A propósito de la controversia SUNASS-MVCS/EPS
"Furia de Titanes" es un título que ha sido utilizado principalmente en el cine para referirse a historias épicas y confrontaciones dramáticas, inspiradas en la mitología griega y otras narrativas poderosas. Siendo este el caso, hay una notoria controversia entre el ente regulador y las Empresas de Agua y Saneamiento (EPS) bajo el paraguas del MVCS.
En Instagram (@sedapal.oficial) el Presidente de Directorio hace unos días señaló lo siguiente: “Vamos a alzar nuestra voz de protesta contra el regulador que nos ha ocasionado un problema tremendo a todos (sic) las empresas de agua potable del Perú”.
La réplica no se hizo esperar, pues en la red social LinkedIn oficial de SUNASS, su Presidente Ejecutivo señaló que “Cerrar la brecha solo con tarifas, sería como ponerle curita a una fractura. Si consideramos las inversiones que se pueden financiar sólo con tarifas, tendría (sic) que pasar 150 años para cerrar la brecha, asumiendo que se ejecuten los proyectos al 100% y la población no crezca”.
Y obviamente cualquier lector medianamente informado se formula una serie de inquietudes: ¿No es que las EPS-MVCS y la SUNASS quieren cerrar brechas, es decir, tienen el mismo propósito?, ¿Va a subir mi recibo de agua?, ¿Es parte de alguna estrategia de privatización?, ¿Qué intereses representan cada una de las partes? La lista es corta y probablemente hay muchas preocupaciones adicionales, dependiendo de la lupa bajo la cual se mire.
El mundo de la regulación en el Perú es variopinto y de hecho la experiencia de más de 20 años como regulador en el mundo del agua le ha dado a la SUNASS un mayor grado de institucionalidad. Eso sí, hay mejores condiciones cuando un regulador tiene a su cargo una masa crítica de privados puros, como sucede en el caso de otros reguladores sectoriales (OSINERGMIN; OSITRAN; OSIPTEL). En la SUNASS, el caso es distinto, pues ejerce la relación de supervisión con empresas públicas, es decir, las entidades son cogestionadas directamente por municipalidades provinciales o distritales y con importante participación del MVCS. Y SEDAPAL que completa el universo de 50 EPS que es la única empresa de agua del Perú conformante del holding de FONAFE.
Pero eso es un arma de doble filo. Señala SUNASS, que “las tarifas solo deben reconocer costos eficientes. Incluir multas administrativas, laudos arbitrales… resulta contraproducente, pues se traslada ineficiencia a los usuarios”. ¿A ver, dígale a un especialista en ingeniería de alguna de estas EPS que suscriba un acta de recepción de obra de un proyecto, que podría tener alguna posibilidad de revisarse y ser cuestionado por parte de los entes de control? La respuesta al unísono será: “mándalo a arbitraje, que el árbitro nos diga qué hacer”. Y el resultado inmediato es: obra inconclusa y población sin servicio. Y no solo hablo de proyectos de inversión, sino de los servicios comerciales, así como los de operación y mantenimiento que contrata la EPS. En este caso mi empleo y reputación están en juego, fuera de los problemas judiciales que deberé afrontar a futuro como funcionario público.
¿Cómo funcionaría una fórmula transaccional que no suba tarifas a mansalva, pero que abra ventanas de cumplimiento para las EPS? No hay que ir muy lejos: hay que reconocer que la regulación ha permitido la asignación de recursos través de un fondo para la ejecución de proyectos de infraestructura natural. De hecho, en Lima, el 1% de nuestros recibos van a este fondo de servicios ecosistémicos. Llevamos 10 años desde la creación de estos mecanismos y ello hubiera sido imposible si el regulador no hubiera liderado el proceso.
¿Qué otras ventanas habría que desarrollar? Poco o nada se habla de innovación y la eficiencia interna que podrían ganar las empresas de agua, desarrollando e implementando herramientas de Inteligencia Artificial -IA para el mundo del agua. Ciudades como Quito o varias de Brasil de este lado del continente, han iniciado proyectos de reducción de Agua No Facturada -ANF utilizando desarrollos IA. En un ejercicio en SEDAPAL con una de estas herramientas se lograba reducir el ANF del 32% actual al 22%, lo cual implica que SEDAPAL tendría unos 312 millones de soles en utilidades adicionales y el ahorro real de agua potable sería suficiente para dotar de agua a los 800 mil pobladores que aún no tienen conexiones domiciliarias. Y no se implementa porque no hay posibilidad de incorporar esta innovación en los Planes quinquenales que aprueba la SUNASS conocidos como PMO (planes Maestros Optimizados). Con un sol adicional en nuestros recibos haríamos sostenible este proyecto. Es también pertinente señalar que el 35% de la infraestructura de redes de agua y alcantarillado en Lima ha superado su vida útil y que en las actuales condiciones es imposible introducir “overhaulings” es decir, devolver el equipo o sistema a un estado de funcionamiento como nuevo o completamente funcional. Y esto tampoco es posible en un PMO.
De otro lado, se critica que vivimos al filo de la navaja en el tema de disponibilidad hídrica y es cierto. Pero aquí otro ejemplo que nos dice por qué vamos contracorriente: hoy con algo más de 11 millones de habitantes, Lima necesita procesar un volumen de 25 metros cúbicos/segundo diariamente los 365 días del año. Algo más en verano y menos en invierno. Hay un proyecto denominado Túnel La Viuda, que está al norte del acuífero de la Sierra Central del Perú, que se ubica en las regiones adyacentes a Lima, Junín, Pasco, Huánuco, Huancavelica llegando incluso a algunas zonas de Ancash y La Libertad. SEDAPAL tiene su matriz principal de captación en la zona central de este acuífero. Evidencia preliminar y expertos en la materia, nos señalan que, aprovechando la filtración en la parte norte de este acuífero, lograríamos añadir 5 metros cúbicos/segundo en la oferta hídrica en Lima, eso es el agua que necesita Lima hasta el 2030, donde seremos 14 millones de habitantes. Y no se implementa porque no hay posibilidad de incorporar los estudios de preinversión (son costosos pues hay que realizar pruebas de sondaje y otros) en el PMO con velocidad. Al igual que el ejemplo anterior, con un sol adicional en nuestros recibos haríamos que este proyecto pueda viabilizarse y formaríamos un fondo de estudios. La alta rotación de los directorios y cambios de giro en la prioridad de proyectos y su percepción del impacto generado hacen que actuemos como la política del gasfitero pues casi hay que empezarlo de cero cada vez que se instala un nuevo directorio. En sólo año y medio SEDAPAL, por ejemplo, ha cambiado tres veces casi todos sus miembros de directorio.
En conclusión, es menester que las tarifas estén alineadas a metas de gestión. Pero con la capacidad de que las EPS puedan correr como un atleta en una maratón en un día muy soleado con gafas protectoras y no sin ellas.
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