Lima, la Ciudad de los Reyes, nuestra capital, es de todos los peruanos, y en ella vive la tercera parte de habitantes del país; gran porcentaje de los cuales provienen de las distintas regiones. El Centro Histórico (CHL), cuyo eje es la Plaza Mayor, está ahora abierta a todos, superando la prohibición del gobierno anterior, y recibe cada vez más visitantes que disfrutan de su hermosa arquitectura y animan los pequeños negocios.
El corazón de Lima antigua conserva el trazo de las ciudades españolas, la plaza principal y alrededor de ella, la Iglesia Catedral y la casa arzobispal, donde vivió Santo Toribio de Mogrovejo, segundo arzobispo del Perú; el Palacio de Gobierno que albergó desde Francisco Pizarro y los 40 virreyes por 300 años, hasta todos los distintos Presidentes de los 200 años de la República; el Ayuntamiento, la Municipalidad, desde el primer Alcalde Nicolás de Ribera el Viejo; y las casonas residenciales de los principales.
A partir de este punto inicial, se entregaba terrenos para la construcción de palacetes que, de acuerdo a la cercanía al poder de su dueño, disfrutaba de mayor vecindad con Palacio, y así fue creciendo la Lima de los balcones moriscos, las iglesias barrocas, los conventos, las plazas y las casonas de hermosos patios de estilo sevillano. Un patrimonio cultural e histórico del que debemos disfrutar hoy y recuperar, cada vez más, con visión de futuro.
La tarea de recuperación está en manos de ProLima que es un organismo descentralizado de la municipalidad, fue creado en 1994 y posee un Plan diseñado con base a 3 ejes estratégicos. El primero, “el Centro de Lima como paisaje cultural que realza los valores excepcionales del patrimonio de la capital”; el segundo, “el Centro de Lima como centro vivo y lugar atractivo para residir e invertir”; y el tercero, “la zona monumental de Lima como centro metropolitano de carácter tradicional, cultural y turístico, integrado a la ciudad.”
La recuperación del CHL depende de la inversión pública y privada, así como de la ayuda de la cooperación internacional. Uno de los problemas más graves es el de los inmuebles inhabitables que a la fecha son 1,001; de los cuales, 494 se han mantenido en condición ruinosa por 20 años o más, sin que sus propietarios, hayan emprendido las acciones requeridas para revertir su deterioro; asimismo, el 50% son monumentos o inmuebles de valor monumental.
Recuperarlos es una tarea lenta y problemática por distintas razones, entre las que se encuentran los procedimientos administrativos complejos que las normas requieren para ejecutar obras de refacción en esta zona, a diferencia de las demás. Los trámites para dotar de servicios básicos, por ejemplo, deben seguir procedimientos engorrosos, complejos y largos en el Ministerio de Cultura.
Se debe fortalecer las competencias de ProLima, en atención a las recomendaciones realizadas por la UNESCO que declaró a la capital como Patrimonio Mundial; delegar procedimientos del gobierno central a la municipalidad; generar incentivos para la inversión pública y privada para la recuperación de inmuebles; y promover la vivienda social revirtiendo el deterioro de las edificaciones y mejorando el acceso a los servicios básicos, como ya se ha hecho en otras capitales como Madrid.
Es necesario un proyecto de ley que permita acelerar determinados trámites administrativos, no sólo para Lima sino a nivel nacional, para que se promueva la inversión pública y privada para recuperar nuestras zonas de valor histórico y cultural de las ciudades para el disfrute de los habitantes locales y el turismo.
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