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Fernando Villarán / La picadura del escorpión (2 de 7)


En el 2014, el banco Citigroup pagó al Departamento de Justicia de Estados Unidos la cantidad de siete billones (miles de millones) de dólares como «penalidad» por lo malos manejos (misdeeds) financieros antes y durante la crisis financiera de 2008. El Fiscal General (Attorney General) de Estados Unidos, Eric Holder, dijo lo siguiente: «Como resultado de afirmar que sus productos financieros tóxicos eran seguros, Citigroup pudo expandir su participación en el mercado y aumentar sus ganancias» (3).


El instrumento financiero mayormente creado y comercializado por este banco fue el CDO (Collateralized Debt Obligations), aunque también vendieron los MBS, ya mencionados. Una significativa parte de este arreglo se destinó a aliviar a las personas e instituciones afectadas por los fraudes cometidos. El mayor banco de Estados Unidos, JP Morgan Chase, con 2.4 trillones (millones de millones) de dólares en activos, y 255 mil empleados (al año 2013) alcanzó un «arreglo» con el Departamento de Justicia por 13 billones (miles de millones) de dólares. Entre los principales cargos levantados en su contra figuran los siguientes: «JP Morgan fue negligente en permitir que entren a la securitización un número importante de préstamos hipotecarios que no cumplían los estándares financieros. A sabiendas, descargaron malas hipotecas a muchos inversionistas privados e institucionales» (4).


El Banco británico Barclays pagó en junio de 2012, la cantidad de 453 millones de dólares al gobierno para «arreglar» (settle) las acusaciones de haber manipulado las tasas de interés para obtener mayores beneficios (5).


Barclays es uno de los responsables de fijar la Tasa de Interés Interbancaria de Londres, o LIBOR, que se usa como referencia para una infinidad de transacciones financieras y comerciales. De acuerdo al gobierno británico, la manipulación de la tasa de interés ocurrió entre los años 2005 y 2009, perjudicando a millones de deudores y acreedores, afectando préstamos y contratos financieros por un total de 360 trillones (millones de millones) de dólares. Dichas manipulaciones fueron, en parte, responsables de la crisis financiera de 2008.


El caso de Goldman Sachs, el banco de inversión más famoso, fue diferente. En agosto de 2012, luego de varios meses de investigación el Departamento de Justicia (DOJ) decidió no acusar (prosecute) a esta institución financiera; sosteniendo que «no había suficiente evidencia» (6).


Esto ocurrió a pesar de que, semanas antes, una comisión investigadora del Senado de Estados Unidos, presidida por el senador demócrata Carl Levin, había realizado un informe completo acusando a Goldman Sachs de ser corresponsable de la crisis financiera de 2008.


El informe de la Comisión Levin concluía lo siguiente: «Nuestra investigación sobre los orígenes de la crisis financiera reveló malos manejos y fallas entre los vendedores de hipotecas, reguladores financieros, agencias de calificación crediticia y bancos de inversión. Uno de estos bancos de inversión, Goldman Sachs, creó complejas garantías financieras (securities), calificadas por ellos mismos como “basura”, de las que querían deshacerse. Ellos desorientaron (misled) a los inversionistas diciendo que su interés en esas garantías estaba alineado con sus propios intereses institucionales, al mismo tiempo que “apostaban” fuertemente contra esas mismas garantías, y por lo tanto contra sus clientes, para obtener ganancias sustanciales.


Con estas acciones hicieron un inmenso daño a sus clientes, al mismo tiempo que ayudaron a crear la crisis financiera que nos sumergió en una segunda Gran Depresión. Las acciones de Goldman Sachs fueron engañosas e inmorales» (7).


En un artículo publicado en el año 2009, que obtuvo el premio Sidney Hillman Foundation, el periodista Matt Taibbi dice lo siguiente: «Lo primero que tienes que saber sobre Goldman Sachs es que está en todas partes. El Banco de inversión más poderoso es un gran calamar vampiro envuelto alrededor de la cara de la humanidad, chupando todo lo que huela a dinero». Y más adelante: «El Banco es una inmensa y sofisticada máquina para convertir la útil riqueza generada por la sociedad en la más descartable e insoluble sustancia de la tierra: pura ganancia para individuos ricos» (8).


El subtítulo del artículo, dice lo siguiente: Desde las acciones tecnológicas hasta los altos precios de la gasolina, Goldman Sachs ha dirigido (engineered) todas las mayores manipulaciones del mercado desde la Gran Depresión. Haber escapado a las sanciones, llamadas eufemísticamente «arreglos», del Departamento de Justicia de Estados Unidos, cuando todos los otros actores de la crisis de 2008 fueron sancionados, es otra de sus «proezas».


¿Qué unifica a todos los banqueros y ejecutivos de esas instituciones financieras? No hay que pensar demasiado; aparece reiteradamente en los informes de los ministerios de Justicia, las fiscalías, las contralorías y en los organismos de regulación financiera que los han investigado y sancionado: la codicia, la búsqueda frenética e insaciable de mayores ganancias para sus empresas y más dinero para ellos mismos. Hacen honor al discurso de Gordon Gekko (interpretado por Michael Douglas) en la taquillera película Wall Street: «La codicia es buena, la codicia tiene razón, la codicia funciona.


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