar una región.
En consecuencia, al interiorizar estándares sociales nos juzgamos a nosotros mismos y generamos una falsa idea de lo que somos, distorsionando nuestra propia percepción, sin considerar los cambios sociales que son generadores de nuevos rostros o mismísima nueva cultura, más popular, más peruana, más diversa.
Ya es tiempo que tengamos claro y busquemos adaptarnos como una nueva cultura peruana, mestiza, distinta, las polleras no es símbolo de miseria, tampoco de riqueza, el campesino es resiliente, un hombre para el mercado, el hombre de la calle es parte de una sociedad distinta, es decir, no son esquemas cuadriculados. Muchas veces, no tener claro esta realidad nos hace romantizar nuestras percepciones, un comercial publicitario que baja los cánones de belleza ficticia y foránea, no debería buscar los mismos estándares en lo indígena, pero pintados con otro color de lápiz, por poner un ejemplo recurrente que muchos entienden, esto daría risa y ofendería. El ser humano es uno y categorizarlo desde una mirada errada, no suma, más bien resta. En situaciones de crisis, es más productivo dejar atrás las percepciones y abocarse al conjunto determinado de atención social. La pobreza está en todos los sectores, el rural y el urbano, y en todas las regiones, el campesino y el empleado.
En el Perú, multicultural y pluricultural, receptor de movilidades humanas, la realidad ya es distinta, debemos comenzar a construir nuestra autopercepción, definirnos como peruanos, sin entrar en los chauvinismos, ni mostrar solo un lado de nuestra historia, no solo somos incas, moches, o huancas, ya somos peruanos, desde todas las sangres, ya se está construyendo una sola. Sino trabajamos en eso, las políticas públicas, las inversiones comerciales, los emprendimientos y todos los que pretendan describirnos no van a saber cómo hacerlo. No quiero parecer nuevamente un romántico, pero la realidad social, la sociedad misma, nos muestra cambios y la necesidad de adoptarlos obliga a considerarlos. La historia en el Perú nos ha enseñado que nunca supimos cuál era nuestro norte. Estamos en el momento de tentar construir uno, sin dividirnos entre blancos y cholos o pobres y ricos, siempre habrá categorizaciones tontas pero la construcción de un país está por encima de eso. Fortalecer la nueva cultura peruana es un reto obligado.
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