¿Bajo crecimiento de la economía 2024?
Nuestra situación es el resultado de años de falta de acuerdos y problemas políticos e institucionales que realmente han inhibido un mayor crecimiento sumándole la endémica corrupción.
Estamos a mes y días de acabar este año plagados de riesgos e incertidumbre y lograr que la economía rebote el año entrante 2024, se verá desafiado por un Niño con una magnitud incierta y con unas autoridades que no atan ni desatan. Los esfuerzos por dinamizar la economía no están siendo efectivos y las prioridades políticas van por otro lado, en el caso del Congreso. Dicho poder del Estado sigue maltratando la institucionalidad y está más preocupado por su agenda de impunidad.
¿Qué hacer para salir de la recesión? la economía tiene cuatro variables: el consumo privado, el gasto público, la inversión privada y las exportaciones. Se deben aplicar políticas efectivas de gasto público con racionalidad, pero no de cualquier manera. Lo ideal es que este gasto público sea productivo y contribuya a mejoras competitivas (por ejemplo, gastando en infraestructuras tecnológicas, investigación).
Si la recesión continua y la economía no se recupera, no es por una falla del mercado, sino porque el gobierno reacciona de una forma incorrecta Milton Friedman Premio Nobel de Economía en 1976.
Nuestra economía es débil en el corto plazo, por tanto, es necesario reflexionar sobre qué puede pasar después de 2024, que está asociado a una dinámica de bajo crecimiento de la productividad que ejerce presión a la baja en la capacidad de crecimiento.
Es importante promover e incentivar la inversión privada para retomar el crecimiento, generar empleo y, por tanto, que haya una mayor recaudación tributaria.
Finalmente, las negativas proyecciones para el 2023 se explican por los aberrantes hechos políticos y la mala calidad de las políticas públicas que ha terminado dañando la confianza empresarial y la del consumidor. Continúa faltando un buen equipo elemental de gerencia publica que acompañe a la presidenta para evitar que se siga haciendo estrepitosa la inversión pública. Adicionalmente no hemos podido apreciar ninguna reforma económica, sin embargo, los intentos de reforma “judicial” y “política” han significado simples bromas de mal gusto.
Nuestros gobernantes enfrentan el reto de ponerse de acuerdo para llegar a consensos mínimos para que nuestro país no se convierta en un Estado fallido.
No debemos olvidar que un gobierno débil, un Congreso al extremo populista genera incertidumbre y puede llevar a nuestro país al precipicio ya que la economía se encuentra en cuidados intensivos y no existe ni la más mínima idea de cómo aliviar al paciente. Tenemos un Estado que está a la deriva donde los que conducen no solo no gobiernan sino contribuyen al caos.
En nuestra situación económica actual se puede aplicar con sumo cuidado en parte, lo que propuso Friedrich von Hayek Premio Nobel de Economía en 1974, por su aporte en el campo de la teoría monetaria y las fluctuaciones económicas.
Sostuvo que el mercado es capaz de autorregularse:
En épocas de recesión, el BCR puede bajar los tipos de interés, lo que produce un aumento de las inversiones (incluyendo algunas que no serían rentables en otras circunstancias). Esto genera un aumento del empleo, y crece el consumo mejorando la economía, bajando el nivel de desempleo y mejorando también los salarios.
En el punto más alto, la mejora de la situación económica puede provocar inflación, por lo que empiezan a subir los tipos de interés, lo que ocasiona que muchas inversiones dejen de ser rentables, por lo que el camino de la economía se torna descendente. En definitiva, la base de todo el sistema, para Hayek, está en los precios. Pero no sólo de los productos, también de otros factores, como el dinero (tipos de interés), y los salarios, visto como el costo
de los trabajadores por un lado y su capacidad adquisitiva, por otro.
Tengamos presente gobernantes y gobernados, sin crecimiento económico no hay futuro.
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