Muchos peruanos recordamos el 2017 como el año del devastador Niño Costero. Una variante corregida y aumentada del siempre fatídico Fenómeno El Niño. Aquel 2017, los desastres por huaicos e inundaciones empezaron a inicios de año. En enero, precisamente en Ica, y luego – con más ferocidad aún – en Lima, y luego la furia se hizo presente en las regiones de la Costa Norte: Ancash, La Libertad, Lambayeque, Piura y Tumbes. La Sierra Central y Norte, fueron también severamente impactadas por el Niño Costero 2017.
Incluso, si de actos heroicos se tratara ¡cómo no recordar el colosal esfuerzo de aquella bravísima compatriota, Evangelina Chamorro, al emerger totalmente embarrada – como un fantasma – del feroz huaico que la arrastró, sabe Dios qué distancia, desde su humilde vivienda, hasta las inmediaciones del Balneario de Punta Hermosa, al Sur de Lima! ¡Heroísmo en su máxima expresión!
Ahora bien, si lo de Ica y Lima fue terrible… lo del Norte fue peor aún. Destrucción total: cultivos, crianzas, caminos, puentes, viviendas, gente… ¡Un desastre!
Ante la gravedad de la situación, el Gobierno de entonces creó la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC). Precisamente, para reconstruir – se suponía – la infraestructura dañada por el Fenómeno del Niño Costero en las 13 regiones afectadas: Áncash, Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Huancavelica, Ica, Junín, La Libertad, Lambayeque, Lima, Loreto, Piura y Tumbes. O sea, medio país. ¡Así de grave fue!
Pues bien, para mala suerte de los damnificados, en el 2017 empezó la danza de la sucesión presidencial en nuestro país. Efectivamente, desde el Niño Costero hasta la fecha, han transcurrido 7 largos años. Y en dicho período hemos tenido 6 presidentes de la República: PPK, Vizcarra, Merino, Sagasti, Castillo y Dina… más cuchumil ministros y funcionarios, cada cual más efímero que el otro.
Pregunta: ¿alguien – en su sano juicio – creía que la ARCC iba a funcionar con 6 presidentes en 7 años? Pues no. La ARCC no funcionó y los paganos fuimos los damnificados. Entre paréntesis, hoy la ARCC ya no existe.
En julio del año pasado, el Gobierno actual creó la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN) y absorbió a la ARCC. Mejor dicho, se la tragó. Entonces, vuelvo a preguntar: ¿alguien cree que la ANIN va a funcionar, con un Gobierno tan politiquero e inoperante como el que tenemos? Yo no.
Por lo pronto, es vox populi que el clientelismo político está suelto en plaza en la ANIN. Tal cual sucedió en la ARCC, sobre todo en las épocas de Vizcarra y Castillo, cuando fueron removidos los buenos funcionarios – aquellos profesionales honestos y eficientes que tenemos en nuestro país – para dar paso a los mediocres de siempre… recomendados de Congresistas, de ministros, y de otros políticos devotos del dios “tarjetazo”.
El hecho es que, así las cosas, la reconstrucción de la infraestructura dañada por el Niño Costero del 2017 está plagada de obras mal hechas e inacabadas. Incluso, obras que debieron hacerse… y que jamás se hicieron. En resumen: inoperancia y corrupción a tope. Eso es la ANIN ahora. Y por eso no funciona… ni funcionará.
Para muestra, un botón: las defensas del Río Pisco – a la altura de Humay – no han durado ni un año. Lo mismo ha sucedido con las defensas del Río Matagente, en Chincha. Yo que ando por esos lares, puedo dar fe de ello.
A mediados del año pasado (¡6 años después del desastre!) – por fin – se construyeron los enrocados que – supuestamente – iban a durar varios años, para proteger las parcelas y campos de cultivo cercanos a las riberas de ambos ríos. Bueno pues, transcurrida apenas la primera temporada de lluvias (la temporada diciembre 2023 – abril 2024) los enrocados colapsaron en decenas de tramos a lo largo de los dos ríos. O sea, lo que debió ser una construcción permanente ¡no duró ni un año!
Ahora la ANIN está reparando la fallida reconstrucción de las defensas ribereñas del año pasado. El problema, es que ya llegó el agua nueva, y ciertamente va a ser muy difícil reparar los enrocados con el agua encima. ¡Acaso no sabían que todos los años – desde toda la vida – las temporadas de lluvias en nuestro país empiezan por esta época del año!
El hecho es que los desastres naturales – y las desastrosas reconstrucciones de las infraestructuras dañadas por los mismos – nos van a acompañar por mucho tiempo más. Al menos, mientras perdure el clientelismo político y la corrupción en la ANIN… y en el Estado peruano, en general.
Mientras no profesionalicemos y especialicemos al Estado. Es decir, mientras no lo despoliticemos. Mientras no autonomicemos los servicios públicos e impongamos la carrera pública y la meritocracia… poco – o nada – debemos esperar del Estado.
Por ello, en el caso de la reconstrucción de desastres naturales, sólo debemos esperar… reconstrucciones desastrosas.
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