Tuvo que ser un político demagogo y oportunista como Ollanta Humala, quien acuñó la estúpida disyuntiva entre agricultura y minería. “Agua sí… Oro no” dijo en Cajamarca, allá por el año 2011, en una de las tantas manifestaciones políticas de la campaña presidencial de aquel entonces. ¡Aplausos anti mineros a rabiar! ¡Puro populismo politiquero!
De manera similar, tuvo que ser otro político torcido y corrupto como Martín Vizcarra, quien secreta y cobardemente se comprometió a no autorizar la construcción del proyecto minero Tía María en Islay – Arequipa. El Lagarto jamás dará su brazo a torcer, pero se trató de un acto cobarde y vil de su parte, ante un puñado de autoridades arequipeñas chantajistas. “Agro sí… Mina no” fue la cantaleta que privó a los isleños del progreso y bienestar que hubiera generado una operación minera tan importante como Tía María.
Pero la anti-minería peruana va mucho más allá de ese par de farsantes. Mirtha Vásquez – presidenta del Consejo de ministros en el Gobierno de Pedro Castillo – pasó a la historia por anunciar (de la boca para afuera nomás… felizmente) el cierra de las minas Pallancata, Inmaculada, Apumayo y Breapampa en Ayacucho. ¿Por qué… qué pasó? Pues nada. La susodicha resultó ser otra autoridad cobarde más… ¡una más, como tantas otras! La Vásquez no tuvo las agallas para defender a la minería formal frente a un grupo de extorsionadores anti-mineros ayacuchanos.
Pero hay más casos… ¡muchos más! El Premier Alberto Otárola dijo hace poco: “Tía María no está en la agenda del Gobierno”. Y a renglón seguido anunció que el Gobierno promovía la inversión y la generación de empleos. ¡Perdón! ¿Acaso así se promueve la economía y el trabajo? ¡Un poco de coherencia no le vendría mal al Señor Premier!
Vamos con otro caso emblemático (El último… para no extenderme demasiado). Me refiero a la penosa intervención de la Señora Dina Boluarte, en el mismísimo Foro Económico Mundial de Davos – 2022. En aquel entonces, doña Dina todavía no era la No. 1 del Gobierno. Sin embargo, era la vicepresidenta de la República y ministra de Desarrollo e Inclusión Social. ¡Así que no me vengan con que se trataba de una pichiruchi! ¿Qué dijo doña Dina en Davos 2022 respecto de la minería peruana? Textualmente dijo: “Están muriendo mis hermanos y hermanas, las niñas y los niños, sus animales no tienen pasto para comer y los estamos matando de a poquitos”. Ojo, no hizo ninguna excepción. Las empresas mineras peruanas – todas… según ella – ¡mataban a niños y a animales de a poquitos!
Después, doña Dina – ya como presidenta – dijo ante un grupo de empresarios mineros internacionales: “mi Gobierno abraza a la minería”. ¡Ya pues… el pez por la boca muere!
La anti-minería peruana está también muy presente en los ámbitos regionales y municipales, donde la narrativa – como en los casos antes mencionados – es descaradamente oportunista, acomplejada, retrógrada y falsa. Y ni qué decir de la anti-minería congresal y judicial donde el chantaje es también descarado. Tal cual la anti-minería periodística, académica y dirigencial, cuyos representantes cantan al unísono… “por la plata baila el mono”.
Por cuestiones de tiempo no me referiré en detalle a todo ese cardumen anti-minero peruano. Sin embargo ¡cuánta envidia, cuánto chantaje, cuánta traición, cuánta corrupción, cuánta mentira, cuánta pobreza y cuánta injusticia esconde la anti-minería peruana en sus entrañas!
¿Consecuencias? Vamos con algunas: Cajamarca se está quedando sin oro. La mina Yanacocha está por acabarse. El Canon Minero de Cajamarca ha caído significativamente en los últimos años, y pronto se extinguirá casi por completo. Ya cayeron las inversiones cajamarquinas en infraestructura, y por ende, los empleos. La pobreza ha crecido (como en todo el país) y el hambre también. La mendicidad y la miseria están de vuelta en Cajamarca… y por ende, la inseguridad y la delincuencia. Y lo mismo está ocurriendo en Ayacucho, en Islay (donde está Tía María paralizada), y demás regiones del país. La economía peruana está en recesión. Sin embargo, decenas de proyectos mineros por US$ 50,000 Millones, Un Millón de empleos formales (sobre todo en la Sierra), congelados por la anti-minería peruana. ¡20% del Producto Bruto Interno (PBI) del país… congelado! ¡Qué más quieren que les diga!
Tan arraigada está la anti-minería en las altas esferas de la política peruana que, hasta la formalización de la pequeña minería ha fracasado. ¡El Estado propició que fracasara! Yo soy testigo de ello. Los trámites burocráticos son tan engorrosos – Ministerio de Energía y Minas, Ministerio del Ambiente, Ministerio de Cultura, Ministerio de Economía y Finanzas, Gobiernos Regionales y Municipales, etc. etc. etc. – que es imposible la formalización de los pequeños mineros.
¿Consecuencias? La minería informal peruana produce más oro que la minería aurífera formal. (En cifras redondas, se estima que la minería informal produjo el año pasado 4 millones de onzas de oro, por valor de US$ 8,000 millones. Mientras que la minería formal produjo 3 millones de onzas, por valor de US$ 6,000 millones). Pero eso no es todo. ¡Bolivia exporta oro sin producir oro! ¡Todo el oro “boliviano” exportado por Bolivia, es peruano! ¡Habrase visto semejante insensatez!
Conclusión: Dejemos de lado la cantaleta “Agricultura sí… Minería no”, y sus derivadas como “Agro sí… Mina no”. O “Agua sí… Oro no”. Y cambiémosla – más bien – por “Agricultura sí… Minería también”. O “Agua sí… Oro también”. El progreso, bienestar y seguridad de millones de peruanos está siendo afectado malhadadamente por la anti-minería… empezando por la cantaleta anti minera de nuestras más altas autoridades estatales.
Comments